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Ni el Rapidito ha encontrado relevo, siendo un negocio que funciona con alta rentabilidad y lo ha demostrado durante 34 años en la plaza de la Inmaculada. La falta de mano de obra cualificada en diversos sectores es ya una constante en la provincia leonesa, ... donde uno de los principales salvavidas económicos es la hostelería, a pesar de la despoblación y las dificultades para retener talento.
La problemática a la hora de cubrir puestos de camarero se ha cronificado desde 2020 y la nueva directiva de la Asociación de Hostelería de León (AHL), dirigida por Óscar García, trabaja desde 2022 para intentar paliar la carencia de mano de obra. Para la Semana Santa 2024 esperan una buena campaña, y en lo que respecta a la crisis de empleados cualificados «lo único en que se notará es que va a ser más complicado encontrar sitios para comer sin reserva», garantiza Paula Álvarez, gerente de la AHL. Desde el 22 de marzo, fecha de comienzo de la Pascua, León atraerá a más de 200.000 turistas. Con ello se espera un escenario de bares y restaurantes desbordados.
En el caso de Ildefonso, que regenta junto a su mujer el Bar Cincinnati en San Mamés, tiene la plantila cubierta y son cinco personas trabajando. Pero es por un factor adverso: desde el 20 de diciembre de 2023 no abre por las tardes. «Me falló un empleado y decidimos reducir el horario», algo que mantendrá en Semana Santa. «Si abriera por las tardes me faltaría gente», asegura.
Achaca a la diferencia generacional el hecho de que muchas personas rechacen los puestos. «Llegan con exigencias, pidiendo horarios, calendario y días libres, cuando en mi generación» —tiene 39 años— «hemos tragado con mucha mierda», declara.
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Martín Méndez, gerente del Bar Altar, reconoce que la falta de camareros es «un problema desde hace bastante tiempo». En su caso particular, recientemente ha contratado un nuevo camarero que le ayudará a afrontar esta Semana Santa, tras un proceso de selección y varios candidatos que habían postulado a la oferta.
Kike Santamarta lleva más de veinte años en el mundo hostelero con la Cervecería Céltica, y actualmente dirige Ninkase Art&Beer. «La hostelería crece, hay demasiados bares y no hay camareros para todos, ni clientes», expone para defender que «las cajas de muchos bares no dan para pagar al camarero cuánto y cómo es debido, de forma legal».
Su principal crítica es hacia la «economía sumergida». «No cotizas lo que trabajas y las personas acaban por rechazar ese trabajo. Las condiciones laborales no son adecuadas en muchos casos. Hay que ofrecer salarios dignos y facilitar la conciliación del personal. Para ello hay que hacer buenas cajas, y quizá sea el momento de pensar si dar de comer por 2 euros es lo más adecuado: si damos una caña y un plato de comida por 2 euros todo el sistema se derrumba», concluye Kike en tono reflexivo.
No solo sucede en León, sino que es algo que afecta a todas las provincias de España. Algunas incluso han impartido talleres gratuitos para formar camareros, como es el caso de Pontevedra. En León, los datos revelan que las incorporaciones al sector entre enero y junio de 2023 se quedaron en 6.521, mientras que antes de la pandemia se superaban las 10.000 contrataciones en esa misma época.
Pero, ¿por qué cuesta tanto encontrar trabajadores cualificados? Desde el gremio leonés apuntan a las ayudas estatales como un factor que contribuye a que «la gente prefiera vivir con una paga, incluso chapucear en el mercado negro, que trabajar en hostelería cobrando lo que le corresponde».
Un sector con horarios «incómodos», trabajo los fines de semana, jornadas «largas» y que «por tradición la gente no quiere trabajarlo», pero que cada vez «respeta más los convenios», asegura Martín Méndez. «El personal sanitario, los periodistas, los conductores de autobús o tren, muchos comercios, los cines, policías, bomberos... Hay mucha gente que trabaja en fin de semana», explica Paula Álvarez para reivindicar la equiparación con otras profesiones.
«En los pueblos están teniendo verdaderos problemas por la despoblación», revela la gerente de la Asociación de Hostelería de León. A mayores denuncia la gran cantidad de trabas a las que se enfrentan los compañeros de la España rural «por el desplazamiento y la conciliación laboral», en un escenario de crisis demográfica que azota desde hace tiempo a León.
«El sector se ha demonizado por quienes lo han hecho mal frente a todos los que lo hacen bien», critica Paula, que considera que la imagen actual de la hostelería es la de «un grito de auxilio». «Tenemos en contra las normativas, los impuestos, las ordenanzas, los vecinos... La hostelería se lleva todos los palos cuando es el sector que hace que la provincia sobreviva», sentencia.
El convenio para trabajar como camarero en la provincia «fija ya el descanso de dos días y sueldos de en torno a los 1.600 euros brutos y 1.400 euros para ayudantes», celebra Paula. Incluso «los sueldos son más altos que en Madrid», aseguró en 2022 el presidente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León, Fernando de la Varga.
Las previsiones son «buenas» en cuanto a reserva hotelera de cara a Semana Santa, y Ponferrada y Astorga prevéen una media del 80% para jueves, viernes y sábado. Mientras, León ronda entre el 75 y 80% para Jueves Santo y Viernes Santo mientras que cae al 60% el Sábado Santo. «La expectativa es alcanzar el 95% los días festivos», adelanta Paula Álvarez, Gerente de la Asociación de Hostelería a dos semanas de que comience.
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«Esperamos que sea como la del año pasado: sin conflicto y con la ciudad animada por la gran cantidad de gente que viene a conocer la Semana Santa de León», concluye.
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