Interior de la iglesia de Santa Marina la Real durante la misa franquista. Sandra Santos

Un centenar de personas acuden a la misa por Franco de León: «Nos silencian, no interesa que seamos falangistas»

El párroco Jesús Calvo pidió «por los caídos por Dios y por España, por Francisco Franco y por José Antonio Primo de Rivera»

Miércoles, 20 de noviembre 2024

La Iglesia había avisado de que sería «una misa más» y que era algo a lo que cualquier cristiano tenía derecho. Sin embargo, tanto por el revuelo que se había formado como por el motivo por el que se oficiaba la misa hacían que ver que no era como otra cualquiera.

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La concentración que se había convocado a las puertas de Santa Marina la Real diez minutos antes del comienzo de la misa puso sobre la mesa la confrontación generada a partir de que este periódico informase de que en la tarde de este miércoles 20 de noviembre se iba a celebrar una misa en recuerdo a Franco y oficiada por el polémico párroco Jesús Calvo.

Orgullo falangista palpable

El transcurso de la eucaristía fue tal y como es siempre, no hubo ningún acto que se saliese de lo que viene a ser el normal desarrollo de una misa. Sin embargo, sí que se dieron varios comentarios que echan por tierra aquello que se había asegurado de que iba a ser una liturgia «como otra cualquier». El párroco y sacerdote, Jesús Calvo, aprovechó cada pasaje para recordar a los fieles por quién se estaba celebrando la misa, además de pedir y rezar por España en múltiples ocasiones.

Siempre procurando que todo fuese acorde a lo que se contaba, Calvo demostraba una y otra vez su «orgullo» por la ideología falangista a la vez que animaba al centenar de asistentes a «reconquistar España para recuperar la unidad católica» y luchar «contra los enemigos de Dios y de la patria».

Principios inconfundibles e incontestables

Mientras fuera estaban las protestas en el interior reinaba la atención al párroco. Las referencias hacia el catolicismo y la importancia que siempre ha tenido dicha religión en España eran constantes, al igual que las alabanzas tanto a Francisco Franco como a Primo de Rivera. «¿Por qué esos principios inconfundibles e incontestables se tiran a la basura?», se preguntaba. «¿Por qué se desprecia ser falangista?», añadía el sacerdote. «Nos denigran, nos insultan y nos silencian porque no interesa que lo seamos», se respondía a sí mismo.

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Sin embargo, lejos de amedrentarse se enorgulleció de «tener la mente lúcida» y de tener como principal objetivo «hacer a España fuerte y unida», única manera en la que se podrá alcanzar «el triunfo de la verdad de Dios». «Cristo Rey acabará triunfando en el mundo y volverá a reír la primavera al paso firme de la fe», en un claro guiño a una de las frases del Cara al Sol.

Plegaria universal

Uno de los momentos que más comentarios de alabanza reunió hacia los dos personajes españoles llegó en la plegaria universal, donde el párroco se explayó y el recuerdo por el dictador y el político se hizo más tangible que nunca. «Por España y por los que tenemos la vida eterna, que es impagable», espetaba. «Por aquellos que dieron todo lo posible para que seamos libres y veamos la autenticidad de España», proseguía en sus proclamas nacionalistas. «Por aquellos mártires y héroes anónimos que dieron su vida para hacer España grande y libre», sentenciaba justo antes de pedir por los «caídos por Dios y por España, Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera, de quienes conmemoramos la muerte y les concedas, Señor, el lugar del consuelo, de la luz y de la paz».

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Así, con aspecto de normalidad pero con detalles que elevaban a la misa a un espacio fuera de lo común, entorno a un centenar de personas se congregaron en la iglesia para recordar y rezar por Francisco Franco y de Jose Antonio Primo de Rivera.

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