La Pizarra de Ramón: Más cerca del final de una racha

Se plantaría ante el televisor deseando que lo anteriormente citado, hoy lo estuvieran pensando los aficionados del Córdoba, pero la Cultu vio reflejado en el espejo un reflejo muy parecido a ellos cuando se juega en terreno local.

En partidos en los que visitas el campo de un equipo con dudas, tu intención es demorar sus aciertos, generando dudas en los jugadores, que se traducirían en malestar de la grada, con la influencia negativa en la confianza del actor provocaría.

Esperar el momento se suele decir. Transitar los minutos con la portería imbatida, y aprovechar las opciones que se abrirán con el transcurso del encuentro.

Se alegraría de la primera titularidad de Kawaya, lo que movió a Percan al centro del ataque. El resto del equipo mezcla de lo habitual con lo disponible, repetición de dibujo y patrones de juego.

La no participación de Claudio u Obolskii redujo el juego de cara o la posibilidad de golpeo para segunda jugada, y aumentó la opción de profundidad. Ambos equipos comenzaron con presión alta, defendiendo en campo rival el inicio de este, para tratar de robar muy arriba.

Fue el equipo local, como pasaba en el Reino en anteriores partidos, el que venció en muchos duelos y tradujo estas victorias en resultado, adelantándose en el marcador. Los andaluces se encuentran, cuando están sin balón, más cómodos desplegados, defendiendo muy cerca de la portería rival que, en bloque bajo, siendo dominados en propio terreno.

El dibujo de 4 defensas, 4 medios y 2 delanteros se empareja casi par a par respecto al inicio leonés. Los dos medios centro titulares del Córdoba son muy ofensivos, con posiciones más adelantadas en su origen. Por lo que el estilo de presión alta, más las características de las anclas del equipo, permiten que haya espacio a su espalda, para la aparición de extremos o media punta leoneses.

Seguro que la Cultu lo tenía en el plan, pero fue tarea complicada la salida limpia de centrales o medios centro, muy vigilados en ese primer acto, para conseguir filtrar pase saltando las dos líneas de presión.

El golpeo también tenía el hándicap, como le comentaba antes, de no tener a ese delantero protector de juego aéreo, lo que dejaba las opciones de ataque con balón por fuera, siempre con Andy y Alarcón bastante abiertos, y generar ventaja con lateral o con acción individual.

El buen hacer defensivo de los dueños del Arcángel, dificultó la claridad leonesa en ataque, con alguna opción en robo y correr principalmente. Los locales saltaban sobre cualquier receptor, exhibiendo anticipación y agresividad, propios de la situación y el afrontar la carencia de resultados positivos con determinación y fe.

Y todo ese dominio, esa fuerza y mayor posesión, debe saber que si no se traduce en gol, al final mella en la moral y en el físico. Y a eso me agarraba yo, a pensar que, si no eran capaces de marcar, todo ese riesgo en la presión, y en la salida desde atrás, con muchísima movilidad, acabaría por desajustar algún momento a la anticipación o en la precisión en campo propio.

Es mal enemigo el Córdoba por la calidad individual de los jugadores. En defensa, a esa fe y determinación, se le suma sus trayectorias defensivas disuaden para filtrar pase, para asociarse, y leen paredes o combinaciones, anulando la progresión. En ataque se permiten el riesgo de inicio en corto atrayendo para encontrar medio centro lateralizado, o espalda de delanteros y desde ahí llevar a siguiente línea.

Mucha movilidad de media punta y medios centro en los primeros minutos que, de nuevo, el no materializarse en gol, minaría en el físico con el pasar de los minutos.

En la primera vuelta le hablaba de la pegada del Córdoba, donde sin apenas tener la posesión, se puso 0-3 en 30 minutos. Me dirá que ayer el escenario era distinto, con mayores argumentos locales. Pero le aseguro que sin la calidad de esos jugadores, y según la dinámica pasada, el partido se podría perfectamente presentar al descanso con un 1-0 máximo.

Es verdad que esta vez en goles esperados, los andaluces, tendrán mejor estadística que los leoneses, pero en el segundo acto ya aparecieron más los medios centro visitantes.

El ritmo frenético de presión más juego ofensivo es difícil mantener, salvo que haya holgura en el resultado o lleguen cambios que mantengan el nivel. Ambas cosas de difícil ejecución.

De este modo la Cultu comenzó a encontrarse más cómoda con balón, saltando esa primera presión con la aparición de Tarsi como primer receptor. Desde ahí circulación llevando hacia costados, con cambio de bandas tras el paso por vestuarios de los extremos. También hubo mayor éxito en recuperaciones altas, con alguna acción de peligro sin éxito.

Todo ello facilitó el finalizar jugada muy cerca de portería rival, aunque el Córdoba tenía la capacidad para correr y generar miedo. Se producían situaciones no muy claras, pero si con esperanzas de llevar opciones de acortar la diferencia en el marcador. Principalmente tras centro, o encontrando pase dentro y progresión, que, normalmente defendida primera acometida, acababa con posibilidad de tiro, casi siempre fuera del arco.

Estamos más cerca de ver de nuevo ganar a la Cultu y por lo tanto marcar, y ojalá vuelva a ser el próximo encuentro ante el líder, ¿Qué mejor día?