La Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La Unión Europea y Reino Unido sellan el acuerdo final del 'brexit'

Ursula von der Leyen y Boris Johnson confirman que el pacto incluye un comercio sin aranceles ni cuotas

Iñigo gurruchaga

Corresponsal. Londres

Jueves, 24 de diciembre 2020

La Comisión Europea y el Gobierno británico han llegado este jueves a un acuerdo sobre su futura relación, tras una última noche en vela de sus delegados regateando sobre pescados y diez meses de intensas negociaciones, que han coagulado en cerca de dos mil ... páginas, que ahora tendrán que ser convertidas en textos legales para su ratificación por los parlamentos europeo y británico antes del final del año.

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Boris Johnson informó sobre el acuerdo a su Gabinete en la noche del miércoles y la Comisión ha estado en contacto asiduo con los embajadores de los estados miembros. Los jefes negociadores, Michel Barnier y David Frost, y sus respectivos equipos han mantenido desde septiembre, con creciente agotamiento, una dinámica de continuas sesiones e intercambios de propuestas y borradores.

Si los parlamentos ratifican lo acordado, Reino Unido abandonará completamente la Unión Europea la próxima semana, pero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, han confirmado que permitirá el comercio entre las empresas sin que sean sometidos sus productos a aranceles o cuotas. Importadores y exportadores tendrán que cumplir, a partir de la medianoche del 31 de diciembre, nuevos requisitos en las aduanas.

Las páginas del acuerdo, que no se ha publicado, irán revelando en las próximas horas posibles requisitos para los viajes desde estados miembros a Reino Unido, y viceversa, o detalles sobre el estatus de Gibraltar o la homologación en el tratamiento de datos. No contiene un entendimiento sobre servicios financieros ni colaboración en el área de política exterior y defensa; los universitarios no participarán en el programa Erasmus de intercambios.

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El acuerdo se ha alcanzado en un tiempo récord para este tipo de tratados. El periodo de transición pactado en 2019 entre la UE y el Gobierno de Theresa May era de dos años, pero el rechazo por el Parlamento británico de su Acuerdo de Retirada provocó su caída. El nuevo líder, Boris Johnson, rehusó la invitación de la UE a extender el plazo en varias ocasiones.

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Desenchufados

Los equipos negociadores pactaron pronto la colaboración en seguridad, que no ofrecería a la parte británica el acceso automático actual a las bases de datos comunitarias, o la futura participación de Reino Unido en programas de la UE como Horizon, pero la exigencia de reglas de competencia justa, para impedir que la economía británica gane ventaja competitiva mediante subsidios o estándares medioambientales o laborales que abaraten sus productos, ha sido desde el primer día el asunto más espinoso.

En el anuncio del acuerdo, Michel Barnier afirmó que la UE mantiene su capacidad de sanciones unilaterales, mientras que Johnson presentó el acuerdo en este área como capaz de dotar a la economía británica de completa autonomía. Cuando un periodista le dijo que su afirmación de que el comercio no será sometido a barreras no arancelarias no es cierta, porque ya desde el 1 de enero añadirá trámites burocráticos, el primer ministro replicó que se refería a que la UE no podrá prohibir los enchufes británicos porque no funcionen en países de la Unión. Es decir, que hay que esperar a la publicación de los documentos pactados.

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La asignación de cuotas de diferentes especies a las flotas pesqueras británica y comunitaria extendió a última hora la negociación. El acuerdo ofrecería un tiempo de transición de cinco años y medio a las flotas comunitarias, con una posible, pero no aclarada, reducción de capturas. La divergencia sobre la pesca y la competencia justa parecieron capaces de forzar una separación sin acuerdo. Esa ha sido también una amenaza constante de May y de Johnson, aunque ambos gobiernos han mostrado tenacidad en regresar a la mesa hasta alcanzarlo.

La presidenta Von der Leyen se inspiró en 'Romeo y Julieta', de William Skakespeare, para describir el contexto histórico. «Separarse es tan dulce pena», dijo. Johnson afirmó que el futuro tratado ofrece la promesa de «una nueva estabilidad y certeza en la que ha sido algunas veces una relación malhumorada y difícil».

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