Los vídeos de las escuelas de su pueblo, Salentinos, abiertas de nuevo para proyectar las carreras de 800 metros de su 'paisano' Saúl Ordóñez en los Campeonatos del Mundo de Atletismo de Budapest, llegaron al mediofondista berciano, que los ha visto con emoción.
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Son su ... gasolina, una motivación más para que toda España y parte del mundo sepa de su pequeño pueblo. «Tengo ganas de estar unas semanas allí, con mi familia, y de disfrutar de mi gente después de una temporada de tantos sacrificios», explica a leonoticias Ordóñez, aún en Budapest.
El leonés cayó en las semifinales del Mundial, bravo, acabando tercero en su serie y cerca del pase a la final. «Tenía algo de rabia cuando acabó la carrera, pero hoy estoy contento. He sido competitivo y he estado cerca de la plata y el bronce del último Mundial», ha señalado.
Con la felicidad del trabajo bien hecho pero con la sensación de que «se puede trabajar más para dar un punto extra para ser competitivo», no ve nada negativo en su participación en el Mundial: «Me he sabido mover y correr limpio, inteligente, con habilidad táctica».
En su primer Mundial al aire libre vivió unas semifinales rápidas, con una repesca cara, condicionante que le sirve de consuelo porque «si hubiera estado en esos tiempos, me hubiera metido por puestos». «He hecho dos buenas carreras, estoy satisfecho», ha expresado.
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En las series eliminatorias clasificó tercero con cierto suspense en un final donde el atleta estadounidense Isaiah Harris le empujó en el tramo final: «A falta de 20 metros me dejé llevar un poco, porque ya estábamos llegando. Fue un pequeño susto porque se me acercó en los últimos metros y tenía dudas de si había entrado o no».
Ordóñez le pone «un 9» a su Mundial, porque el 10 hubiera sido «estar en la final» en una temporada «muy regular, corriendo mucho en 1.44», con muchos sacrificios con un cambio de entrenador - Llorens Solbes - «que nos va a venir bien para mantener durante más tiempo mi estado de forma».
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Y, ante todo, se ha mostrado encantado con esas imágenes de la escuela de Salentinos plagada de vecinos viendo sus carreras: «Ver a los niños disfrutar con la carrera, animando… es una alegría. He sentido ese apoyo y me gustaría transmitirles esos valores del deporte y del atletismo y que vean a alguien cerca en quien puedan fijarse».
Aún tiene alguna cita en el calendario – empezando por la prueba de la Diamond League en Xiamen (China) el 2 de septiembre – antes de poder volver a su Salentinos natal. Y será tiempo de descansar, cargar pilas y ya poner la mira en la próxima temporada, con el gran reto de los Juegos Olímpicos de París: «Es una gran ilusión».
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