Un joven denuncia una agresión homófoba en el Barrio Húmedo: «Me llamaron maricón y me tiraron al suelo de un empujón»

«Estaba tomando algo con cuatro amigos en un bar del centro de León. Ya pasadas las 22.30 horas decidimos que era hora de volver a casa, y nos separamos en dos grupos», explica. «Yo y otro amigo subimos la calle del Caño Badillo en dirección a la catedral y fue allí donde ocurrió».

Según relata, y tal y como consta en la denuncia interpuesta en la comisaría de la Policía Nacional, Julio y su amigo fueron interpelados de forma agresiva por un grupo de jóvenes que se encontraba en la plaza situada en la mencionada calle, quienes se dirigieron a ellos al grito de «maricones», lo que provocó que ambos acelerasen el paso:

«Nosotros nos alejamos de ellos y caminamos por el centro de la calle. Solo volvimos a la acera para dejar paso a un coche», afirma Julio, que pensó en aquel momento que se encontraba ya seguro: «De repente, sin previo aviso, noto un golpe muy fuerte en la espalda, como un empujón con el codo o algo, y caigo al suelo. No soy pequeño, peso más de 80 kilos. Tuvo que ser un buen golpe para tirarme».

Julio se levantó rápidamente del suelo, «menos mal que no llevaba el móvil ni nada en las manos y pude apoyar bien», con ayuda de su amigo, y huyeron en dirección a una zona donde vieron que había más personas, siempre vigilantes, pues por el rabillo del ojo «podíamos ver cómo nos perseguían».

Tras conseguir librarse de sus agresores, Julio asegura que no era capaz de proseguir su camino: «No podía dejarlo pasar así, tenía mucha rabia por lo que había ocurrido. Estaba temblando, todo había sido muy rápido y estaba mil, pero tenía que hacer algo», explica a Leonoticias. Tras avisar a los dos amigos con los que habían estado momentos antes, y después de reunirse en la plaza de Regla, llamaron a la Policía: «Nos tomaron declaración, se aceraron hasta el lugar y allí seguían los chicos. Después fuimos a la comisaria de la plaza Las Cortes para realizar la denuncia».

Julio, más de un día después, sigue en shock: «No me creo que me haya pasado a mí. Y menos en León. Cuando he vivido fuera, siempre he presumido y defendido de que aquí esto estaba más normalizado», asegura.