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La banda saludando al público de León al terminar el concierto.

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La banda saludando al público de León al terminar el concierto. Sandra Santos

Veintiuno y la molécula de la felicidad

La banda de Toledo hizo vibrar este martes 25 de junio a un León que supo contagiarse de su 'dopamina' disfrutando de 'la vida moderna'

Miércoles, 26 de junio 2024, 01:52

Como si del destino se tratase, veintiun minutos pasaban de las once de la noche cuando las primeras notas de 'La ruina' comenzaron a sonar. La gente estaba impaciente, el concierto de Catalina Grande Piñón Pequeño había dejado a la Plaza Mayor de León con ganas de más y no podían perder ni un minuto.

Rafa salía con su guitarra al escenario, Pepe cogía las baquetas, Yago se colocaba el bajo y Diego comenzaba a cantar. Al fondo un piano, un saxofón (perteneciente a Xas) y una pantalla en la que con un fondo negro y letras blancas se podía leer 'VEINTIUNO'.

La banda de Toledo pisaba el escenario leonés para ponerlo una hora y media después 'Cabezabajo'. No faltaron los guiños a sus «teloneros» diciendo que ellos venían desde Madrid pero que «lo mejor es volver pa' León» recordando también las anteriores veces que el grupo ha tocado en la capital y en la provincia.

Un recorrido por toda su trayectoria musical que les llevó a cantar «Escalofríos», «Caramelo», «Mañana lo dejo» «Leona», «Nudes» o «Haters» haciendo saltar y bailar a un público ya entregado a la causa que no paraba de corear sus canciones.

El arte de perder

Diego dejó la guitarra para colocarse en el piano y cantar «Pirotecnia» y «A la orilla», las baladas llegaban a una plaza Mayor que necesitaba un respiro después de tanto frenesí. Veintiuno quería curar el 'desvelo' durmiendo con nosotros aún sabiendo que el miércoles es un día laborable.

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También invitó a viajar a 'La Toscana', querían que este concierto perdurara en el recuerdo de los leoneses con una premisa clara, «no quiero que sea perfecto, quiero algo que recordar» antes de desatar la histeria colectiva con su peculiar molécula de la felicidad y uno de sus himnos 'Dopamina', para acabar con 'Cabezabajo' y 'La vida moderna'.

Y es que si la vida moderna nos toca con ellos, puede ser eterna o que dure un ratito, que será bienvenida.

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