R.C.

Los candidatos que nunca llegarán a gobernar EE UU

Desde un representante de los indios navajos hasta el rapero Kanye West, pasando por un clérigo musulmán

ITSASO ÁLVAREZ | Julio Arrieta | Isabel Ibáñez

Lunes, 2 de noviembre 2020

  1. Kanye West

    El rapero que no ha votado nunca y quiere gobernar un país de cómic

El rostro más serio del hip hop internacional, el marido de la modelo, empresaria y 'celebrity' Kim Kardashian, el hombre del rostro impertérrito Kanye West (1977, Atlanta, Estados Unidos) nunca ha votado -aunque, hasta que ha padecido coronavirus, ha mostrado apoyo incondicional a Trump-, está ... orgulloso de no leer libros, dice que uno de sus secretos para parecer guay es no sonreír en las fotos y está a favor de las armas porque «disparar pistolas es divertido».

Publicidad

Tiene 21 premios Grammy, 140 millones de discos vendidos y se codea con algunas de las estrellas más importantes de la música, la moda y el cine. Ha prometido que el espejo en el que se inspirará en su mandato será 'Pantera negra' (Black Panther), superhéroe de los cómics de Marvel, y que el organigrama de su gabinete será del estilo de la monarquía militarista Wakanda que Black Panther gobierna, un paraíso ultratecnológico donde las naves espaciales de construcción doméstica surcan el cielo. De sus declaraciones se deduce que es presuntuoso y un creído. Que, más que una persona segura de sí misma o asertiva, es un ególatra, de tan exagerada que resulta la percepción que tiene sobre sus virtudes y capacidades.

A saber, se define como «uno de los seres humanos más poderosos de la Tierra». Se ha equiparado a Dios, a Nike, a Google, a Shakespeare y a «Walt Disney hecho carne». Se define como «el rockstar número 1 en el planeta», «el artista de mayor impacto de nuestra generación», «un genio», «la vasija de Dios» y «tan influyente y tan relevante» que va a cambiar las cosas. ¿Son una baza la excentricidad y el narcisismo de los que hace gala? Un misterio.

Una de sus últimas declaraciones públicas:«Desconfío de la vacuna contra la Covid porque quieren ponernos chips en nuestro interior para que no podamos cruzar las puertas del cielo». Su familia le ha pedido que abandone la carrera presidencial y se centre en su salud mental. West padece trastorno bipolar y dice que medicarse le resta creatividad.

  1. Dario Hunter | Partido Progresista

    «No puedes ser negro, gay y judío sin desarrollar una piel muy dura»

Si hay una cosa que se puede decir de Dario Hunter, candidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Progresista de Oregón, es que su recorrido vital es llamativo. Nacido en Livingston, Nueva Jersey, hace 37 años, este abogado medioambientalista sabe muy bien lo que es enfrentarse a la intolerancia: es un afroamericano homosexual que dejó el islam para convertirse al judaísmo y ser ordenado rabino, lo que no le ha impedido criticar con dureza al Estado de Israel. Todo ello le ha acarreado no pocos enemigos, pero ha reforzado, según dice él mismo, su lucha por la «justicia social, económica y racial». Es el eje de una carrera política que le ha llevado desde el Partido Demócrata al Progresista, pasando por el Partido Verde.

Publicidad

El padre de Hunter era iraní y su madre afroamericana, ambos musulmanes. «Éramos una familia trabajadora pobre y para nosotros la vida era una constante dificultad para llegar a fin de mes», cuenta. A pesar de las penalidades, logró estudiar Historia en la Universidad de Princeton y Derecho en las de Windsor, Detroit y Wayne. Se trasladó a Israel, donde trabajó como abogado en casos relacionados con el medio ambiente.

Hunter se convirtió al judaísmo y, según presume,«en el primer nacido musulmán ordenado como rabino». El hecho de haber crecido en la «intersección de múltiples experiencias culturales me ha llevado a tomar una aproximación muy liberal y de mente abierta del liderazgo espiritual», asegura.

Publicidad

También del liderazgo político: «No puedes vivir en este mundo como negro, gay, judío, hijo de un inmigrante persa, sin desarrollar una piel muy dura. La diversidad y la adversidad me han enseñado cómo tender puentes, pero también me han enseñado cómo luchar». Lo hizo primero a través del Partido Demócrata, del que formó parte hasta 2017, después del Partido Verde de Estados Unidos, y ahora del Partido Progresista de Oregón, una formación pacifista considerada de extrema izquierda que defiende «los derechos de los trabajadores, los consumidores, la justicia social y la protección ambiental». Con la emergencia climática como fondo de su campaña, persigue «la justicia para la Tierra y toda su gente».

  1. Howie Hawkins | Partido Verde

    El 'antiTrump' que quiere salvar el planeta y sueña con una sanidad para todos

Howie Hawkins (San Francisco, California, 1952) reúne todo lo necesario para ser considerado el perfecto 'antiamericano' por los que se constituyen en defensores de su patria. Primero, por rojo, pues es miembro del Partido Socialista y se define como anarco-comunista. Segundo, por ecologista, pues fundó en 1984 el Partido Verde en un país en el que Trump ha conseguido extender el negacionismo climático con argumentos que no por absurdos han tenido poco éxito. También por multicolor, por defender las minorías cuando las aguas bajan aún revueltas tras el asesinato en mayo del afroamericano George Floyd a manos de un policía. Y esta semana moría otro por disparos de un agente.

Publicidad

Predicando con el ejemplo, lleva a una mujer negra, Angela Walker, como aspirante a vicepresidenta. Además, es partidario de extender el famoso 'Medicare' instaurado por Obama, la sanidad para todos. Y, por si esto fuera poco, pretende rebajar el presupuesto militar.

En los 70 y 80, trabajó en la construcción y, hasta su retiro en 2018, descargó camiones para la empresa de mensajería UPS en el turno de noche. De adolescente protestó contra la guerra de Vietnam -aunque se alistara en los Marines en 1972 al ser llamado al servicio militar- y después contra las centrales nucleares y el socavamiento de los derechos obreros. Incluso participó en la caída del 'apartheid' en Sudáfrica al llamar al boicot de las inversiones allí.

Publicidad

«Racista incompetente»

Hawkins se considera el primero en desarrollar lo que es la estrella de su programa, el Green New Deal (Nuevo Acuerdo Verde), que otros han adoptado y adaptado en estos comicios y que propone cambiar la economía para luchar contra la crisis climática sin dejar de combatir la desigualdad. «No podemos esperar a que Trump, el racista incompetente, o Biden, el halcón neoliberal, luchen por las necesidades de la clase trabajadora», dice él, que consideraría «un triunfo» lograr el 5% de los votos.

  1. Jade Simmons | Independiente

    «Los 'sin techo' no votan porque están demasiado preocupados por sobrevivir»

Quizá el único momento en el que el nombre de Jade Simmons ha despuntado en el colorido pelotón que conforman los candidatos menores a la presidencia de Estados Unidos fue cuando al también aspirante alternativo a ocupar la Casa Blanca Kanye West le preguntaron por ella. Al igual que el marido de Kim Kardashian, Simmons es de color, se dedica a la música y tiene a Dios como el eje principal de su proyecto político. Ahí acaban las similitudes.

Noticia Patrocinada

Jade Simmons no es una rapera extravagante casada con una celebridad. Esta pianista de formación clásica, que lo mismo interpreta a Rachmaninov que un hip hop, es una estrella en el circuito de conferenciantes que se dedican a impartir charlas de motivación. Pero, además, fue Miss Chicago y Miss Illinois en 1999 y llegó a formar parte del grupo de finalistas de Miss America en 2000. Y luego está su peculiar faceta religiosa: durante el fin de semana de unas navidades escribió en 2016 'Oraciones atrevidas para cambiadores del mundo: Vive y reza gritando', un libro de rezos de 195 páginas, a medio camino entre un devocionario y un manual de autoayuda.

No sorprende que el lema que resume su campaña sea 'Una nación. Bajo Dios. Indivisible'. El hecho de que todo su discurso gire en torno al poder de la voluntad, el liderazgo, el emprendimiento, puede hacer pensar que la ideología de Simmons es afín a la del mismísimo Donald Trump. Error. La diferencia es que ella, asegura, no quiere dejar fuera a los perdedores. Su objetivo es «restituir a los Estados Unidos a su identidad como una nación unificada, que honra a Dios y sirve a todas las personas».

Publicidad

Recientemente, la aspirante independiente recordaba que en las anteriores elecciones no habían votado cien millones de electores estadounidenses. «Entre ellos están los 38 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza», sostiene. Jade Simmons quiere contar con ellas. «¿Por qué ningún político lleva el problema de los 'sin techo' en su programa? Porque los 'sin techo' no votan, están demasiado ocupados tratando de sobrevivir», dice en un vídeo.

  1. Jo Jorgensen | Partido Libertario

    Quiere un país neutral como Suiza y que los políticos «dejen de controlarlo todo»

Jo Jorgensen (Illinois, 1957), profesora universitaria de Psicología, compite por la presidencia del país bajo la insignia del Partido Libertario, formación que en 2016 obtuvo casi 4,5 millones de votos, un 3,29% del total. Madre, abuela y jugadora de hockey sobre hielo, así se define en su perfil de Twitter, donde cuenta con poco más de 170.000 seguidores. Uno de sus últimos tuits es este: «Imagina un mundo en verdadera libertad, donde tu propiedad, tu vida y tu cuerpo no estén regulados por políticos que controlan cada momento».

Publicidad

Jorgensen quiere acabar con la guerra fallida contra las drogas, reformar la justicia penal para bajar la alta tasa de población penitenciaria (la mayor del mundo), erradicar las escuelas públicas y el Departamento de Educación para que recaiga de manera descentralizada sobre los estados, eliminar la Seguridad Social -«la jubilación es responsabilidad individual de cada uno»-, dejar que la gente tenga armas para su defensa personal y declarar a Estados Unidos como un país neutral, al estilo suizo, y retirar las tropas en el exterior. De todo el exterior.

Si lo anterior parece utopía, lo siguiente es un cuento de hadas. Aboga por eliminar embargos (Cuba), sanciones (Venezuela, Irán, Rusia y tantos otros) y ayuda exterior (al mundo subdesarrollado). Opina que la inmigración refuerza la economía y que la mezcla cultural es beneficiosa. De ella se dice que tiene «habilidades comerciales para hacer que las cosas sucedan». Hasta sacar plaza de profesora, fue representante de marketing de IBM, tuvo su propio negocio de ventas de 'software' y una empresa de consultoría empresarial con clientes selectos. «Los falsos patriotas profesan un amor por el país cuando en realidad se refieren a gobierno. Los libertarios quieren dejarte en paz», promulga. Jo Jorgensen dice que Trump no ha cumplido lo que prometió y que no ve a los demócratas «apoyando a gente que no tiene influencia económica».

Publicidad

  1. Mark Charles | Independiente

    «La Constitución está hecha para defender a los terratenientes blancos»

Estados Unidos tiene más de 324 millones de habitantes, de los que entre 2,5 y 6 millones son indios. O, como ellos mismos prefieren decir, nativos americanos. Hay que acudir a la hemeroteca para recordar que han pasado ya 22 años desde la última vez que un indio se presentó como candidato a unas elecciones presidenciales. Fue Russell Means, de la tribu Lakota, que concurrió apoyado por el Partido Libertario. El hecho de que los indios estén fuera del juego político y de que eso no sea casual, sino el resultado de una política racista marcada por la propia Constitución, es uno de los principales argumentos del aspirante independiente Mark R. Charles.

Nuestro hombre pertenece al grupo tribal Diné, o Navajo, el segundo más numeroso del país, un pueblo formado por alrededor de 300.000 personas que viven en una reserva que ocupa parte de los estados de Arizona, Nuevo México y Utah. Charles suele presentarse mencionando sus orígenes familiares: «Vengo del pueblo de los zapatos de madera». De los zuecos. Porque su abuela materna era holandesa. Es un ejemplo de la diversidad étnica que él reivindica como una riqueza que oculta la Constitución, «diseñada para defender los intereses de los terratenientes blancos».

Mark Charles, que vive en la reserva, estudió en la Universidad de California y es programador de ordenadores, escritor y periodista. Pero, sobre todo, es conocido por su activismo en defensa de los derechos de los indios y de otros colectivos dejados de lado por el sistema. «Tenemos que construir una nación en la que las tres primeras palabras de la Constitución 'nosotros, el pueblo', signifiquen realmente 'todo el pueblo'», argumenta. Partidario de la «reconciliación» antes que del enfrentamiento, promueve «un diálogo nacional sobre género, raza y clases».

Para Charles, que es pastor de una iglesia pero defiende cuestiones como el matrimonio igualitario o el derecho al aborto, la desigualdad es el principal problema del país: «Hemos pasado tanto tiempo discutiendo si Estados Unidos ha sido grande o va a volver a serlo alguna vez que se nos ha olvidado hablar del hecho de que vivimos en una nación que nunca ha decidido tratar a todo el mundo como seres humanos».

Publicidad

Noticia Relacionada

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad