El 'cisma' del PP municipal con Torres llega a Valladolid y ya se baraja un cambio de candidata

La escena que supuso «la gota que colmó el vaso» fue la presencia de la edil en una Comisión de Hacienda en la que no tenía representación asignada. A ello se sumarán los cambios de representación en sociedades municipales como Saleal y Aguas de León, que el pleno confirmará el cambio de nombres en favor de la candidata.

«Hace lo que le da la gana. Ha estado una semana desaparecida y ha dicho que no asistirá a actos públicos», explican fuentes populares, quienes elevan el tono para asegurar que «solo habla de reyes y con eso quiere ganar elecciones. Tiene un discurso pobrísimo».

Los cambios en el comité de campaña, en el que solo permanece fiel un exconcejal «loco por volver al Ayuntamiento», han sido la última evidencia de la crisis interna que ya ha llegado a la dirección provincial, con Ester Muñoz, y a la autonómica, hasta la más alta esfera, con el presidente Alfonso Fernández Mañueco.

Las voces ya son varias exigiendo el relevo de la candidata, algo que estaría barajando el presidente autonómico a la vista de las críticas del resto de compañeros por la actitud de Margarita Torres. «Se le pidió dinero para financiar la campaña y no ha aceptado. Está obsesionada con su curriculum, pero esto es una elección política y no académica», sentencian los más críticos con la historiadora.

«Mañueco no va a aceptar el chantaje», exponen cargos orgánicos de los populares en León, que denuncian que detrás de toda esta estrategia de elevar a Torres a la primera línea política se encuentra el expresidente, Javier Santiago Vélez, junto al exconcejal del Ayuntamiento de León. «El que manda sigue siendo Javi y el partido no quiere que Javi sea elegido presidente de la Diputación», exponen, confirmando como fin último de los movimientos del alcalde de Almanza el hacerse fuerte en el Grupo Municipal para utilizar estos votos como avales en su postulado a la institución provincial.

La situación en el seno del grupo cada día es más «convulsa» hasta el punto de hablarse de «dos grupos definidos» y desencuentros «permanentes» con una candidata que «en ningún caso tiene el respaldo de sus compañeros, ni compartimos lo que se hace ni lo respaldamos».