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Poca autocrítica por parte del entrenador y muchos balones fuera, incluso dardos dirigidos hacia nombres propios de su plantilla.
Iñigo Idiákez no supo descifrar lo que le pasó a su equipo para volver a tropezar y echó sobre el tejado de sus jugadores la pelota ... de una reacción en los dos partidos que quedan. «Los jugadores son los que pueden hacer que esto cambie».
El entrenador se ha mostrado «triste» por todo lo sucedido en el partido: desde el principio, con la lesión de Kawaya, y todo lo que supuso el penalti y la expulsión.
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«Han tenido ocasiones en la primera parte y han podido ponerse por delante, pero luego errores nuestros nos han hecho que acabemos sin ningún punto. Estamos tristes, no dependemos de nosotros y tendremos que intentar seguir remando hasta el final. Es un día difícil, el vestuario está muy triste, hay que ver qué fallamos, qué nos pasa, porque llegamos al final de los partidos como llegamos...».
Muy duro fue el técnico con Álex Escardó, el autor del único tanto de su equipo, al que le dijo que «hace falta hacer mucho más sin balón para ser futbolista», mientras que no quiso criticar a Mario, protagonista de las acciones más peligrosas de Unionistas.
Sobre la afición, poco ha querido decirle a la parroquia blanca que «quieren que ganemos y no lo hemos conseguido», por lo que entendía la desaprobación al juego que han hecho.
En lo que resta, Idiákez ha pedido un paso adelante a los suyos porque sino «va a ser imposible el ascenso o meterse en playoff» y no le preocupa que el club ponga en duda su futuro al frente del equipo.
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