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La representación del Cabildo en la Catedral. Lucía Gutiérrez

El Cabildo tira de cortesía y deja en empate el Foro u Oferta de las Cantaderas

El debate de este año se cierra con billetes para el tren turísticos y las «obligaciones de casada» de la síndico

Domingo, 29 de septiembre 2024, 16:37

León volvió a ser testigo del eterno debate que tradicionalmente presenta en el Claustro de la Catedral. En una jornada dominical donde lo único incuestionable ha sido la ofrenda a la Virgen de Regla, el poder civil y el poder eclesiástico se han enfrentado en un irónico y sarcástico debate que, como siempre, ha acabado a tablas.

Con tranquilidad se presentaron las sotaderas, doncellas, regimiento civil y Cabildo catedralicio. No tardaron en saltar las chispas en ambas direcciones en lo que había sido, hasta el momento previo a la primera intervención de la síndico, un acto cargado de solemnidad y seriedad.

Soltura del poder eclesiástico

Sería Mercedes Escudero, concejala de Educación, Turismo e Igualdad, la que abriese el melón del foro u oferta. Con un evidente y más que palpable nerviosismo, resumió en breve período de tiempo la grande historia que envuelve a León, aunque sin entrar, ciertamente, en el meollo de la cuestión. «Por peteneras», como tuvo a bien definirlo Mario González, representante del Cabildo.

La soltura del poder eclesiástico se impuso por momentos al poder civil. Como aperitivo, le espetó a la edil que había sido raro que no hubiera hecho ninguna referencia al carácter «femenino» del acto, dada su condición de concejala de Igualdad, entre otras cosas. No dejando pasar por alto tampoco el hecho de que la sotadera, «que ahora es joven y guapa, pero antes era vieja, experimentada y fea», «les contaba milongas a las doncellas enseñándoles el arte del sexo», porque eran «realmente esclavas» de eso mismo.

Leonesas: «tenaces y batalladoras»

«León se comprometió a acudir a la Virgen de Regla todos los años para agradecer el favor que había hecho para librarles del tributo», advirtió el Cabildo, ante lo que Escudero se mostró a sí misma y al resto de leonesas como una «mujer tenaz y batalladora», motivo por el que no aceptaba los argumentos contrarios.

Sin dejar pasar la oportunidad del tono jocoso que el debate fue adquiriendo con el paso de los minutos, Escudero le ofreció a Cabildo subirse al tren turístico para que viera «cómo León ha ido manteniendo su esencia e identidad». «Le subiría a una máquina del tiempo para que comprobase que la ofrenda siempre fue voluntaria».

Por eso y para intentar ganar terreno ante lo que era un debate de toma y daca, aseguró que «pisa antes un leonés la Luna o Marte que nosotros vengamos obligados».

Golpe bajo del Cabildo

Pero el golpe bajo y fuerte vino por parte de González, cuando vino a decir que no porque una cosa se haga de forma libre y voluntaria deja de ser una obligación. «Seguro que cuando cumple con sus obligaciones de casada las hace libre y voluntariamente», a lo que añadió que suponía que también cumplía «eso de la igualdad y no tendrá a su marido todo el día haciendo recados».

«León se comprometió y el regimiento asumió el compromiso. ¿Vienen libres? Sí», aseguraba. «¿Vienen libres a cumplir una obligación? También», sentenció apuesto y seguro González.

A tablas

Ante tal sentencia, al clero no le quedó otra que tender la mano y reconocer, por humildad y contención por motivos puramente tradicionales, las tablas en las que había quedado derretido el debate. No sin antes de que González agradeciese los billetes para el tren turístico, fue primero la edil -este año sí- quien mandó levantar acta afirmando que los leoneses habían acudido libremente, mientras que el Cabildo hizo lo propio asegurando que el regimiento «vino a cumplir su obligación».

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