Secciones
Servicios
Destacamos
Llegó el Día D para el Real Madrid en la Champions. Los blancos, que cincelaron su grandeza reinando por trece veces en la máxima competición continental, afrontan la última jornada de la fase de grupos entre la espada y la pared tras encajar sendas ... estocadas del Shakhtar Donetsk que han convertido el choque contra el Borussia Mönchengladbach en el partido más trascendental en mucho tiempo. Una eliminación significaría un tremendo varapalo económico pero, sobre todo, un golpetazo descomunal en términos de prestigio deportivo, ya que el conjunto de Chamartín siempre ha alcanzado como mínimo los octavos de final bajo el actual formato. Las consecuencias, por tanto, serían cataclísmicas, hasta el punto de que Zinedine Zidane, el técnico que le aupó a tres 'orejonas' consecutivas, arriesga la cabeza.
Las cuentas son claras, aunque profusas. El campeón español pasará a octavos si vence a los 'potros' de Marco Rose en el estadio Alfredo Di Stéfano o si empata y el Shakhtar, con el que está igualado a puntos pero frente al que tiene el 'goal average' perdido, sucumbe ante al Inter de Milán en San Siro. Tendría además el premio de finalizar como primero de grupo si se impone al cuadro renano y el Shakhtar no hace lo propio en tierras lombardas. Pero si no se produce ninguno de estos dos escenarios, quedaría apeado de su competición fetiche. Su destino sería la Europa League en caso de que pierda ante el 'Gladbach' y el Inter no triunfe sobre la escuadra ucraniana. También caería a ese torneo si firma tablas con el cuadro germano y el Shakhtar suma frente a los italianos. Y se despediría de Europa si hinca la rodilla contra el bloque teutón y el Shakhtar corre la misma suerte frente a los 'nerazzurri'.
«Queremos sumar los tres puntos y acabar esta ronda primeros. Solo pensamos en eso», proclamó Zidane, experto en situaciones de máximo riesgo. No sabe lo que es perder una final con todas las de la ley y ha demostrado también su pericia en otras postizas como aquella vuelta de cuartos de final de la Champions 2015-16 en la que el Real Madrid levantó un 2-0 cosechado en el estadio del Wolfsburgo con un triplete de Cristiano Ronaldo en el Bernabéu, la visita a Estambul de la pasada campaña en la que salvó el cuello con una victoria por la mínima frente al Galatasaray tras la debacle liguera en Son Moix o el clásico del pasado 24 de octubre, al que llegó seriamente cuestionado tras encadenar dos batacazos ante el Cádiz y el Shakhtar pero del que salió reivindicado con un claro triunfo sobre el Barça.
«Todos los jugadores y el club estamos acostumbrados a jugar bajo presión y en partidos en los que tienes que hacer el máximo. Sabemos lo que nos jugamos», señaló el marsellés, poco inquieto, al menos de puertas hacia fuera, por su futuro. «El club hará lo que tenga que hacer», asume el preparador, consciente de que sus pupilos siempre han rendido cuando de salvarle el pellejo se trataba pero sabedor de que el fútbol no tiene memoria, y menos cuando se pertenece a una entidad en la que todo lo que no sea alcanzar el cielo equivale a caer en el averno.
Eso tampoco tiene que contárselo nadie a Sergio Ramos, recuperado para la madre de todas las batallas y que se reencontrará con el suizo Yann Sommer, capitán de los 'fohlen' que dejó en 25 la racha de penaltis consecutivos convertidos por el zaguero al detenerle dos penas máximas con la selección helvética hace un mes. El '4' regresa tres semanas después de caer lesionado con La Roja frente a Alemania para encabezar la conjura del vestuario. Un refuerzo determinante por su experiencia, jerarquía y potencia en las dos áreas. No en vano fue el segundo máximo artillero del Real Madrid el curso anterior y en el presente su equipo promedia el doble de goles con él sobre el césped que cuando está ausente. Sus bajas en la Champions han sido una losa casi insuperable para el conjunto de Chamartín, que pereció en ocho de los diez últimos envites europeos que afrontó sin su concurso.
Noticia Relacionada
Al regreso del central de Camas se suman los de Carvajal y Odriozola, por lo que Zidane tiene su nómina defensiva al completo por primera vez en muchas semanas. Todo lo contrario de lo que sucede en ataque, donde Benzema es el único ariete sano, tras diagnosticársele una tendinosis en el aductor derecho a Jovic y andar renqueante también Mariano.
Con el objetivo de sacar al menos un empate que le bastaría para sellar el primer boleto a octavos de la Champions de su historia llega a Madrid el Borussia Mönchengladbach. Incluso la derrota podría servirle al cuadro teutón, siempre y cuando el Shakhtar empate con el Inter, ya que le tiene ganado el 'goal average' al equipo ucraniano. Rose recupera al central Nico Elvedi y volverá a agarrarse a la potencia de Thuram y Plea, que ya atormentaron al Real Madrid en el Borussia Park.
Se trataba de una 'final' en la Champions para no darse una batacazo histórico y no despedirse en la fase de grupos por primera vez desde 1997 y el mejor Real Madrid reapareció de nuevo en su competición fetiche, cuando su continuidad, desde la tercera plaza, estaba en el aire antes de recibir al Borussia Mönchengladbach, al que sentenció en poco más de media hora y frente al que ahuyentó todos los fantasmas que le perseguían. Ya lo consiguió esta temporada el Madrid frente al Barça en la Liga y ante el Inter en la Liga de Campeones y no podían fallar los blancos en la última jornada de la máxima competición, en la que se arriesgaban, no solo a quedar relegados a la Liga Europa, sino incluso a quedar eliminados. Así consiguió el Real Madrid, en un gran partido, dar de paso aire al cuestionado Zinedine Zidane, que reconoció tras la victoria en San Siro que «estos jugadores, cuando se ponen, se ponen», y sus futbolistas volvieron a darle la razón y a responderle a lo grande en un magnífico primer tiempo en el que ejercieron un dominio insultante y ya pudieron lograr un marcador más amplio. Tras el descanso fue Sommer quien se encargó de evitar una goleada blanca que hubiera sido merecida en un choque de un solo sentido en el que el Madrid lanzó también nada menos que en tres ocasiones al palo.
Con el incombustible Luka Modric liderando el centro del campo y dirigiendo las operaciones de un equipo vertical y ambicioso que tuvo mucha claridad de ideas en la elaboración y gozó de eficacia en la primera media hora, fue de nuevo Karim Benzema quien se encargó de certificar con un doblete la tremenda superioridad del vigente campeón de Liga. Lo hizo el delantero francés de cabeza, a sendos centros desde la derecha de Lucas Vázquez y de Rodrygo, y el Real Madrid abrió de forma definitiva el camino hacia octavos y, además, como líder, para hacerse fuerte en octavos y encontrarse con un rival a priori mucho menos temible que alguno de los conocidos cocos que le podían esperar como segundo. Para el Real Madrid, las finales, y la visita del Mönchengladbach al Di Stéfano de Valdebebas se podía considerar como tal, no están solo para jugarlas, sino para ganarlas. Así se encargó de saltar al campo, exhibiendo al mundo sus credenciales de 13 veces campeón de Europa y tres de ellas consecutivas con Zidane, que fue valiente con su sistema y su alineación, con Lucas Vázquez como lateral derecho y un tridente de ataque formado por Rodrygo, Benzema y Vinicius en el que el francés volvió a mostrar sus galones y su contundencia frente a los jóvenes brasileños, incapaces de desbordar y rematar con éxito.
Real Madrid
Courtois, Lucas Vázquez, Varane, Sergio Ramos, Mendy, Casemiro, Kroos, Modric, Rodrygo (Asensio, min.74), Benzema y Vinicius (Arribas, min. 74).
2
-
0
Borussia Mönchengladbach
Sommer, Lainer, Ginter, Elvedi, Wendt (Lazaro, min. 46), Kramer (Bénes, min. 85), Neuhaus, Plea, Stindl (Wolf, min. 85), Thuram (Herrmann, min. 85)y Embolo (Zakaria, min. 46)
goles: 1-0: min. 9, Benzema. 2-0: min. 32, Benzema.
árbitro: Björn Kuipers (Países Bajos). Tarjeta amarilla a Zakaria.
incidencias: Partido correspondiente a la sexta y última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el Alfredo Di Stéfano de Valdebebas, a puerta cerrada
Lo consiguió Benzema con la colaboración de una débil defensa del conjunto alemán, peligroso de medio campo hacia adelante pero muy endeble atrás, de lo que se aprovecharon con dos grandes pases a la testa del francés sus asistentes, con mención especial a Lucas Vázquez, quien desde el pitido inicial representó el carácter y el desparpajo que necesitaba este Madrid que, con el regreso de Sergio Ramos, tenía prohibido estrellarse en el cierre de tan irregular y dramática fase de grupos. Tras ser ridiculizado por el Shakhtar y ponerle el Gladbach contra las cuerdas en el estreno hasta una recta final en la que los blancos salvaron un punto en el choque de la primera vuelta en Alemania, en su casa fue muy diferente. Tenía el Real Madrid que salir a dominar, jugar y pegar frente a un adversario que también se jugaba el pasaporte a octavos, y lo logró con el empate del Inter y el Shakhtar, pero los germanos no tardaron en ser desbordados por un adversario avasallador.
Pleno de confianza, concentración, pese a algún despiste defensivo ante contras contadas del Borussia, y frescura de pies y de cabeza -ahí siempre está Modric- cuando tocó atacar, especialmente gracias al croata y Lucas Vázquez, muy pronto puso tierra de por medio el Madrid en la primera que tuvo Benzema, con un perfecto cabezazo a un pase medido del jugador gallego que, dado el monólogo y la presencia casi continua de los locales en campo contrario, ejerció más de extremo que de lateral. Zidane volvió a reivindicarse apostando por Lucas Vázquez por delante de Carvajal o Nacho y el exjugador del Espanyol fue la imagen del inconformismo y despliegue físico sin tregua que este Madrid tanto necesitaba, resurgiendo cuando estaba asomándose al abismo y amenazado por un fracaso que seguramente le hubiera costado el puesto al entrenador francés. Pues, una vez más, respaldado en el campo por unos jugadores que sabían lo muchísimo que se estaba jugando el club deportiva y económicamente, Zidane salió airoso y el Madrid dio un golpe de jerarquía para doblegar a un Mönchedgladbach borrado del terreno de juego por un equipo sólido, eficaz en la primera mitad y sin suerte en la segunda, que mostró momentos de muy buen fútbol, durante un partido vital del que sale reforzado.
Noticia Relacionada
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.