«A las seis de la tarde me fui a beber con unos colegas; luego, botellón; iba de coca y maría»

Jorge C.B., un tímido veinteañero aspirante a «malote» según los policías que han participado en la investigación del crimen, aseguró en su declaración recogida por leonoticias que la misma jornada del crimen, «a las seis de la tarde», se fue «a beber al piso de unos colegas».

Fue allí donde comenzó una jornada que finalizaría en drama. Bebieron, asegura, hasta bien entrada la noche y en ese punto decidieron salir «de botellón».

Participaron en dos. En el primero, en «el merendero de la Palomera», ya tuvieron problemas según advirtió el ahora interno de la prisión de Villahierro. Al parecer ese primer incidente tuvo que ver con un tema de chicas y se acabó 'enganchándose' ambos grupos.

Ya era tarde cuando todo eso tuvo lugar, pero pese a ello decidieron continuar en otro botellón que vieron a escasa distancia, en el aparcamiento de un supermercado. Y allí, de nuevo, hubo más bronca. Esta vez con un grupo diferente, que no tenía relación con el primero.

Jorge C.B. no acierta en su declaración a concretar exactamente qué sucedió, pero sí recuerda que en ese instante él iba «de coca (cocaína) y maría (marihuana)». Sabe que comenzó una pelea y que en el transcurso de la misma se sintió agredido. «Me dieron una ostia en la cara», ha remarcado ante la juez titular.

Tampoco recuerda en su declaración quién le agredió en ese punto de la noche e incluso advierte que no tuvo conocimiento de que su respuesta hubiera sido tan agresiva como para terminar con la vida del joven Mario Fuentes. No se dio cuenta, no lo percibió o no lo recuerda con claridad. Para él el efecto de aquella acción dista mucho del gravísimo traumatismo torácico que ni los propios servicios de Emergencia pudieron llegar a corregir.

Los agentes que acudieron al lugar reconocieron la gravedad de la acción desde el primer momento porque la acción, según las primeras versiones, no fue la de una puñalada limpia sino un movimiento con el arma que provocó una herida abierta en el pecho del joven cántabro.

Sí recuerda el agresor, sin embargo, que su acción fue en solitario y sin la complicidad de ninguno de los jóvenes (cinco, según algunas versiones) que le acompañaban en un par de coches. A ellos les ha exculpado ante el juez asegurando que ninguno tenía conocimiento de que él llevara una navaja escondida y mucho menos que tuviera la más mínima pretensión de usarla

Si algo se detectó en su declaración fueron numerosas contradicciones especialmente a la hora de delimitar las supuestas provocaciones previas y cómo materializó su enérgica respuesta.

Jorge C.B., en su declaración, remarcó que en la actualidad él era opositor para entrar en el Ejército. Ésa se había convertido en su última obsesión y por ese motivo había dejado de lado sus estudios de derecho.

Incluso llegó a asegurar que era estudiante de tercero de Derecho, pero no tuvo claro en el interrogatorio las asignaturas que cursa en la actualidad. «Tengo muchas atrasadas», llegó a asegurar en su declaración.

Es la misma declaración en la que quiso dejar ver su arrepentimiento por lo sucedido insistiendo en que matar nunca fue su deseo. Una declaración que realizó en presencia de su abogado, el tercero desde el momento del crimen, y que sirvió de antesala a su ingreso en prisión comunicada y sin fianza en la prisión provincial de León. El juicio, en fechas a determinar, decidirá su grado de culpabilidad en todo lo sucedido.