Semedo y Bomastar comandan al mejor Abanca Ademar en el peor momento

Llegaban los hombres de Cadenas con la moral minada tras sumar tres derrotas consecutivas en la Liga Sacyr Asobal y una eliminación europea, y el primero en tirar del carro fue uno de los veteranos. Semedo se montó el equipo a sus espaldas para anotar cuatro goles en los primeros diez minutos y mantener las espadas en todo lo alto tras un inicio frenético en el que Bidasoa Irún empezaba a castigar las debilidades defensivas de los leoneses para estar por delante, 5-6.

La defensa en la zona del pivote volvía a ser la rémora del equipo. Los irundarras encontraban mucha facilidad en esa posición y de poco servía la movilidad en el ataque. El choque seguía muy igualado, con los ataques imponiéndose con claridad a las defensas (10-10, en el minuto 18).

Todo cambió en los diez últimos minutos. Jacobo Cuétara pidió tiempo muerto cuando el Abanca Ademar recuperaba la ventaja (11-10), y ese parón sirvió a Manolo Cadenas para espolear a los suyos. El cambio en la portería, con la entrada de Bomastar, y una defensa más agresiva y dinámica cortocircuitó a Bidasoa, que en la retaguardia seguía sin saber parar el ataque local. Un parcial abierto de 4-0, obligó al entrenador del conjunto vasco a volver a detener el partido, y la renta aún se iría más lejos, hasta el 14-10, con otro tanto de Semedo.

El Bidasoa se mostraba totalmente bloqueado y tenía delante a un Ademar León muy crecido, incluso en defensa. Tras una exclusión, Cavero acercó a los suyos (14-12). Y un tiempo muerto de Manolo Cadenas sirvió a los suyos para cerrar el primer acto con otro parcial de 3-0 que elevó la renta hasta la máxima: 18-13. Y unas sensaciones inmejorables... e inesperadas.

Intentó regresar al partido el equipo de Jacobo Cuétara castigando las imprecisiones de los leoneses. Un parcial de 0-3 no permitía relajarse al público, que trataba de tirar de los suyos para que recuperaran la intensidad del primer acto. Bidasoa Irún recortaba hasta el 20-17.

Sin embargo, los leoneses se mostraban mucho más metidos en partido que en otras ocasiones y la defensa y la portería aportando. Semedo se desquitaba de errores en choques anteriores y rozaba la decena de goles para establecer el 25-20 en el ecuador del segundo acto.

Cavero seguía siendo el insurrecto en el cuadro irundarra. Con sus seis goles, mantenía a flote el barco de Jacobo, que se topaba con Bomastar tras un pérdida leonesa que obligó a Cadenas a hacer pasar a los suyos por el banquillo para mantener el tono y el resultado (26-22, en el minuto 49).

Una doble inferioridad del conjunto marista acabó por ser determinante, pero a su favor. Con cuatro jugadores, el Abanca Ademar anotó, por mediación de Santista, y Bomastar detuvo un tiro de seis metros que hizo al público levantarse de sus asientos. Y Virbauskas sentenciaba con el 29-22, a seis minutos del final.

El resultado final, 34-25, permite a los leoneses recuperar las mejores sensaciones y cambiar la cara tras una crisis que debe quedar olvidada.