Los Bryan revolucionan la navaja suiza española

La España de Luis de la Fuente es una auténtica navaja suiza. Ofrece un sinfín de combinaciones de herramientas capaces de solucionar cualquier problema. En un partido disputado este lunes en Tenerife que la victoria lograda tres días antes en Dinamarca había convertido en una especie de bolo, la campeona de Europa redondeó la fiesta imponiéndose a la Nati con goles de Yéremy Pino, de Bryan Gil y de Bryan Zaragoza, y se dispone a conocer este viernes el nombre del rival al que se medirá en cuartos de final de la Liga de Naciones.

Tiene motivos de sobra para preocuparse la selección a la que le toque en suerte España, un combinado que sabe ganar de mil modos y luciendo infinidad de rostros. Paredes, Samu y Barrios ingresaron este lunes en la familia que ha formado el preparador de Haro, ampliando a 22 el número de nuevos futbolistas que ha acogido en sus robustos brazos el riojano desde que asumiese las riendas de un bloque exuberante.

Con la obra ya culminada, tocaba repartir minutos a los menos habituales y administrar las cargas de trabajo de aquellos soldados que están acostumbrados a combatir en primera línea de fuego. De ahí que Luis de la Fuente modificase íntegramente el once que dispuso en el Heliodoro Rodríguez López respecto al que compareció tres días antes en el Parken de Copenhague.

Sumó su segunda aparición con la selección Remiro bajo palos. Tuvo su puesta de largo como internacional Paredes en una retaguardia que completaron Cubarsí, Grimaldo y Mingueza, este último ya miembro de La Roja con todas las de la ley tras haber debutado oficialmente hace tres años en un amistoso ante Lituania que estuvo marcado por la Covid. La batuta en el centro del campo la asumió otro recién llegado, Casadó, junto a dos peones experimentados como Fabián y Pedri. En cuanto a la delantera, recayó el protagonismo en el capitán Morata, con Yéremy Pino y Nico Williams agitando por bandas.

En definitiva, un combinado remozado en el que relucían dos canarios, Pedri y Yéremy, deseosos de ser profetas en su tierra mientras Ayoze, el otro isleño llamado a filas en esta ventana pero lastimado durante el entrenamiento del domingo, seguía los acontecimientos a distancia muy a su pesar tras el partidazo que completó en Dinamarca.

Tenía ganas de fiesta Tenerife después de 28 años sin ver de cerca a la selección española y el público se volcó con el duelo pese a tratarse de un encuentro un tanto devaluado puesto que se presentaba La Roja con los deberes hechos a la cita acordada con una Suiza venida a menos. Descendida a la Liga B de la Nations y con la vista puesta ya en la fase de clasificación para el Mundial de 2026, la Nati usó el trámite como banco de pruebas mezclando veteranos como Ricardo Rodríguez, Freuler o Xhaka con recién llegados como Sohm y Kutesa a los que quiere dar vuelo Murat Yakin para regenerar la capacidad competitiva de los helvéticos. Tiene trabajo por delante.

Gobernó con mucha comodidad La Roja en una primera parte en la que estuvo cerca de sacar rédito a su presión adelantada en un par de acciones en las que Mvogo coqueteó con el desastre. Demasiado tierna esta Nati para una España tan madura que se adelantó en el marcador cumplida la primera media hora de partido tras un penalti cometido por Ricardo Rodríguez sobre Morata. Lo falló Pedri, al que el capitán cedió la ejecución atendiendo al clamor popular. No pudo aprovechar el rechace Nico Williams pero sí lo hizo Yéremy Pino, defensor del honor canario.

Con un escenario propicio para contentar a todos, De la Fuente dio paso tras el intermedio a Robert Sánchez y posibilitó el debut con la absoluta de Samu. Bajó pulsaciones España y lo pagó. Ganó cuerpo Suiza con la relajación local y la entrada de Monteiro, atacante de origen portugués que milita en el Young Boys cuya potencia incomodó mucho a la defensa española. Cruzó demasiado el remate en su primera acometida Monteiro después de ganarle la mano a Paredes, pero no desperdició su segunda intentona, mandando el esférico a la red tras sacar de rueda a Grimaldo y de nuevo a Paredes. Poco importó porque España está tocada por una varita.

Había acudido poco antes De la Fuente al desborde de Bryan Gil con el objetivo de que La Roja volviese a ponerse el traje de faena y el extremo del Girona tardó un suspiro en poner las cosas de nuevo en su sitio aprovechando la mansedumbre defensiva de Suiza, una sombra de aquel combinado rocoso que convertía cada riña en una visita al dentista.

Irrumpió también el otro Bryan, Zaragoza, para agitar por el costado derecho y España acarició el tercero con un derechazo de Grimaldo a pase del futbolista de Osasuna que blocó Mvogo. También con un disparo de Pedri desde la frontal que se marchó alto, antes de que De la Fuente tuviese un último gesto retirando al de Tegueste para que recibiese una cerrada ovación, y dando la alternativa a Barrios. Ya con el medio del Atlético sobre el césped, un penalti de Fabián en las postrimerías del partido y convertido por Zeqiri estuvo a punto de impedir que España rematase la faena, pero Bryan Zaragoza apareció al rescate de un combinado tan plural como irrefrenable.

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