Zinedine Zidane da indicaciones durante el Liverpool-Real Madrid. Peter Powell (Efe)
Análisis

La resiliencia de Zidane abre al Real Madrid las puertas del doblete

El marsellés tira de sastrería y carácter para levantar a un equipo al que muchos daban por desahuciado en noviembre

Óscar Bellot

Madrid

Jueves, 15 de abril 2021, 15:36

Desahuciado por la crítica en el primer tramo de la temporada, el Real Madrid está a once partidos del doblete Liga-Champions. A un punto del liderato en el torneo doméstico cuando restan ocho jornadas, el conjunto de Chamartín pisa de nuevo las semifinales ... de la máxima competición continental tras la lección de sacrificio que dio frente al Liverpool en Anfield. El Chelsea, al que los blancos recibirán el 27 de abril en el Alfredo Di Stéfano y visitarán el 5 de mayo en Stamford Bridge, es el último obstáculo en el camino hacia la final de Estambul. Un rival duro y correoso, blindado desde la llegada de Thomas Tuchel al banquillo, que presume de la única 'orejona' que figura en las vitrinas de los tres aspirantes que comparten espacio con el trece veces rey de Europa en esta ronda plagada de 'nuevos ricos' en la que los blancos defienden el orgullo de los viejos titanes del continente y ayudan a cuadrar las cuentas de la entidad.

Publicidad

A la hora de analizar cómo han alcanzado esta situación, resulta imposible sustraerse a los múltiples contratiempos que han tenido que afrontar las huestes de Zinedine Zidane desde que comenzase el curso. Golpeado una y otra vez por las lesiones –medio centenar de percances que han afectado a la práctica totalidad de la plantilla- y el coronavirus, el Real Madrid ha llegado a encarar encuentros con hasta nueve bajas, obligando al marsellés a una recurrente labor de sastrería para coser a un equipo que estuvo en los huesos durante muchas semanas y que sigue fuertemente diezmado. A ello hay que añadir las salidas de Jovic y Odegaard en el mercado invernal y el bajo rendimiento de muchos suplentes que llevó al técnico a aparcar las rotaciones y exprimir al límite a la columna vertebral de un bloque que caminó sobre el alambre en noviembre.

Último de su grupo tras patinar frente al Shakhtar, salvó la vida 'in extremis' en Mönchengladbach y enderezó el rumbo en el doble duelo contra el Inter, pero se acercó de nuevo al cadalso cayendo en Ucrania. Con el pase a octavos pendiendo de un hilo, completó un triple salto mortal venciendo a los potros de Marco Rose en el último enfrentamiento de la fase de grupos y se benefició del empate del Shakhtar frente al Inter para terminar como primero y obtener un cruce más favorable ante el Atalanta que resolvió con autoridad. La misma que lució ante el Liverpool en una eliminatoria en la que Zidane sacó su vena más italiana en la vuelta tras el 3-1 favorable de la ida y ofreció de nuevo soluciones imaginativas para compensar los desperfectos de un tránsito cruento como pocos.

Constantes piruetas

Huérfano de más lateral diestro que el poco fiable Odriozola, apostó por Valverde, que se jugó el físico con el tobillo como una bota y tuvo que infiltrarse para contener las embestidas de Mané. Baste señalar que el charrúa fue el séptimo ocupante de esa demarcación en lo que va de campaña para resumir las piruetas que ha tenido que acometer Zidane para mantener a su equipo en pie. La reconversión del bravo uruguayo completó una zaga de circunstancias en Anfield, donde el Real Madrid capeó al tridente ofensivo que hace un par de años devastó Europa a su paso con un solo integrante sano de su retaguardia de campanillas: Mendy. Como escuderos de Courtois, soberbio, estaban Nacho y Militao, los últimos de la fila, que dieron un recital de suficiencia. El canterano anda sobrado de oficio y compromiso. Sus condiciones para nada desmerecen las de Sergio Ramos y Varane. Está completando la mejor temporada de su vida. El brasileño, señalado desde que aterrizó en Chamartín a cambio de 50 millones de euros, ha despejado las dudas que existían sobre su cuajo con tres exhibiciones de raza en ocho días de exigencia brutal. Sus actuaciones dan tranquilidad al club y meten presión al capitán, cuya renovación sigue parada, y a Varane, que termina contrato la próxima temporada.

La respuesta de Nacho y Militao a un desafío mayúsculo recuerda a la solvencia con que Lucas Vázquez respondió al reto de paliar las continuas ausencias de Carvajal. El futbolista de Leganés encabeza, con 160, el cómputo de días en el dique seco que han permanecido los jugadores del Real Madrid esta temporada: 1.124 en conjunto, una auténtica barbaridad.

Publicidad

Sin figuras clave como Sergio Ramos, Hazard o el propio Carvajal, los blancos han salido adelante, con Zidane luciendo sus dotes de estratega. Es desternillante que todavía algunos le tachen de simple alineador y gestor de grupo, puesto que sus onces demuestran un ramillete de soluciones digno del mejor arquitecto. Apoyándose en la vieja guardia, pero rehabilitando también a Asensio, reconduciendo a Vinicius y administrando los recursos según toca, el preparador francés mantiene a su equipo en una situación de privilegio y disputará sus cuartas semifinales de la Champions en cinco años al frente del Real Madrid. Todavía es posible que el edificio se derrumbe con un cansancio más que notorio y termine cerrando el año en blanco, pero el conjunto de Chamartín y su técnico han dado una clase de carácter y resiliencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad