La karateca Sandra Sánchez. Efe
Entrevista de Ruth Beitia a Sandra Sánchez, campeona olímpica

«Es injusto que el kárate no esté en París en 2024»

Ruth Beitia charla con Sandra Sánchez, campeona del mundo, seis veces de Europa y oro en Tokio

Jueves, 22 de julio 2021

El kárate se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de estos Juegos, precisamente, en el país en el que nació. Y allí ha ganado la medalla de oro Sandra Sánchez (Talavera de la Reina, 16 de septiembre de 1981), una joven que ... se define «divertida, traviesa, llena de sueños e ilusiones» y que es considerada la mejor karateca de la historia en 'kata' femenino.

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-En estos Juegos se juntan tantas cosas y tan bonitas que hacen que sea una cita especial. Sin embargo, es una pena que la presencia de esta modalidad sea efímera, porque debuta en Tokio, pero ya no estará en París'2024.

Me parece que es una decisión muy injusta, no solo por dejar este deporte fuera, sino porque es anterior a nuestra puesta en escena. Son criterios no deportivos, tampoco sabemos cuáles son esos criterios para dejarnos fuera sin que ni siquiera nos hayan visto en Japón. Te deja una sensación de impotencia total, por lo que solo nos sirve ir a por todas en estos Juegos.

-Eres un ejemplo de perseverancia, ¿a la Sandra pequeña le gustaba más el karate o el baile?

Mi padre quiso apuntarme a una actividad extraescolar, y pensó que la niña iba a ir al baile, y se lo iba a pasar genial, y mi hermano Paco al kárate. Como quería estar con él pues empecé por envidia, y me enamoró desde el primer día.

-Y a lo largo de todos estos años te has llegado a cansar de tu deporte? ¿Has pensado alguna vez en dejarlo?

En dejar el kárate, nunca. En dejar la competición, sí. Es muy diferente. Lo que hay alrededor del deporte a veces te cansa y tienes el deseo de salir, pero la competición es una parte pequeña del kárate.

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Vídeo. Ruth Beitia entrevista a Sandra Sánchez. Marta Madruga

-Apareces en el libro Guinness como la mujer con más títulos en el mundo del karate. ¿Era un sueño?

No era un sueño porque era algo inimaginable. Jamás pensé en estar en ese libro, así que cuando me llegó esa información, me quedé alucinada. Significa que es algo que has conseguido con mucho trabajo y mucho esfuerzo.

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-Jesús del Moral es su pareja y su entrenador. ¿Cómo se llevan esas dos situaciones? ¿Qué significa Jesús para ti?

Lo es todo, hemos encontrado el equilibrio muy bien, es fácil separarlo. Cuando hacemos kárate, no se habla, estamos en silencio entrenando. Ese tiempo es el maestro que está dando órdenes. Cuando terminan esas horas empieza otro Jesús del Moral, son muy diferentes y los compatibilizo muy bien.

«Nunca he pensado en dejar de practicar el kárate, en dejar la competición, sí»

-Cada cuatro años aparecen diferentes deportes que, por desgracia, no están habitualmente. Defiende el tuyo.

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El kárate es una forma de vida, un arte marcial que transmite tantos valores... disciplina, respeto. Estamos en constante aprendizaje. Yo soy lo que soy por lo que he vivido. Hay algo más, el sentimiento. El corazón debe ser capaz, a través de tu cuerpo, de transmitir y llegar a emocionar a la gente que te esté viendo, lograr que sienta algo.

Emoción por ir a Tokio

-¿...Y la pandemia y el aplazamiento de los Juegos?

Fue una montaña rusa de emociones. Costaba creer todo lo que estaba sucediendo. Pensábamos en que lo importante era estar bien, pero otra parte de la cabeza te decía qué pasará con los Juegos. Una cancelación hubiera supuesto la desaparición del kárate como modalidad olímpica sin haber tenido la oportunidad de haber debutado. Y, mientras tanto, teníamos que seguir entrenando. Yo tuve suerte porque tengo tatami en casa y entrenador 24 horas, pero otros compañeros tenían muchos problemas.

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-¿A nivel personal qué supuso el confinamiento?

Todos mis vecinos son tan buenos... Intentaron ayudarme de alguna manera, aportando material por si me hacía falta. Esa solidaridad y el ayudarnos entre todos... Creo que la pandemia nos acercó a todas las personas y vimos el corazón de la gente. Eso fue muy bonito.

«Es una forma de vida, un arte marcial que transmite tantos valores... disciplina, respeto...»

-¿Ir a los Juegos era un sueño?

Yo nunca pensé en los Juegos, no asociaba mi deporte con los Juegos. Y date cuenta de que no estuve en el equipo hasta los 33 años. Entré justo a tiempo de vivir todo esto, es como si la vida me recompensara por todos esos años. Es una oportunidad tan bonita y tan grande que doy gracias por poder vivirla.

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-¿Qué es lo que más te llama la atención de unos Juegos?

Siempre me ha emocionado mucho el momento en el que un deportista gana un oro olímpico, esa emoción desbordada...

-A mí me dijeron mucho antes de retirarme que era mayor, ¿te sucede a ti?

No les digo nada, no me aporta nada. Solo hago un espacio a los comentarios positivos.

«Disfrutar de lo que me rodea»

-¿Qué consejo darías a una joven que de mayor quisiera ser como tú?

Que disfrute y entrene. Las medallas las ganas un día y al siguiente se pasa, pero tienes que seguir disfrutando de ir a entrenar, llegue o no la medalla.

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-¿Y con que sueña Sandra?

Ahora con los Juegos. Tengo todo preparado y cada día que voy a entrenar imagino la competición, me voy metiendo en las sensaciones y que salga con todo lo que he entrenado.

-¿Una goma para borrar algo del pasado, o un lápiz para seguir escribiendo su historia?

No borro nada. Me hace ser lo que soy yo.

-¿Qué ha hecho que tengas la actitud que tienes?

La enfermedad de mi madre. Fue el punto de inflexión entre una Sandra y otra. Ojalá no tuvieramos que vivir esperiencias tan duras, pero me hizo cambiar para bien, a disfrutar de todo lo que me rodea.

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