El asesino de Reading tenía antecedentes y le conocía el MI5

Khairi Saadallah habría llamado el pasado año la atención del Servicio de Seguridad, MI5, por su intención de regresar a Libia para unirse a un grupo terrorista. Pero el servicio de inteligencia descartó la sospecha y no estableció un sistema de vigilancia sobre sus actividades, según la BBC. Medios británicos señalan que la salud mental es un factor importante en la conducta del presunto asesino, según la evaluación de los investigadores. En abril de 2019 fue encarcelado por causar lesiones a un empleado de los servicios de emergencia y multado por posesión de un arma blanca.

En agosto, tuvo un violento enfrentamiento con un guardia de seguridad en un supermercado, que le inteceptó por sospechar que estaba robando una botella de vino. Más tarde, fue juzgado por atacar a la magistrada que le sentenciaba por los delitos que había cometido. Salió de la cárcel hace unas semanas y regresó a su apartamento.

Un primo que vive en Libia explicó al 'Daily Mail' que viajó a Londres en 2012 con un visado de turista y pidió asilo, porque era perseguido por grupos islamistas de su país a los que habría enojado por llevar una vida no religiosa. Vivió en Mánchester, donde hay una numerosa comunidad libia, antes de establecerse en Reading.

Los testimonios sobre su vida fuera de la prisión lo describen como un vendedor habitual de cannabis y consumidor de bebidas alcohólicas. Un vecino le vio el viernes sentado en la escalera con la cabeza apoyada en el pasamos y lo encontró dos horas más tarde en la misma posición. Su primo dice que se convirtió al critianismo hace dos o tres años y que se tatuó una cruz y acudia regularmente a iglesias.

La Policía regional de Thames Valley que inició la investigación del crimen dejó paso, a las 8.30 de la mañana de ayer, a detectives de unidades antiterroristas. Neil Basu, de la Policía Metropolitana de Londres y director nacional de antiterrorismo, ha afirmado que la investigación continúa en contacto con los servicios de inteligencia y la Policía local, pero que por el momento no se busca a nadie más.

El jefe antiterrorista afirmó también que los investigadores están «muy lejos de conocer con seguridad» la motivación del asesino. Algunos testigos señalan que, poco después de las siete de la tarde del sábado, hora local, irrumpió en el parque de Forbury Gardens y acuchilló en el cuello y el pecho a varios hombres de mediana edad que estaban sentados en la hierba charlando y bebiendo cerveza. Tres de ellos murieron y hay otras tres personas ingresadas en el hospital en estado crítico, aunque el número definitivo de heridos no había trascendido anoche. Al parecer, el atacante eligió a sus víctimas al azar.

Cuando se produjo la huida generalizada por el pánico, el autor del múltilpe crimen se habría unido a la evasión. Un policía local desarmado lo redujo con un placaje de rugby y fue esposado sin ofrecer resistencia en una carretera colindante al parque, con la ayuda de los ocupantes de un coche patrulla que había respondido a la alarma.

Policías armados entraron hacia las once de la noche, según la BBC, en un edificio de pisos en Basingstoke Road, donde se encuentra el apartamento de Saadallah, que significa 'alegría de Dios', en la última planta de una vivienda social, en el sur de la ciudad atravesada por el Támesis.

El primer ministro, Boris Johnson, ha expresado sus condolencias a las familias de los afectados y su voluntad de «aprender lecciones» cuando se tenga información más completa sobre lo ocurrido. Personas que han obtenido, como Saadallah, el estatuto de refugiado pueden ser deportadas a su país, pero el riesgo para su vida por la guerra civil en Libia puede evitarlo.

En 2017, Salaman Abedi, joven británico de padres libios militantes del salafismo, perpetró uno de los atentados terroristas más sanguinarios de la historia británica, cuando hizo explotar la bomba que portaba en su mochila en la puerta de salida de los espectadores de un concierto de la cantante Ariana Grande. Su hermano, Hashem, fue juzgado culpable en marzo por colaborar en el crimen y está a la espera de la sentencia.

Un profesor de Historia de una localidad próxima a Reading ha sido la primera víctima mortal identificada. Se encontraba en el grupo de hombres que charlaban en el círculo atacado por el asesino