La Deportiva deja escapar una victoria de prestigio

Bolo sorprendió con la elección de cuatro delanteros en su once ante un rival de la envergadura del Eibar. Pero el plan, el famoso plan que muchos pensaban que se estaba ejecutando en Bahréin con el Alpine de Fernando Alonso, tenía en realidad su escenario en El Toralín.

Y es que Bolo preparó una encerrona al líder, al Eibar, con un partido muy físico, de muchas interrupciones y un orden inquebrantable en una Deportiva que sólo necesitaba un ingrediente para que el plan fuese perfecto: el gol.

Era ese ausente de último partido, en Málaga, pero que El Toralín apareció pronto. En el primer ataque, se culminó. Si fue la bendición papal o, simplemente, acierto, pocos lo saben, pero la jugada salió genial a los bercianos que, en una acción de estrategia botada por Erik Morán, encontraron el tanto tras el toque de cabeza de Espiau para que Enrich embocara de volea ante la imposibilidad de reacción de Yoel.

El siguiente paso del plan era aguantar. La Deportiva lo hizo, dejando la posesión del balón al Eibar, pero cerrando todas las puertas en tres cuartos de campo. Era una batalla contra un frontón para el conjunto armero, al que todas las vías para conectar con Quique o Stoichkov, inéditos en la primera mitad, estaban cerradas.

A balón parado estuvo cerca de llegar el empate, con un testarazo de Venancio que salvó bajo palos Yuri. Era lo que le faltaba al capitán blanquiazul, ya endiosado por su afición que, además, se disfrazó de 'portero' para estar omnipresente, bajo el larguero, y sacar ese balón con su pie diestro.

No era un partido vivo, ni siquiera entretenido, para una Deportiva que estaba logrando lo que quería: que se jugara poco. Sin continuidad ni fluidez en el Eibar, los bercianos generaban sensación de peligro cada vez que se acercaban al área armera.

En los ultimos minutos de la primera mitad, mas doinio y mas balon del Eibar ante una Deortiva que anteien el orden y la cabeza gria defendiendo, a la busqueda de una contra para matar el choque.

El dominio de balón guipuzcoano fue a más en un tramo final de la primera mitad donde Saverio, en el banquillo, fue expulsado. A la par que crecía el porcentaje de posesión armero, aumentaba su desesperación con una Deportiva que veía en las salidas rápidas la ocasión ideal para 'matar' el partido. La tuvo Naranjo, con un centro raso de Paris que chutó de primeras, pero el pie de Correa evitó el segundo gol.

No pudo hacer nada el Eibar minutos después. Los bercianos cerraron la primera mitad con el 2-0, en una salida veloz en la que Espiau y Paris, con calma en el pico del área, lograron abrir una rendija para que el navarro sacara un centro perfecto que Yuri transformó en el segundo tanto de la tarde. La Deportiva estaba haciendo hincar, otra vez, la rodilla al líder.

Tras el paso por vestuarios, Garitano buscó un cambio radical en su equipo con un triple cambio para encontrar una reacción inmediata y poder pelear por los puntos El Toralín. Llorente, Chema y Aketxe entraron en el campo, pero la primera oportunidad fue blanquiazul con una volea de Naranjo cuyo rechace cazó Espiau para mandar el primer aviso de la reanudación.

No fue un oasis en el desierto, sino que la Deportiva fue mejor es estos primeros minutos y Paris, con un centro-chut, volvió a tenerla. Pero el Eibar, por su parte, sabía que tenía que arriesgar, que ser más agresivo y que hacer más daño a los de Bolo, por lo que dieron un paso adelante figurado y sobre el campo.

Fue algo que logró controlar la Deportiva pese al evidente potencial ofensivo armero liderado por el campeón de mundo Fernando Llorente y uno de los goleadores de la categoría, Stoichkov. Pero el orden blanquiazul, con un enorme sacrificio defensivo de Naranjo y Espiau, estaba siendo suficiente para frenar a los vascos.

Lo de la Deportiva estaba siendo un ejercicio de desesperar al rival. Y lo estaba consiguiendo ante un Eibar que por más y más naves ofensivas que quemaba, no encontraba cómo hacer daño al 'acorazado' berciano, firmando un partido realmente brillante en defensa.

Pero la entrada de Fran Sol en el conjunto armero y el gol de Llorente tras un centr maravilloso de Aketxe desde la esquina dio vida al equipo visitante. El Eibar recortó distancias y creyó en sus posibilidades de sumar en El Toralín ante una Deportiva, por primera vez en todo el partido, superada.

A base de centros, con Llorente y Sol haciéndose inmensos en el área, el Eibar generó un enorme peligro que no se tradujo en gol, pero sí en cierto agobio para los de Bolo.

Pero esa reacción 'in crescendo' del Eibar encontró un importante freno en la expulsión por roja directa del autor de su gol, Llorente, por una disputa de balón en la que impactó con los tacos en la pierna de Paris Adot.

Aún así, un 'gigante' como el Eibar no cae tan fácil y tuvo sus arrebatos en busca del empate. El gol armero se intuyó en El Toralín con una jugada en la que Tejero dio un pase atrás que Expósito, sorprendiendo, remató fuera en una posición franca.

Fueron varias las ocasiones del Eibar en estos minutos finales, con una enorme variedad de intentos. Aketxe, con un disparo lejano que realizó un extraño, especialidad del mediapunta vasco, estuvo a punto de sorprender a Amir en un tramo de choque de saber sufrir para los bercianos.

Este empuje eibarrés acabó en gol. En una jugada rápida, el balón llegó a Fran Sol en el área, Pascanu se resbaló cuando el delantero armero controló y el ariete se pudo girar y definir ante Amir para poner la igualada en el partido.

Los de Bolo trataron de levantarse del duro mazazo que supuso el segundo gol armero y encerraron en su área al Eibar en busca de acumular el mayor número de jugadores posibles en campo rival para lograr esa victoria que se le estaba escurriendo de las manos.

La más clara la tuvo Baeza con un remate a un grandísimo centro de Paris en el que Yoel voló para dejar con premio al Eibar. Murió en área rival la Deportiva que, sin embargo, se tuvo que conformar con un empate, el cuarto consecutivo que, seguramente, antes del partido no hubiera sido desdeñado pero, tal y como transcurrió el choque, sabe a poco en El Toralín.