Así se construyó la variante de Pajares en dos décadas y con 4.000 millones

Han sido necesarias dos décadas de trabajos, con hasta 5.000 operarios coincidiendo en algún momento, para convertir en una recta la distancia que separaba León y Asturias.

Se trata de la tercera obra de ingeniería ferroviaria más importante del mundo, equiparable a la de Seiko -Japón- y San Gotardo -Suiza-. También contará con séptimo túnel para trenes más largo de Europa gracias a los 24,6 kilómetros de los dos macrotúneles de Pajares.

La variante es una sucesión de túneles -12- y viaductos -10- que conectan la distancia entre La Robla y Pola de Lena. Las operaciones han permitido salvar el desnivel de 500 metros entre la provincia leonesa y el Principado de Asturias y para ello ha habido que atravesar hasta 40 formaciones geológicas y trabajar a mil metros de profundidad.

Durante estos 20 años, cinco tuneladoras han perforado la piedra para permitir superar la Cordillera Cantábrica en un viaje exprés de entre 10 y 15 minutos. Esto se ha logrado gracias a 252.686 dovelas que sostienen la montaña. También se han usado medidas de seguridad con salidas de emergencias cada 400 metros, la instalación de 200 ventiladores y el uso de 2.600 kilómetros de cable, la distancia entre León y Budapest.

Esta plataforma ferroviaria permitirá recortar en 75 minutos la duración del viaje entre León y Oviedo y facilitará la tarea del transporte de mercancías con un 15% más de carga.

De cara al próximo año se espera la llegada de los trenes Avril, serie 106, que elevará la velocidad máxima de circulación en la variante hasta los 275 kilómetros por hora.