Un parroquiano de León busca devolver una alianza perdida en la calle Ancha

En medio del ajetreo del inicio del puente de diciembre de la calle Ancha, una inesperada sorpresa ha tocado el corazón de Luis Ortiz, parroquiano de la parroquia de San Juan de Regla. Mientras paseaba con un par de compañeros por esta emblemática vía de León, a la altura de la calle San Marcelo, el sacerdote se topó con algo que no esperaba: una alianza de bodas rodando hacia él.

«En cuanto vimos que era una alianza y leímos el nombre grabado, empezamos a gritar, pero nadie se giró», recuerda Luis. El bullicio de la calle, las luces navideñas, y la multitud lo hicieron imposible. Tras unos minutos esperando, sin éxito, que alguien viniera a reclamar, decidieron intentar encontrar al dueño por su cuenta. «Vimos a una señora darse la vuelta, parecía estar buscando algo, pero no pudimos localizarla entre tanta gente», explica el párroco.

La alianza, que parece ser de oro, tiene grabado el nombre de «Zeus» y una fecha, que Luis ha decidido no hacer pública para proteger la identidad de su propietario. «Tiene toda la pinta de ser una alianza de boda», apunta, con un tono que refleja no solo la certeza del hallazgo, sino una cierta empatía por quien la perdió. En lugar de entregarla a la policía de inmediato, el parroquiano decidió hacer todo lo posible por devolverla a su dueño.

«La gente no se imagina lo que puede significar para alguien perder un objeto tan personal, tan simbólico», reflexiona Luis. «Sea o no una alianza de matrimonio es muy personal», indica. Por eso, hace un llamamiento a la comunidad leonesa: «Si alguien la reconoce, puede venir a la parroquia de San Juan de Regla. Estaré aquí para entregársela».

La historia, más allá de un simple objeto perdido, refleja una profunda solidaridad, un deseo de devolver algo que, más que material, tiene un valor sentimental incalculable. En este tiempo de fiestas, cuando las luces brillan y el espíritu de la Navidad está en el aire, el gesto de Luis Ortíz recuerda que la verdadera magia está en las pequeñas acciones, aquellas que, aunque simples, tienen el poder de devolver la ilusión y la esperanza.

Así, mientras la Navidad se acerca, la búsqueda de esta alianza podría culminar en el regalo más inesperado: un reencuentro con un símbolo de amor perdido.

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