Una derrotada Cultural firma el epitafio de una triste temporada en Balaídos

Un penalti en contra de la Cultural muy polémico, por presunta mano de Galas en un balón que rebota, claramente, en el pecho, fue el inicio del fin para los leoneses, que habían salido bien al partido en Balaídos, pero este gol, en el tramo final de la primera, junto al segundo de Manu Justo nada más volver tras los vestuarios, hundió a los leoneses.

Apostó con valentía Ramón González por revolucionar el once sin Sergio Marcos en la convocatoria y Marcos González debutando como extremo. Con un mensaje claro de que algo tenía que cambiar, los leoneses mostraron una nueva imagen, de mejor actitud y mejor predisposición que en los últimos encuentros.

El choque fue igualado desde el inicio, con una dura batalla por el balón. Pero la Cultural parecía tener otra cara, con mayor confianza y mayor solidez, apretando en cada balón y en cada presión. Era algo que se echaba en falta en los últimos encuentros y que Ramón sí logró dar al equipo leonés.

No sólo eso, su gran apuesta, Marcos González, estaba siendo de lo más destacado. El leonés, junto a Castañeda, dieron profundidad y peligro a la banda izquierda, por donde la Cultural entró una y otra vez en busca de una jugada que le diera el gol. El planteamiento de Ramón González era el correcto, pero le faltaba una ocasión que plasmara esas buenas sensaciones.

El Celta B no logró grandes ocasiones, en parte por la vigilancia sobre Holsgrove que estaba llevando a cabo la Cultural. El escocés era el motor del filial vigués, como se demostró en León, y Ramón González dispuso un especial control sobre el británico.

Poco a poco, el filial olívico se asomó al balcón rival con una falta directa de Carreira que se fue cerca del poste y acto seguido Castañeda evitó el remate a placer de Solís tras un error en la salida del balón.

A partir de aquí, el colegiado se convirtió en protagonista. El árbitro señaló un penalti más que discutido por manos de Galas, cuando el balón repelió en el pecho del central culturalista, que Manu Justo transformó para el filial del Celta en el tramo final de la primera mitad.

Este escenario dejó tocado a la Cultural que, sin embargo, sacó orgullo para acercarse al área rival. En ella, Sequeira 'atropelló' a Éric Montes en una mala salida en la que se llevó por delante al mediocentro, jugada que, a criterio del trencilla, no era suficiente para ser penalti.

Acto seguido, Dioni anotó el empate, pero en el control se ayudó de la mano y fue anulado. Al descanso, las buenas sensaciones de la Cultural no tuvieron su premio en forma de marcador y la épica era lo único a lo que agarrarse.

En busca de ella, Ramón González dio entrada a Héctor Hernández por Marcos González. Pero la salida de vestuarios fue la peor posible. Un error en la salida de balón de la Cultural acabó en los pies de Manu Justo que, con un potente disparo desde la frontal, anotó un gran gol para poner el 2-0.

Trató de levantarse el conjunto leonés, adelantando líneas, presionando más cerca del campo rival, pero con la necesidad urgiendo a la Cultural. Las ocasiones no llegaban, como no habían llegado en todos los minutos anteriores. Ramón buscó darle a su esquema más mordiente ofensiva con la entrada de Pipo y Bravo ante una situación límite para los culturalistas.

El filial celeste movía la pelota ante una Cultural que ya no era tan agresiva como en la primera mitad por la acumulación de amarilla, de fatiga y, también, de golpes negativos que había recibido el conjunto leonés durante el choque. En ataque, los de Ramón apenas se acercaban al área, a posiciones de peligro que pudieran inquietar la solvente ventaja olívica.

Es más, la sensación era de derrotismo total en una Cultural que fiaba todo a este partido, al cambio de entrenador para que llevara, consigo, un viraje en la dinámica y en el estado anímico. El tercer gol gallego parecía más cercano que el tanto culturalista en un tramo final de encuentro en el que todo lo que fuera a suceder, no tenía pinta de ser favorable a los intereses de los de Ramón.

Con el paso de los minutos, sumar algún punto en Balaídos se convertía, cada vez más, en una utopía. La Cultural, rendida, estaba a merced de un Celta B que movía el balón de lado a lado en busca del tercer gol. El arreón esperado y necesario de los leoneses ni llegó ni hizo amago de entrar en el estadio vigués.

Lo más destacable de los últimos minutos fue el debut del delantero leonés Percan con el primer equipo, que tuvo algo más de seis minutos para estrenarse con la Cultural en Segunda B en un partido ya muerto.

Sólo el árbitro 'reavivó' el partido con un penalti extraño pitado a favor de la Cultural. Un despeje de la defensa celtiña tocó en el brazo de Holsgrove en el minuto 87 y el árbitro decretó la pena máxima que Dioni transformó para dar cierta esperanza a la Cultural.

Pero fue como una especie de canto de cisne, puesto que no le dio tiempo a mucho más a la Cultural. Con sólo tres minutos de añadido, el conjunto leonés sólo empujo casi por obligación, sin generar ninguna otra acción que estuviera cerca del gol del empate.

Este ha sido el epitafio de la temporada la Cultural que, en el momento clave, ha encadenado cuatro derrotas consecutivas. Presenciando la fiesta de un Celta B que ya tiene plaza en el playoff, los leoneses agachaban la cabeza pensando en el que, probablemente, duro recibimiento de su afición el próximo domingo en el Reino de León.