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MIKEL AYESTARAN
Jerusalén
Jueves, 21 de noviembre 2019, 17:48
Después de tres años de investigaciones, el fiscal general de Israel, Avichai Mandelblit, anunció de manera oficial la imputación por los delitos de cohecho, fraude y abuso de confianza de Benyamin Netanyahu. El 'premier' respondió de forma inmediata en un discurso televisado en el ... que tildó de «intento de golpe» esta decisión con la que vuelve a entrar en la historia del Estado hebreo. Primero lo hizo por ser el primer ministro que ha permanecido más tiempo en el cargo, superando a David Ben Gurión, y ahora por convertirse en el primer jefe de Gobierno en ejercicio imputado. De momento nada le obliga a presentar la dimisión, pero su futuro político queda en el aire pese a que insistió en que su intención es «seguir liderando el país» y pidió en tono desafiante «investigar a los investigadores» por lo que describió como «casos infectados».
La noticia se produjo 24 horas después de que Benny Gantz, ganador de las últimas elecciones, anunciara al presidente del país, Reuven Rivlin, su fracaso a la hora de sumar apoyos para formar gobierno. El Parlamento tiene ahora un plazo de 21 días para que cualquier diputado intente reunir los 61 escaños necesarios para tener la mayoría y si nadie lo consigue el país irá a sus terceras elecciones en menos de un año.
1. Regalos irregulares. El primer ministro en funciones responderá a imputaciones por fraude y violación de confianza por recibir, junto a su esposa, Sara, regalos ilícitos del relevante productor judío de Hollywood Arnon Milchan y del multimillonario australiano James Packer. Los obsequios, a cambio de favores, incluyeron champán y puros por valor de 183.000 euros.
2. Trato favorable. Imputado por fraude y violación de confianza por acordar con el diario 'Yedioth Ahronoth' manejos para debilitar al competidor 'Israel Hayom', favorable a Netanyahu, a cambio de que el primero ofreciera una cobertura más amable del ahora primer ministro en funciones.
3. Regulaciones. Aparece como el más peligroso de todos para el futuro de Netanyahu. Hará frente a cargos por sobornos, fraude y violación de confianza por impulsar regulaciones legales que beneficiaron al accionista mayoritario del grupo Bezeq, Shaul Elovitch, a cambio de una cobertura positiva para él y su esposa en el portal de noticias Walla.
Aunque el proceso legal contra Netanyahu necesitará meses, tendrá un impacto directo en la formación de gobierno o en unos nuevos comicios, si fueran necesarios. Además de criticar la decisión de Mandelblit, Netanyahu censuró que su anuncio se produjera «en el momento más sensible desde el punto de vista político desde el establecimiento del Estado». El fiscal declaró que la imputación del dirigente la hace con «pesadumbre pero con todo el corazón» y calificó el día como «difícil y triste» para Israel.
El gran rival político del 'premier', el dirigente de centro-izquierda Benny Gantz, negó que se esté produciendo «un golpe en Israel» y atribuyó al imputado «un esfuerzo por aferrarse al poder». Los apuros judiciales del jefe de Gobierno israelí en funciones produjeron una suerte de placer sombrío entre los palestinos. «Durante años trató de evitar este momento lanzando guerras contra el pueblo palestino», reprochó el representante de la OLP Wasel Abu Yousef.
Los casos contra el primer ministro en funciones son los conocidos como 'Caso 1000', en el que será imputado por fraude y violación de confianza por recibir regalos como puros, joyas y viajes por un valor de unos 180.000 euros de empresarios millonarios de Hollywood, a cambio de favores. El 'Caso 2000', en el que le imputan también por fraude y violación de confianza debido a la conspiración con el dueño del diario 'Yedioth Ahronoth', Arnon Mozes, también acusado, a cambio de obtener una cobertura favorable.
El último caso en explotar, y el más grave, es el 'Caso 4000', en el que hará frente a cargos por sobornos, fraude y violación de confianza tras presionar para garantizarse una cobertura informativa favorable para él y su mujer a Walla, portal de noticias propiedad de Shaul Elovitch, principal accionista de Bezeq, el gigante de las telecomunicaciones en el país.
A cambio, le habrían ofrecido favores gubernamentales en forma de regulaciones que reportaron millones de dólares a su compañía. En total se enfrenta a penas de más de diez años de prisión. «Elovich, que necesitaba al primer ministro para promover sus intereses comerciales y económicos, recibió numerosas solicitudes y demandas de este y su entorno con respecto a varias publicaciones en el sitio web de Walla, algunas durante los períodos electorales, e hizo todo lo que pudo para cumplir con ellas», dijo el fiscal sobre una relación que describió como de «dar y recibir».
«Caza de brujas». Esta es la expresión más repetida por un Netanyahu acorralado por la justicia y que desde el primer día ha rechazado de forma sistemática estas acusaciones. A sus problemas políticos por su incapacidad en las dos últimas elecciones para atraerse apoyos que le permitan seguir en el puesto suma este frente legal que, de momento, no le obliga a dimitir, pero que supone todo un freno para sus aspiraciones de seguir liderando Israel.
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