Apuestas conservadoras con un punto de innovación

Por quinto año la asociación de Hostelería de León y el consistorio ponen en marcha el concurso para encontrar la mejor tapa entre los establecimientos de la capital. Con el objetivo de presentar la mejor oferta de tapas de calidad de la ciudad, la iniciativa busca apostar por una elaboración que incentive la mejora continua de la oferta gastronómica y refuerce la oferta de turismo gastronómico como elemento diferencial de León.

Tapas que apuestan por productos de la tierra, y otras que intentan innovar para sorprender a los leoneses. Una forma diferente de llamar a nuevos clientes con productos elaborados que tienen un toque de León preparado para conquistar a todos los paladares.

La quinta edición del concurso 2024 a mejor tapa de León ha contado con 15 locales que han participado en sus votaciones. Un sistema basado en cartillas que cada establecimiento sella a los clientes que consumen la tapa en su bar y que solo serán válidas habiendo probado un mínimo de seis tapas diferentes. Las tapas esta vez no serán gratuitas ya que su coste es de tres euros.

Los finalistas de este cocurso obtendrán diversos títulos. Con la medalla de oro se posicionará el primer local elegido a mejor tapa de León 2024. En segundo lugar, la medalla de plata para el siguiente más votado y un tercer y último puesto para la medalla de bronce.

Darío Pellitero, dueño del bar Rua Nova presenta su calamardo en bikini. Un bikini de calamar que hace referencia a un «guiño» a la serie infantil Bob Esponja y uno de sus personajes principales.

Un pan de brioche con calamar, por ser uno de sus platos más «emblemáticos» ha sido la tapa seleccionada para participar en esta nueva edición del concurso. El leonés no es la primera vez que se lleva un premio que reconozca el establecimiento por su gastronomía ya que la tapa basada en la casquería con la que ganaron el concurso local en 2023 les hizo posicionarse en la boca de muchos de los leoneses.

Con salsas un poco «especiales» y «diferentes» su feedback con los clientes ha sido «muy bueno», explica. Una selección de sabores que a la gente «le está gustando» y que a pesar de «no tener la intención de volver a ganar» si que apuestan por algo que guste a su público.

El hostelero ha querido destacar el nivel «altísimo» con el que todos sus compañeros se presentan en esta nueva edición. «Se lo están currando mucho y seguro que cualquiera de ellas es espectacular», sentencia.

Tato de Ferecor el Bar, ubicado en la avenida Padre Isla número 130, presenta su bogadito de corral. Una apuesta que él mismo define como «arriesgada» pero que une los sabores que a sus clientes más les gustan.

Se trata de un conjunto de «mucho trabajo» que además destaca por su presentación en la que hacen gran hincapié en la presentación. Es de gran «importancia» resaltar la servilleta ya que lleva añadida una especie de pegatina que hace alusión a la tapa. Con un plato «unido» y en la que participan los clientes, ya que llevan tres meses probando diferentes sabores para poder ayudar en la elección de la tapa presentada al concurso.

«Cada día que la hacemos está mejor», remarca el dueño del establecimiento que invita a todos los clientes a poder saborearla. «Es como comer un bocadito», explica el hostelero. Acompañado con Ali-oli se mezclan sabores «únicos».

Alberto, dueño del Bar Sevilla ubicado en la calle Rua Nova, presenta su tapa Mar y Tierra. Una mezcla de manos de cerdo con langostinos. La unión de dos sabores totalmente «dispares». Con una apuesta en una tapa un poco más «conservadora» ya que, para su público, es «muy de León».

Con una elección que es más demandada en invierno por ser un plato de cuchara, desde el establecimiento su única propuesta es que los clientes «disfruten» y que «les guste». Algo con lo que aseguran «ya tendríamos la recompensa de tenerlo ganado».

El sabor de toda la vida con una decoración que apuesta por el mar con «contundencia» y un poco picante ya que a sus clientes es algo que les define

Héctor García, jefe de cocina del restaurante El Calecho, ubicado en la plaza de San Martín número 9 presenta su albóndiga de pulpo, calabaza asada, trompeta de la muerte y bonito seco.

Una marca «diferencial» ya que mezcla lo tradicional de una albóndiga «de toda la vida» con una elaboración de una forma totalmente diferente. La cocción del pulpo lleva a marinarlo como se haría de forma tradicional, después se fríe en tempura y se guisa en una calabaza asada.

Una tapa que ha sorprendido a sus clientes ya que el impacto de lo «original» al mezclar el sabor del pulpo «llama mucho la atención a los clientes». Una apuesta que sin lugar a duda ha sorprendido y sobre todo «ha encantado» entre los curiosos que se arriesgan con esta apuesta del chef.

Andrés Cabero, dueño del bar El Zorro, ubicado en la Plaza Torres de Omaña número 5, presenta su apuesta denominada Mar-zo. Una croqueta de changurro con base de alioli suave, puntos de módena para darle «potencia», un langostino cocido y por último alga de guasave que le da «mucho frescor» a la cata.

La selección de esta tapa que combina sabores del mar en forma de una presentación más «típica» para los usuarios ha conquistado a sus clientes. Con la idea asegurada de su apuesta por productos del mar, el hostelero compuso el nombre mediante el mes en el que se presenta esta nueva edición y el nombre del establecimiento.

Sus clientes han podido comprobar que el «riesgo» ha llevado a un «triunfo» que, aunque aún no se puede comprobar, tienen el feedback por su parte.