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María Jimena Duzán (Bogotá, 1960) tiene todas las cicatrices que el periodismo puede dejar. Su padre fue editorialista de ‘El Espectador’ y cuando falleció, la adolescente María Jimena, con 16 años, escribió una carta en su memoria en el mismo diario. El ... periódico decidió contratarla y se convirtió, probablemente, en la columnista más joven de Colombia. Desde las páginas de ‘El Espectador’ se enfrentó primero a Pablo Escobar, después a los paramilitares y a las FARC y al final, a la polarización política de su país, encarnada por los irreconciliables Santos y Uribe. En este periodo que incluye cuatro décadas de dedicación plena al oficio, su hermana, también periodista, fue asesinada por los paramilitares y ella misma tuvo que exiliarse en España. Y pese a todo, «el periodismo es una de las principales defensas de los valores democráticos», cree Duzán, que participa este jueves en una de las ponencias de ‘Periodismo y postverdad’, una jornada promovida por la Fundación García Márquez y Futuro en Español con motivo del 15 aniversario de Vocento.
A las 9 horas comienza la jornada con la bienvenida a los asistentes. A las 9.15 horas Bejamín Lana, director editorial de Medios Regionales, Suplementos y Revistas de Vocento, moderará el debate sobre el periodismo profesional y su papel en la hora de la posverdad.
A las 10.30 horas comienza la conversación moderada por Bieito Rubido, director de ABC, sobre sociedad tecnológica y democracia.
Y a las 12.15 empieza la última sesión sobre Gabriel García Márquez en la ficción y la posverdad. El evento concluye a las 13.30 horas.
Duzán se estrenó en la profesión en los 80, los años más negros del todopoderoso Pablo Escobar. «Con todo el dinero que había cooptado al Estado quiso tomar el poder y desató una guerra en la que los periodistas fuimos los primeros en luchar. Aquello acabó con la muerte de Escobar, pero no con la victoria del periodismo. En Colombia y en todo el mundo quedaron muchos ‘Escobares’ pequeños», asegura la periodista.
La herencia que dejó aquella época no fue menos terrible. Los paramilitares, que habían crecido en el bajo mundo del narcotráfico, se unieron a los terratenientes para enfrentarse a las FARC. «La extrema derecha y la guerrilla izquierdista se ensañaron con los periodistas: los secuestraron, los mataron», cuenta Duzán. En este punto la reportera colombiana, que ha trabajado también en ‘El Tiempo’ y actualmente lo hace en la ‘Revista Semana’, recuerda el momento más dramático de su vida, ocurrido en 1990. «Mi hermana Silvia realizaba un documental para la BBC en la zona de Magdalena Medio. Estaba en un pueblo, Cimitarra, donde los campesinos trataban de dialogar con las dos partes en conflicto para llevar a cabo allí un proceso de paz. Una noche, a las 9, los paramilitares fueron a la mesa en la que se sentaban y la mataron a ella y a cuatro campesinos. Fue una de las miles de masacres que ocurrieron entonces y que todavía quedan impunes», sostiene Duzán.
Tras el asesinato de Silvia, María Jimena vivió intentos de secuestro y una bomba que destrozó ‘El Espectador’. «El Gobierno me dijo que no podía proteger mi vida y vine a España», rememora. Ahora, reconoce que la situación ha mejorado, sobre todo en la última década, pero la violencia persiste en Colombia, que además sufre un nuevo problema, «la polarización política». «Hay una división de las élites que vivió su punto culminante en el plebiscito. Uribe no quiere el plan de paz de Santos porque tiene una relación muy fuerte con los militares y los paramilitares. Su círculo más cercano ya está en la cárcel, y el único que queda fuera es él, que ha decidido hacer una guerra contra el proceso en defensa propia». A esta guerra la ha bautizado Duzán como «furibismo», «y no sabemos dónde nos va a llevar todo esto», destaca.
Pero hay algo más que explica por qué Colombia, que vive una época de bonanza económica, que roza con los dedos el fin del conflicto con las FARC, no acaba de estabilizarse, y aquí se unen periodismo y política, posverdad y posmentiras. «En el plebiscito, que ganó el ‘no’, 2,5 millones de evangélicos se movilizaron después de escuchar mensajes, sobre todo en las redes sociales, que decían que el proceso nos haría a todos homosexuales porque apareció el concepto de ‘identidad sexual’. ¿Debe ser el trabajo de los periodistas desvirtuar las mentiras que aparecen en internet? No lo sé. Quizá en la campaña electoral... Pero si nos quedamos en eso, perderemos la noción del periodismo», reflexiona.
«En Colombia, no hay nadie que defienda la paz porque nadie la conoce, llevamos 52 años en guerra. La gente se cree las cosas más increíbles a causa de la guerra, que ha exaltado el odio y no el pensamiento. La cultura del conflicto se sostiene en las pasiones más terribles y socava la condición humana», concluye Duzán.
Aforo libre hasta completar aforo
Lugar: Colegio de Arquitectos de Madrid, calle Hortaleza, 63.
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