j. c.
Martes, 31 de marzo 2020, 21:56
Han tenido que transcurrir las 24 horas de moratoria impuesta por el Gobierno en el decreto que paralizaba toda actividad no esencial el domingo por la noche para que las compañías afectadas por esta decisión -básicamente, el tejido industrial a gran escala- tenga claro si ... pueden operar durante los próximos días hasta los festivos de Semana Santa. En la primera jornada hábil de «hibernación» empresarial, parte de las fábricas echaron el cierre como tenían previsto. Pero otras muchas plantas siguieron trabajando al ralentí o con una producción rebajada, tal y como les permite el decreto tras la Nota Interpretativa (con esa denominación) que el Ministerio de Industria tuvo que publicar para aclarar la confusión generada.
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En ese documento, que el departamento dirigido por Reyes Maroto hizo llegar a todo el sector, se permite a las empresas con contratos internacionales vigentes cumplir con sus obligaciones de exportación e importación de mercancías. Y lo hace «en la medida en que se configuran como clave del abastecimiento o del cumplimiento de compromisos de contratos internacionales». Perderlos habría costado miles de millones, aclaran en el sector.
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El ministerio aclaró también que las plantas no esenciales pero que si paran tendrían problemas para su vuelta al funcionamiento podrán mantener esa «actividad mínima imprescindible», a través de turnos de trabajo o número mínimo de plantilla, como si se tratara de un fin de semana, algo que ya establecía el decreto sin concretar.
Son los dos principales puntos que Industria puso sobre la mesa para atender las quejas de todo un sector (siderúrgicas, químicas, cementeras, papeleras...) que el domingo por la noche se fueron a la cama sin saber si podrían seguir operando durante estas jornadas o no ante lo que consideraban que era una ambigüedad del decreto del BOE.
Con la interpretación comunicada este martes, muchas fábricas siguieron en activo aunque con un número mínimo de trabajadores. «Ha sido una actuación de sentido común», explica Aniceto Zaragoza, director general de Oficemen (la patronal cementera). «Son interpretaciones convenientes y que no perturban el espíritu del decreto sobre los contactos», indica el directivo.
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Aniceto Zaragoza indica que las empresas «se encontraron en una completa situación de indefensión jurídica» porque no sabían cómo podían actuar y qué les podía requerir, en su caso, la Policía o Guardia Civil si se presentaban en sus instalaciones. Y hace referencia a los contratos de exportación que tanto temor han causado en las últimas horas entre las industrias. «En una situación tan compleja no es normal que una empresa no pueda cumplir con sus obligaciones de exportación porque se juega mucho», indica.
Por su parte, Juan Antonio Labat, director general de la Federación de la Industria Química (Feique), apunta que esta aclaración ministerial «es lo que reclamábamos». Para el Ejecutivo, la mejor opción habría sido que el decreto incluyera los códigos de actividad empresarial (CNAE) considerados como esenciales, para así tener meridianamente claro si podían continuar con su actividad. «No han encontrado la fórmula para hacer esto de forma eficiente», se queja de la norma del BOE.
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Varias de las comunidades más industrializadas, como Asturias, ya habían flexibilizado la interpretación del decreto este lunes. El presidente del Principado, Adrián Barbón, indicó que el decreto «permite hacer una interpretación favorable a la industria asturiana», tal y como acordaron la Consejería de Industria y la Delegación del Gobierno para detallar un listado con una treintena de empresas industriales que podrán mantener su actividad.
Por su parte, el Gobierno vasco indicaba este martes que se había establecido «una línea caliente de comunicación» con el Ministerio de Industria para intentar aplicar en Euskadi con cierta «flexibilidad» las medidas recogidas en la norma sobre hibernación, especialmente en el sector industrial. La nota del Ejecutivo llegó después de una intensa negociación entre el gabinete de Iñigo Urkullu con el de Pedro Sánchez.
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