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Ivia Ugalde
Viernes, 29 de julio 2022, 19:31
La galopante inflación que arrastra a Argentina hacia el empobrecimiento ha llevado al presidente, Alberto Fernández, a realizar la tercera remodelación de su Gobierno en apenas dos meses. El Ministerio de Economía, máximo exponente de la inestabilidad imperante en un Ejecutivo lastrado por las fracturas ... entre el ala kirchnerista y el peronismo, ha tenido tres responsables en menos de 30 días. El último, nombrado el jueves por el jefe de Estado, es el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Pero no será como sus predecesores, sino un «superministro» con poderes inéditos para salvar al país de la ruina.
A sus 50 años, este abogado de profesión no solo aglutinará la cartera de Economía, sino también la de Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca. La intención de Fernández, según la agencia Télam, es lograr un «mejor funcionamiento y gestión». En definitiva, que Massa tenga capacidad de mando para tomar las medidas que sean necesarias a fin de corregir los fuertes desequilibrios que amenazan el crecimiento y golpean con dureza los bolsillos de los argentinos.
La designación se produjo mientras miles de personas marchaban hasta la Casa Rosada, la sede de la Presidencia, para reclamar que se instaure un «salario universal» equivalente a dos canastas básicas alimentarias, unos 67.000 pesos (480 euros) para todas las personas con bajos ingresos. La sociedad, cada vez más descontenta con la gestión del Ejecutivo, exige soluciones, acorralada por una de las inflaciones más altas del mundo. Prueba de ello es que el acumulado en el primer semestre fue ya del 36,2% y solo en junio la tasa interanual escaló al 64%. Como resultado, la pobreza alcanza ya al 37% de la población.
Aunque la peronista Confederación General del Trabajo aplaudió el nombramiento de Massa, la oposición conservadora e incluso voces de izquierda cuestionan su elección. «No es una persona que genere confianza», aseveró Patricia Bullrich, presidenta de Propuesta Republicana, partido que integra la alianza derechista Juntos por el Cambio. En la misma línea se posicionaron la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica al asegurar que «goza de inhabilidad moral para el ejercicio». Mientras, la diputada progresista Myriam Bregman, llegó incluso a calificarlo como «un amigo de las corporaciones».
Frente a las críticas, el presidente argentino destacó la «visión, capacidad y experiencia» de su futuro «superministro», que no podrá asumir el cargo hasta que se convoque el martes «una sesión especial» para designar al nuevo titular del Parlamento. En cualquier caso, Massa no deja de ser una figura cuanto menos díscola y cambiante ya que fue jefe de gabinete en el mandato de Cristina Kirchner, entre 2008 y 2009, pero luego se convirtió en un feroz opositor hasta que se alió con ella otra vez para derrotar al exgobernante liberal Mauricio Macri en las elecciones de 2019.
Massa anticipó este viernes que el miércoles, un día después de su asunción, anunciará un «conjunto de medidas» que mantienen a la expectativa al sector financiero y bursátil. No en vano, el país enfrenta además una grave crisis cambiaria y está comprometido con un ajuste fiscal acordado con el Fondo Monetario Internacional tras refinanciar una deuda de 44.000 millones de dólares.
El «superministro» reemplazará a Silvina Batakis, que apenas ha durado tres semanas en el Ministerio de Economía y ahora se convertirá en la presidenta del Banco Nación. Durante su breve gestión, el precio del dólar estadounidense creció un 40% respecto el peso argentino. Por su parte, los hasta ahora titulares de Desarrollo y Agricultura, Daniel Scioli y Julián Domínguez, dejarán sus respectivos cargos.
Las remodelaciones en el gabinete se completaron con la designación del diputado Carlos Castagneto como titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos. Sustituye a Mercedes Marcó del Pont, que ocupará el puesto de directora de Asuntos Estratégicos.
Los últimos cambios en el Gobierno argentino se produjeron a inicios de julio, cuando Martín Guzmán dimitió como ministro de Economía. Un mes antes había dejado la cartera de Desarrollo Productivo Matías Kulfas. Ambos eran hombres cercanos al peronismo moderado del presidente y muy cuestionados por la vicepresidenta Cristina Kirchner.
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