Las forenses descartan la amnesia temporal del acusado: «La memoria no funciona así»

«No hay patología mental. las funciones intelectivas están preservadas y entiende lo que sucede y actúa libremente», aseguró en la sesión una de las médicos forenses. Un tema sobre el que se extendieron durante un largo periodo de tiempo todos los letrados. Las peritos aseguraron que «yo no puedo no acordarme de qué desayuné esta mañana y sí acordarme como puse el plato. La memoria no funciona así».

En este sentido, también fue la letrada de la defensa la que quiso esclarecer esa 'falta de memoria'. La abogada preguntó si algún tipo de estrés o trauma pudo hacer que su cliente perdiese la memoria. «El trastorno de estrés postraumático es de las víctimas, no de los agresores», respondió la médico forense.

Además, se ha descartado que el acusado estuviera bajo influencia de algún tipo de droga: «Él nos dijo que bebía alcohol de manera muy ocasional. También dijo que había sido consumidor de cannabis, pero que lo había dejado cuando nació su hijo mayor. No estaba bajo los efectos ni la influencia de ninguna droga».

La sesión de este miércoles ha contado con la declaración de las médicos forenses que llevaron a cabo la autopsia del cuerpo, así como el informe mental del acusado. Un detallado informe que presentaron al jurado popular con unas diapositivas en las que la sala pudo ver cada una de las 52 heridas punzantes que presentaba la víctima a lo largo de todo su cuerpo, aunque con especial incidencia en el rostro y el cuello.

La forense explicó las lesiones y tras ello dio al jurado tres conclusiones a las que llegaron tras el estudio. La primera de ellas fue que 52 de las 53 heridas que presentaba la víctima eran punzantes y realizadas con un arma blanca. Hay heridas de una profundidad de 5 centímetros, pero las forenses no pueden asegurar la longitud del cuchillo o navaja con el que fueron realizadas y que nunca llegó a encontrarse.

Por otro lado, las médicos forenses aseguraron que las lesiones 9 y la 13 (descritas en el proceso) fueron las que ocasionaron la muerte. Estas fueron realizadas en el cuello de la víctima, una de ella seccionó la yugular y la otra la tráquea. Finalmente, tras el estudio de las lesiones, pudieron confirmar que 20 de las heridas fueron provocadas mientras Conchi estaba con vida.

La investigación de un crimen siempre es compleja y mucho más en medio de una pandemia y con un estado de alarma decretado días antes de descubrir el cadáver. Una de las inspectoras que llevó a cabo la investigación del caso del crimen de Obispo Almarcha ha declarado en esta tercera sesión de juicio en la Audiencia Provincial de León. «Se suelen complicar las cosas cuando el hallazgo del cadáver no es en el momento. Aquí íbamos con un día de retraso», recordó la policía nacional en su declaración. Recordó que empezaron al día siguiente a tomar declaraciones en el entorno, al hijo, su pareja y los vecinos. Dentro de la investigación «conseguimos los listados de varios teléfonos que tenía Conchi y vimos las llamadas», pero este fue un callejón sin salida en el que no se encontró ninguna pista.

La defensa de Ángel asegura que el acusado ayudó a esclarecer el crimen, algo que las acusaciones particulares niegan y que quisieron poner de manifiesto con esta declaración. ¿Les ayudó Ángel a esclarecer los hechos?: «A esclarecer lo sucedido no. Él informaba sobre lo que pensaba. Con el tiempo, todo eso parece que fue hecho para despistar. Eran pistas que se investigaban y tiempo que se perdía», lamentó la inspectora.

Desde la Policía Nacional recuerdan que «fue una investigación complicada por muchísimas cosas. Se alargó mucho el análisis de las muestras biológicas por la situación de pandemia que vivimos».