A orillas de la Pulchra Leonina, centro neurálgico del turista en León, se encuentra uno de los enclaves fundamentales que guían a los foráneos en su paso por la provincia. Una brújula a partir de la cual los turistas inician su ruta personalizada por las empedradas y ancestrales calles leonesas, así como por los ricos paisajes y pueblos mágicos salpicados a lo largo y ancho de León: la Oficina de Turismo.
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La tarea de la Oficina de Turismo de León es realmente complicada. No por escasez sino por abundancia. Por no saber por dónde empezar a enseñar la ciudad. Y mucho menos la provincia. Difícil es la labor de orientar a alguien en un sitio que tiene tantas cosas para ver y hacer como es León, pero allí, en la Oficina turística, lo consiguen. Raro es el momento en el que está vacía, siempre hay algún turista en busca de que le arrojen luz. Es un constante vaivén de gente con mochilas, maletas, mapas y preguntas.
«Los turistas vienen en busca de patrimonio como la Catedral o Botines», asegura Diana Jáñez Casado, «aunque nosotros les recomendamos también rutas trasfronterizas como el Camino de Santiago, de San Salvador, El Olvidado o el Manzanal».
Para los que vienen con un poco más de tiempo no dudan en indicarles la majestuosidad de Astorga y el magnífico enclave paisajístico en el que se encuentra El Bierzo, reforzado ahora por la exposición de las Edades del Hombre. La exposición versa sobre una serie de salas culturales donde ponen en valor el componente artístico, gastronómico, técnico y la naturaleza sacra de la zona, que este año se celebra en Villafranca del Bierzo. «Se nota mucho la llegada de turistas interesados en esta exposición», dicen desde la Oficina, que además la aprovechan para incentivar el turismo rural y el comercio local «mediante organizaciones de rutas, descuentos y sorteos».
El objetivo principal es claro: facilitar la elección de qué visitar. «Hay gente que viene un poco perdida y les aclaras las cabeza», comenta Diana, que pone de ejemplo a algunos peregrinos «que vienen con mucha ilusión pero poca idea y les ayudamos». La orientación que brindan depende, además, del tipo de turista que sea. Un adulto no busca lo mismo que un joven como tampoco busca un grupo de amigos lo mismo que una familia. «Para mayores recomendamos más el tema de la tradición, visitas guiadas, de vinos y todo lo que tiene que ver con etnografía», mientras que para los jóvenes recomiendan «un turismo más de ocio e incluso vida nocturna». Aún así, Diana se alegra de que muchos jóvenes se interesen también en el apartado cultural: «te vienen y te piden que les des información sobre algún sitio porque quieren saber más». «Eso me alegra», sentencia.
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En época de verano no pueden faltar los planes refrescantes, sobre todo para aquellos que vienen «en busca de un poco de fresco», como es el caso Paco y Carmen, llegados desde Valencia y sorprendidos por las altas temperaturas que azotan a León. Al respecto, desde la Oficina no dudan en mandarles a playas fluviales o zonas «amplias y agradables» como La Candamia o al paseo colindante al río Bernesga.
Hay una constante que se repite en todos los turistas que llegan a León. Por poco que sepan de la ciudad siempre hay algo que conocen. Y siempre es lo mismo: el Barrio Húmedo. Es el caso de Pilar Tejada y su marido, que recientemente han adquirido una autocaravana y vienen de ruta por la comunidad desde La Rioja. Ya habían venido, pero lo hicieron hace 15 años y acompañados de sus hijos. «Volvemos por gusto», reconocen, «queremos ver otra vez la Catedral, la Casa Botín, Astorga y Las Médulas». «Nos han recomendado en la Oficina de Turismo varios museos que también queremos ver», si bien saben que uno de los platos fuertes de su viaje será «el tapeo en el Húmedo y en el Romántico», aclaran entre risas.
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En cambio, hay otros como Pilar Martínez, que viene con amigos expresamente a León. «Este año hemos decidido que vendríamos a aquí de vacaciones», aunque reconoce su debilidad por El Bierzo. «Les he dicho en la Oficina de Turismo que me hablasen de El Bierzo y alrededores, que lo conozco por el programa de Calleja y me gusta mucho», aunque quieren sacar tiempo para tapear por el Húmedo e ir a Astorga a probar el cocido maragato.
León es una ciudad desconocida, es una caja de sorpresas para aquellos que nunca han venido y tampoco han oído hablar mucho de ella. Son muchos los que quedan sorprendidos por la belleza de los monumentos, el ambiente de las calles y la hospitalidad de los leoneses. Uno de ellos es Cristian Mateo, venido desde Alicante que se encontraba fotografiando a su familia frente a la Catedral: «Me esperaba León bastante peor y la verdad es que me ha gustado mucho», dice con incredulidad. «Nos ha gustado mucho la Catedral y el Húmedo, sobre todo la tortilla de patata de El Gallinero».
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León encarna más que nada aquello de que vale más una imagen que mil palabras. La Oficina de Turismo resulta fundamental para que la experiencia de viajeros y visitantes sea fructífera y se vayan con un increíble sabor de boca, para lo que ponen todo su empeño y conocimiento y poder mostrar León de la manera más eficiente y natural posible.
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