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La última sesión del juicio por la brutal agresión a Raquel Díaz tenía puesto el foco en la modificación de conclusiones que la fiscalía había avanzado la pasada semana.
Inés Lescún, fiscal en el caso, cambiaba el relato de lo ocurrido en la finca de ... Toreno, el 27 en mayo de 2020, y pedía deducir testimonio de Raquel Díaz para remisión al Juzgado de Violencia Contra la Mujer de Ponferrada por un presunto delito de agresión sexual de Pedro Muñoz hacia su exmujer, tal y como la víctima relató en su declaración de la primera sesión.
En la petición de penas, el ministerio fiscal mantuvo inalterada su interpretación y explicó que no pidió homicidio en grado de tentativa y sí lesiones agravadas. Esto fue debido a que el segundo tipo tiene un rango máximo de pena mayor. Además insistió en que no ve la posibilidad de que se trata de un delito de intento de asesinato por el auxilio prestado a Raquel Díaz con la llamada al 112 posterior a la presunta agresión.
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Rubén Fariñas
Además, durante su intervención consideró la «verosimilitud» del relato de la víctima y detalló la «violencia habitual» que Muñoz ejercía sobre su exmujer. También aclaró los delitos de amenazas, injurias y malos tratos con otros hechos« demostrados».
Por último reprochó el comportamiento de Muñoz a lo largo de la causa por «atacar y tratar de desacreditar» a la víctima, así como una conducta que ha tenido consecuencias y lastra el normal desarrollo personal y laboral de Raquel Díaz, así como condenado a una vida dependiente.
El abogado de la acusación particular inició afirmando que no existió posible defensa en su representada a la que «se abalanzó, agarró por le cuello y lanzó por el balcón».
En todo ello ve concurrencia de la alevosía para reclamar asesinato en grado de tentativa porque «la golpeó por todas partes» y quiso incrementar su sufrimiento. «No era necesario para el propósito de acabar con su vida». De hecho matiza que las llamadas de auxilio de Muñoz al 112 fueron porque «era consciente de que Raquel estaba muerta y había conseguido el objetivo».
La sombra de la duda también llegó al Ayuntamiento de Ponferrada y la Policía Municipal, para que el letrado Patiño avanzó que investigarán la acción institucional y personal que se tuvo en una llamada de auxilio que su cliente hizo meses atrás.
El otro abogado de la acusación, Jaime de la Era, se adhería a las peticiones del letrado de Díaz y situaba a la mujer como «una víctima de violencia de género», que ha prestado un testimonio verosímil y que registra lesiones de extrema gravedad.
Por su parte, Pedro Quintana, abogado de la defensa, veía acreditado que los testigos no han presenciado ningún maltrato o insulto de Pedro Muñoz a Raquel Díaz.
También justificó la actuación de su representado en la noche de los hechos, cuando llamó a emergencias y, posteriormente, aprobó la intervención quirúrgica que salvó la vida de su exmujer.
Quintana relató las «modificaciones de relato» de la víctima y situó la única intención de su cliente en« salvar la vida de Raquel». Todo ello en un proceso de culpabilizar a la víctima aseverando que ella quiso crear «un clima de animadversión hacia Pedro y así llamar la atención de los demás».
Por último manifestó que no existió maltrato físico ni psicológico de Pedro Muñoz a Raquel Díaz e interpretó sus «problemas» como una causa referida a problemas en su infancia. «Ninguna prueba desvirtúa la presunción de inocencia de mi cliente».
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