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No importa la cantidad de decepciones que le eches encima a un culturalista, éste siempre responde a la llamada de su club. En esta ocasión, el aficionado leonés volvía a hacer de su sentimiento un sayo para acompañar a la entidad en la celebración de ... su 100 cumpleaños.
Casi 3.000 personas se asomaron al Área Deportiva de Puente Castro este 5 de agosto, 100 años después de que una primitiva Cultural y Deportiva Leonesa se fundara allá por el 1923.
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Dani González
Una veintena de pendones representaron a la provincia y Marianín tuvo el honor de soplar las velas de una tarta que portó Julio Rivo para apagar de un soplido los malos recuerdos y quedarse solo con todo lo bueno que la 'abuela' le ha dado a León.
Y la guinda del pastel la puso el joven Dorian. De él nació el único tanto de un descafeinado partido del centenario en el que el Sporting de Gijón llegó con una unidad 'b' y en el que la Cultural fue dueña y señora de la situación.
Cultural y Deportiva Leonesa
Miguel Bañuz; Muguruza, Guitián, Fornos, Jaume Pol; Martín, Barri, Bicho; Berto, Guillermo, Aarón Rey; también jugaron: Dorian, Calderón, Álvaro, Coch, David López, Rodrigo y Kevin Presa
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Real Sporting de Gijón
Yáñez; Leo Miguel, Rober Pier, Kembo, Diego Sánchez; Hassan, Rivera, Tomás Valentín; Pablo García; Jeraldino, Esteban Lozano
El conjunto de Raul Lloná destila trabajo táctico, una buena buena idea y mucha intensidad. Y prácticamente estos tres ingredientes se juntaron en el postrero tanto de la victoria: robo, rápido contragolpe, centro y remate de cabeza.
El técnico demostró que no permitirá relajarse a sus jugadores en esta temporada. Muy atento a cada acción desde la banda, una antítesis de lo visto con Docampo en el último año, Llona corregía y corregía, gritaba y gritaba para pedir más y más a los suyos, especialmente cuando de presión alta se trataba.
La nueva Cultural es un equipo de juego y robo rápido tras pérdida. Así llegaron las primeras acciones de peligro, muchas de ellas en las botas de un Muguruza que parece quedarle como anillo al dedo la idea del técnico.
Peca aún el cuadro leonés de falta de puntería, como evidenció Guillermo en una clara acción, o en algunas galopadas de Aarón Rey que acababan sin remate. Otra cosa es el engranaje defensivo que con tres semanas de entrenamientos parece apto para afrontar la temporada, capitaneado por un excelso Barri en la recuperación y una pareja de centrales contundente.
En el descanso hubo tiempo para honrar al deporte autóctono rey. La lucha leonesa también tuvo su momento de gloria mientras varios aficionados buscaban la sombra y el refrigerio en una tarde donde el sol pegó de lo lindo en la tribuna.
Si la primera parte dejó poco fútbol, la segunda fue aún peor. Poco juego y mucho cambio, típico de un encuentro de pretemporada. Caso aparte fue la actuación del Sporting, que usó a jugadores menos habituales y varios del filial y no puso excesivo interés en sumarse a la fiesta del centenario de su vecino.
El choque hubiera sido de más pena que gloria de no ser por Dorian. El chico promete, vaya que si lo hace, y sumó su cuarto gol en la pretemporada para ilusionar a una afición que no necesita mucho más para encontrar un nuevo ídolo. Él ejecutó el plan de Llona: robo en defensa, galopada por el campo, centro de un buen Calderón y remate inapelable. 1-0 y a soplar las velas.
La Cultural redondeó una tarde imborrable para su afición. El club celebró su cien cumpleaños y buscó un cambio de tercio con la pasada temporada para volver a ilusionar a una grada con ansias de olvidar los fracasos y de seguir sumando años de socio al lado de su equipo.
Por suparte la SD Ponferradina también disputaba un torno este sábado. En este caso, los bercianos se desplazaron hasta Grado -Asturias- para medirse al Real Oviedo.
El conjunto de Iñigo Vélez de Mendizabal no pudo auparse con el triunfo, pero solo cedió en los penaltis ante un rival de superior categoría que también acudió repleto de suplentes. Yuri anotó el tanto blanquiazul para volver a demostrar que la veteranía es un grado.
Los ponferradinos adolecieron de pegada y demostraron que necesitan esas tres o cuatro piezas finales que den el salto de calidad para optar al ascenso.
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