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borja gonzález
JEREZ
Domingo, 26 de julio 2020, 00:57
Viendo cómo se desarrolló la carrera de MotoGP del domingo en Jerez, cuesta mucho imaginar que, incluso habiendo decidido seguir, Marc Márquez, el que estaba siendo el protagonista del Gran Premio de Andalucía, hubiese podido sacar un rendimiento muy positivo de estas 25 ... vueltas en un trazado andaluz que alcanzó los 36 grados de temperatura ambiente y los 60 de asfalto. Se fueron al suelo Oliveira, Binder, Lecuona, Miller, Aleix Espargaró y Petrucci. Y se retiraron por problemas en los motores de sus motos Bagnaia (Ducati), cuando marchaba segundo con un amplio margen sobre el tercero, y Morbidelli (Yamaha) cuando rodaba cuarto. Álex Rins, muy tocado del hombro, pudo ser undécimo.
«La carrera más dura de mi vida, he llegado a pensar en volver al box», dijo Rins al finalizar. Cal Crutchlow, operado el martes del escafoides de su mano izquierda, tomó el camino del garaje aunque decidió volver a pista cuando se dio cuenta de que con tantos ausentes podía sumar tres puntos.
«En esta carrera era imposible respirar», reconocía Maverick Viñales tras cruzar la meta. El de Yamaha fue el único piloto español en subir al podio en un domingo anormalmente poco fructífero, repitiendo el segundo puesto de hace una semana. Un resultado que le mantiene segundo en la general, a diez puntos del líder, aunque dejando una sensación de más distancia real si nos atenemos a lo visto en la pista. Porque Fabio Quartararo volvió a dar un golpe en la mesa de MotoGP y fue inalcanzable para sus rivales. Y es que a cuatro vueltas para el final su ventaja había llegado a los ocho segundos, después de dominar la prueba desde la primera curva.
«Al principio estaba súper concentrado, porque quería abrir hueco sobre los demás. Pero 25 vueltas delante con este calor... Tenía las manos y los pies que me quemaban. Ha sido mi carrera más física y más difícil en MotoGP», reconocía el francés, que llegará a la siguiente prueba, la de la República Checa, como un sólido líder de una categoría en la que se sigue esperando que Márquez regrese para intentar el difícil reto de repetir título.
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BORJA GONZÁLEZ
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«Viendo las radiografías de Marc y ese vídeo en el que hacía flexiones... He pensado: 'Este tío es un robot'. No ha podido hacer la carrera y creo que es lo normal con esa lesión, pero realmente es increíble lo que está haciendo. Con Marc sabemos que todavía será más difícil ganar, pero es guapo tener a alguien que te empuja hasta el límite. Creo que si estamos aquí este año es porque Marc nos empujó al límite el año pasado», comentó Quartararo.
El triplete de Yamaha, el primero desde el que casa japonesa logró en 2014 en Australia, lo completó Valentino Rossi, que regresó a un podio de la clase reina 15 meses después (el último había sido en Austin en 2019) en un momento en el que está cerrando su futuro como piloto satélite con la moto, precisamente, de Quartararo.
«Habíamos tenido carreras muy malas el año pasado, como las de Valencia o Aragón», dijo Rossi, que celebró simbólicamente su resultado frente al mismo baño portátil en el que se paró en 1999 y 2009, como dedicatoria al público ausente. «Nos mirábamos las caras y nos faltaban hasta las palabras, con lo que surgían las dudas de que a lo mejor era el momento de quedarnos en casa, pero ya hemos tomado la decisión de correr el año que viene. Estaba un poco preocupado, porque no estaba disfrutando pilotando y resulta frustrante, porque llevo sufriendo este problema mucho tiempo. Ha habido que dedicar mucho tiempo y lo único que quiero es disfrutar en la pista, así que este podio va para todo mi equipo».
La felicidad en Yamaha quedó empañada, no obstante, por el problema mecánico de Franco Morbidelli, que certificó un hecho que vio la luz el domingo en Jerez: la casa japonesa anda en problemas con sus propulsores. De hecho, Viñales a estas alturas ya ha abierto los cinco motores de los que dispone para todo el año, con uno ya en fuera de juego. Rossi, antes de esta carrera, había perdido también uno, lo mismo que le pasó a Morbidelli durante la prueba. Un hecho que preocupa, y mucho, una vez que aún quedan por disputar once carreras más, sin margen legal para hacer cambios.
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