Los últimos minutos sacan a la Deportiva de puestos de playoff

En este choque de inercias donde, aparentemente y por los últimos resultados, el aspecto anímico era favorable a Las Palmas, la Deportiva no dudó en dejar el mando del partido al conjunto amarillo que tuvo más balón y que llevó el peso del choque en estos primeros compases.

Estiraba sus líneas la Deportiva en defensa, con Yuri y Espiau encabezando una presión que, una vez superaba la primera línea, pasaba a ser una defensa junta y replegada en bloque baja para tratar de encontrar una contra que tuvo el cuadro de Bolo en el minuto 8 pero donde un toque excesivamente largo de Yuri - algo impropio del brasileño - la frustró.

Pero el partido estaba en un impás de control por parte de ambos conjuntos, que estaban siendo capaces de neutralizar las virtudes de su contrincante. Sólo la imprevisibilidad de jugadores como Yuri y Ojeda o los aciertos contados en la presión de los canarios generaron cierto peligro o, más bien, sensación del mismo, en estos primeros minutos.

En una de esas jugadas rápidas y en las que el balón llegó a uno de esos futbolistas que no se sabe por dónde pueden aparecer, Yuri, llegó la primera gran ocasión berciana. El capitán trató de driblar a Curbelo y el balón quedó suelto para Espiau, que de primeras chutó al poste.

Fue el aviso de la Deportiva en un choque donde no estaba pasando absolutamente nada. Pero ese es uno de los grandes puntos fuertes del cuadro blanquiazul: cuando todo parece calmado, pueden revolucionarlo con muy poco. En un saque de banda, Naranjo se desmarcó para ganar la banda, centrar raso y encontrar a Yuri, en el primer palo, para batir a Valles y, ahora sí, adelantar a los de Bolo.

Pero la fortuna no estaba de lado de la Deportiva. En una jugada aislada en la que, cierto es, fue la primera ocasión en la que los amarillos pudieron correr al espacio, varios rebotes dejaron el balón a Lemos para poner un centro que, de nuevo, tras varios rechaces, acabó entrando tras tocar en Sadiku. El balón tocó en la mano del delantero pío-pío y el VAR, tras una larga deliberación, anuló el gol.

Aun así, el gol espoleó a los isleños, que vivieron unos buenos minutos en los que empujaron por el empate ante una Deportiva que, cierto es, cada vez que llegaba creaba peligro. Sadiku la volvió a tener para los de García Pimienta al aprovechar un rechace a un disparo de Kirian que no repelió Amir, pero el iraní se hizo grande ante el delantero visitante para evitar el tanto del empate.

Acto seguido, respondió el de (casi) siempre, Yuri, rematando un gran envío de Ríos Reina y obligando a Valles a realizar una gran intervención para que los blanquiazules no lograran doblar su renta. El choque había ganado en ritmo y en emoción con el paso de los minutos, con el gol ponferradino, y estaba ofreciendo unos miunots de juego vistoso y trepidante.

Lo cierto es que la sensación era que la Deportiva estaba más cómoda, que su plan ideal se ajustaba más a lo que estaba sucediendo sobre el césped, todo aderezado, además, con el marcador favorable a los de Bolo, un gigantesco balón de oxígeno para las ambiciosas expectativas bercianas.

Con todo ello, y una tángana por un choque entre Amir y Sadiku, se llegó al descanso, con una Deportiva que supo ocasionar que en los minutos finales de la primera mitad no sucediera nada. Así, los bercianos se iban por delante al descanso.

La segunda mitad arrancó con un triple cambio de García Pimienta en busca de una reacción, de un giro en un partido en el que el técnico de los isleños era consciente de que estaba pasando lo que más interesaba a la Deportiva. Hubo un cambio de actitud en los amarillos, tratando de ser más protagonistas y enviando un aviso con un chut lejano de Jesé que se fue alto.

La Deportiva era consciente de que le iba a tocar sacar su versión más sufridora, la de saber defender en bloque abajo y aprovechar las oportunidades que tuviera al contragolpe. Tampoco era un plan de partido que rehusaran los de Bolo, que les fuera mal.

Las Palmas seguía empujando. Jesé y Viera se encontraban cada vez y buscaban desbordar a una defensa berciana sólida y segura en estos minutos ante un conjunto canario que elevaba su presión en campo rival, su número de efectivos en ataque y la pólvora empleada en tratar de 'dinamitar' la muralla ponferradina.

Para meter más cimientos a ese muro que estaba levantando el cuadro de Bolo, el técnico vasco dio entrada a Paul Anton y Saúl Crespo por Espiau y Cristian, tratando de ganar músculo en un centro del campo cada vez más exigido.

Aguantó la Deportiva. Una defensa estoica, numantina, de los bercianos, que anhelaban un contragolpe que les diera aire y 'metiera miedo' a los canarios. Pero lo que se encontraron fue la segunda tarjeta de Pascanu que obligó, aún más, a centrarse en defensa a los de Bolo.

El partido incidió aún más en el panorama que presentaba, con Las Palmas totalmente volcado en campo blanquiazul y Jesé, con un gran disparo, amenazó con el empate, privilegio del que le privó un enorme Amir.

El paso de los minutos favorecía a una Deportiva cansada, fatigada, pero repleta de épica para tratar de aguantar una victoria que valía mucho más que tres puntos. A la par, cada minuto que pasaba suyponía un punto más de agobio y de ansiedad para los de García Pimienta.

Pero el empate llegó. En una jugada con fortuna, Kirian disparó desde la frontal, pasando el balón entre las piernas de Yuri y Amo e impidiendo la correcta visión del esférico a un Amir que no llegó a tiempo de sacar ese balón.

En los minutos finales, los canarios buscaron completar la remontada ante una Deportiva tocada... y con uno menso, que se defendió como pudo de estas últimas ofensivas isleñoas y sin fuerzas ni argumentos para ir a por la victoria.

La crueldad se cebó con los de Bolo que, en la última jugada del partido, recibieron el mazazo definitivo. Amir repelió como pudo un buen disparo de Saúl Coco pero Rober, sólo en el área, cazó el rechace para dejar a la Deportiva por primera vez desde la primera jornada fuera de puestos de playoff y muy tocada a nivel anímico.