Rusia amenaza a occidente con medidas técnico-militares

El texto de la misiva rusa, recibida ya en Washington, comienza lamentando que «la parte estadounidense no dio una respuesta constructiva a los elementos básicos del proyecto preparado por la parte rusa del acuerdo con Estados Unidos sobre garantías de seguridad firmes y legalmente vinculantes».

A juicio de la Cancillería rusa y tal y como ya habían señalado recientemente el presidente Vladímir Putin y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, «se ha ignorado la naturaleza del paquete de las propuestas rusas (…) tergiversando su contenido». «Tal forma de acometer el asunto así como la retórica empleada por los funcionarios estadounidenses refuerza las dudas en cuanto a que Washington esté realmente comprometido con solucionar la cuestión de la seguridad europea».

Rusia deplora también la «creciente» y «alarmante» actividad militar de EEUU y la OTAN cerca de las fronteras de Rusia y afirma que «las exigencias de retirar las tropas de determinadas zonas del territorio ruso, acompañadas de amenazas de sanciones más duras, son inaceptables y socava las perspectivas de llegar a acuerdos reales».

En el apartado dedicado a Ucrania se insiste en que no hay intención ninguna de invadir éste país, por lo que, a juicio de Moscú, «las declaraciones sobre la responsabilidad de Rusia en la escalada no pueden considerarse de otra manera que como un intento de presionar y devaluar las propuestas sobre las garantías de seguridad de Rusia».

El documento niega que Rusia ocupara Crimea en 2014 y también haber sido la iniciadora de la guerra en Donbass. Para reducir las tensiones, se solicita que Occidente deje de suministrar armas a Ucrania, de enviar instructores militares y de realizar maniobras conjuntas con el Ejército ucraniano.

La carta denuncia además la vulneración del «principio de indivisibilidad de las seguridad (…) obteniendo ventajas para sí mismo y sus aliados a costa de los intereses de seguridad de Rusia». A este respecto, Rusia critica la política de «puertas abiertas» de la OTAN, ya que «contradice los compromisos básicos adoptados en el marco de la OSCE de no fortalecer la propia seguridad a expensas de la de los demás».

Lavrov defendió este jueves la publicación del documento para que la sociedad de nuestros países sepa lo que ocurre (…) de otro modo, si se mantiene el secretismo, como lo prefieren Washington y Bruselas, la opinión pública será acosada con mentiras y con la burda propaganda que ahora satura el espacio informativo».

Lavrov explicó el lunes sin más detalles que «las medidas técnico-militares contemplan el despliegue de medios bélicos». El experto ruso en temas militares, Alexánder Ermakov, opina que contemplan la instalación de misiles nucleares en nuevos emplazamientos –como en Crimea o en las zonas más occidentales de Rusia- apuntando a objetivos situados en Europa. También el aumento de la actividad de submarinos y bombarderos estratégicos armados igualmente con armas atómicas para, en caso de necesidad, golpear objetivo en Estados Unidos. Según Ermakov, serían medidas «preventivas» sin que se llegase a un ataque concreto, salvo en el caso de que Estados Unidos y la OTAN iniciasen una agresión.