La exhibición de Djokovic, un error ridículo

Los cuatro tenistas que han dado positivo, Djokovic, Grigor Dimitrov, Viktor Troicki y Borna Coric, han puesto de manifiesto el despropósito del Adria Tour. La exhibición comenzó con la imagen de Djokovic recibiendo con abrazos y sin mascarillas a Grigor Dimitrov en el aeropuerto de Belgrado y ha terminado con los dos contagiados. Entre medias se realizaron partidos de baloncesto, de fútbol, entrenamientos, fotos abrazados e incluso un 'Kids day' en el que varios de los participantes del torneo se juntaron con varios niños de la región para hacer actividades.

Una de las imágenes más criticadas fue la de una fiesta en la que se podía ver a los jugadores bailar sin camiseta y sin respetar la distancia de seguridad. Lo mismo que ocurrió en las gradas del torneo, cuya apariencia, con cientos de espectadores, recordaba más al tenis del 2019 que a cualquier cosa postcoronavirus.

«Estos torneos se organizaron para que los jugadores del sur y el este de Europa pudieran tener acceso a la competición antes de que comience la normalidad. Todo fue organizado de una manera filantrópica, con lo recaudado invertido en la gente que lo necesita», señaló Djokovic en un comunicado.

Al serbio le ha salido el tiro por la culata. Su torneo ha sido cancelado, sus participantes han sido contagiados y la comunidad tenística se ha echado encima suya. «Es un ejemplo muy pobre. Tiene que servir como lección para el resto», aseguró Andy Murray. «No debería haber montado fiestas. Es una irresponsabilidad. En ese país no se guarda ni la distancia de dos metros, es una broma», agregó Dan Evans. El más crítico, Nick Kyrgios: «Un aplauso para todos los jugadores que han cogido el coronavirus. No hace falta que me menciones para recordarme las cosas estúpidas o irresponsables que he hecho. Esto se lleva la palma».

Queda por ver cómo responde la ATP a este desbarajuste después de que hace apenas una semana anunciase el nuevo calendario. La serie de positivos no debería afectar a los torneos, pero sí sentará precedente en cuanto a cómo actuar en caso de un positivo. También pondrá en alerta a torneos como Madrid o Roland Garros que exploraban la opción de dejar pasar a un pequeño porcentaje de público.