Los funcionarios de Villahierro estallan contra Barcones y la seguridad en la prisión: «Cualquier día habrá una desgracia»

Con petardos, camisetas ensangrentadas y una actitud muy reivindicativa cerca de un centenar de funcionarios de prisiones de la cárcel de Villahierro se han concentrado este viernes frente a la subdelegación del Gobierno en León para exigir una solución a la delicada situación que atraviersa el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas.

En el foco de las críticas la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, a la que los funcionarios invitaban a visitar la prisión para conocer la situación real «y ver si de verdad está normalizada» de un centro que a día de hoy cuenta con un funcionario por cada 85 internos y donde solo hay tres médicos de los diez que hubo en su momento.

Entre las principales exigencias, más medios, más seguridad y que «dejen trabajar» a la plantilla. «Pecamos de antiguedad, pero nos sobra experiencia y no necesitamos que nos digan cómo hacer las cosas», señalaba el portavoz de Acaip, Félix Alonso, que pedía «disciplina».

Los incidentes se repiten y aumentan con el paso de los meses y los funcionarios temen vivir otro verano negro como el pasado, cuando se registraron tres incidentes «muy graves».

Para poner fin a una situación que parece enquistada en el tiempo los representantes de los trabajadores piden la condición de agentes de autoridad y hacer frente así a unas agresiones «que se han multiplicado por cinco en el último año».

Aseguran que, de no tomar medidas, los incidentes se seguirán agravando en una cárcel donde, reiteran, la situación «no es de normalidad» como afirmó la delegada del gobierno, Virginia Barcones, a la que han exigido dimitir así como un cambio de rumbo en la dirección de la cárcel.

«La delegada antes de opinar tiene que informarse y visitar la cárcel y no solo los módulos buenos, también los conflictivos», invitaba Herminio Juan, funcionario de Villahierro, que se quejaba al tiempo del «buenismo» de la dirección que «margina a los trabajadores y merma nuestra autoridad».

Juan, que aseguraba que «desde un despacho en Valladolid es muy fácil hablar», concluía tajante: «cualquier día tendremos una desgracia y no será por no avisarla».

Tras reunirse con el subdelegadod el gobierno el León, Faustino Sánchez, que ha reconocido la gravedad de los últimos incidentes, los funcionarios de Villahierro siguen exigiendo medidas reales para garantizar la seguridad de la prision.

Apuntan por último que el incidente del martes no se controló hasta el miércoles a mediodía con el aislamiento de los seis internos que protagonizaron el secuertro de los funcionarios y la directora. Ese mismo día dos fueron transladados, otro dos lo hicieron el jueves y quedan dos pendientes.