BORJA GONZÁLEZ
Motegi
Domingo, 20 de octubre 2019, 00:07
Ni siquiera después de cerrar el Mundial de MotoGP Marc Márquez se relaja. El ya campeón del mundo completó la primera etapa de su objetivo previo al fin del campeonato, el de no perder la concentración y continuar con su espectacular dinámica de 2019, un ... curso con diez triunfos, incluyendo el de este domingo, y otros cinco podios, trece de ellos conseguidos de manera consecutiva.
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En Motegi, en casa de Honda, consiguió cerrar el campeonato de constructores; 'consiguió', porque de los 356 puntos que ha necesitado la casa del ala dorada para llevarse la segunda de las coronas que se ponen en juego en la clase reina (la tercera y última es la de equipos, para la que el Repsol Honda aún mantiene opciones, con tres carreras por disputar y a 17 puntos del Ducati Team de Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci), 350 llevan su nombre. Los seis restantes los aportó Takaaki Nakagami en Austin, en la única prueba en la que el piloto español ha fallado este año. Y, además, se apuntó la pole, la vuelta rápida de carrera y, por supuesto, la victoria, otra vez con Fabio Quartararo como su rival más sólido.
El joven francés buscó en el inicio de la prueba colocarse delante de Márquez, aunque este rápidamente recuperó la posición de partida para tratar de poner en marcha el primero de los planes preparado antes de la prueba en su box. Esto le permitió no tener que pasar al plan B. «Teníamos previsto rodar en 1'46 bajo, pero he abierto hueco con 1'45 alto y luego he vuelto a 46 bajo. No es que no pudiese rodar más rápido, es que de hacerlo no hubiera llegado al final de carrera. He intentado coger dos segundos de ventaja, mantenerlos y pilotar fino para ahorrar gasolina».
Gran Premio de Japón
Márquez, con un mejor ritmo por lo visto en entrenamientos, consiguió ese margen de seguridad respecto al de Yamaha, que primero tuvo por detrás a la Ducati de Jack Miller, aunque después el australiano se desinfló y dio paso a Franco Morbidelli, que tampoco pudo aguantar y que dejó la pelea por el tercero a Dovizioso y a Maverick Viñales. «A falta de vuelta y media se me ha encendido la luz de reserva, una alarma, y con eso da para tres vueltas», reconoció Márquez, que vivió con algo de angustia el tramo final de la carrera (su moto se detuvo nada más cruzar la línea de meta), calculando su ventaja mientras Quartararo se veía obligado a apretar ante el esfuerzo final de Dovizioso, el más rápido en esos últimos giros y que dejó sin opciones de cajón a Viñales. «Dovi venía a cuatro segundos a falta de diez vueltas. Y dije, 'vale'. Después empecé a ver 3.7, 3.3, 3.1, y pensé, '¿dónde va?'. Por eso me apliqué al límite y, honestamente, casi me caigo varias veces, porque iba al límite», reconoció Quartararo sobre su final y tras superar a la Ducati por apenas medio segundo.
En cualquier caso, un resultado espectacular de un piloto que está dejando en evidencia a los teóricos rivales de Márquez en el corto plazo, y que está firmando un año muy por encima de lo que de él se esperaba. En una reunión de equipo tras el test de Sepang de febrero, en su box se marcaron el objetivo de que el piloto lograse el honorífico título de novato del año, con una horquilla de puntos a final de año de entre 50 y 90; con tres pruebas por disputar, el de Niza ha alcanzado ya los 163.
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En cualquier caso, con su tercer puesto, Dovizioso consolidó el que debería ser su tercer subcampeonato consecutivo, dejando la pelea por el tercero de la general a Alex Rins, que sólo fue sexto, Viñales, cuarto, Petrucci, otra vez muy gris (noveno), incluso el citado Quartararo, y ya más lejos Valentino Rossi, que se fue al suelo para firmar su tercera carrera consecutiva para olvidar.
Un hecho llamativo en estos momentos de su carrera que se enlaza con el otro multicampeón en estado crítico, Jorge Lorenzo, que volvió a terminar a un mundo de su compañero de equipo (40 segundos), en una crisis a la que no se le ve un final. «La primera motivación de cada fin de semana, y el jueves de Australia volveré a decir lo mismo, es ganar el domingo. Intentaré ayudar también con esto al equipo en el campeonato de escuderías, en el que vamos recortando poco a poco; y por el bien del equipo y del propio Jorge esperemos que él poco a poco se vaya encontrando mejor. No le deseas a ningún piloto, y menos a tu compañero de equipo, esa situación», analizó Márquez, que, sobre todo, no quiere que 'su momento' se acabe: «Yo no quiero que pare. Esa es la intención, pero hay que ser realistas, porque en algún momento va a parar. Pero mientras estemos en un buen momento de forma y las cosas salgan, tendremos que aprovecharlo».
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