Tulio Hernández: «Venezuela sufre un uso estratégico de la posverdad»

Así se dibuja la posverdad en Venezuela, el país de Latinoamérica, junto con Cuba, donde más difícil resulta diferenciar entre realidad y mentira. Contra esta tiranía de la falsedad luchan aún todos los días un puñado de periodistas que ejerce una profesión de alto riesgo en condiciones terribles: palizas, ataques a sus coches, sueldos pésimos... «Viven su trabajo como un sacerdocio, son héroes», les homenajea el también periodista Tulio Hernández, que desarrolla su labor en ‘El Nacional’, un diario que sufre de primera mano la ira que Maduro dedica a quienes no se arrodillan ante sus ideas.

Hernández, igual que muchos de sus compañeros de ‘El Nacional’, tuvo que abandonar Venezuela; otros, como su compañero César Miguel Rondón, que fue retenido junto con su familia en el aeropuerto de Caracas, no pudieron hacerlo. Hernández se encuentra en España, donde este jueves participará en Madrid en una de las ponencias de ‘Periodismo y postverdad’, una jornada promovida por la Fundación García Márquez y Futuro en Español con motivo del 15 aniversario de Vocento.

«A raíz de una información de ABC que reprodujimos y que hablaba de cómo Estados Unidos investigaba a los jerarcas del régimen, Diosdado Cabello denunció a ‘El Nacional’ y toda la junta directiva, salvo un miembro, se exilió», recuerda Hernández. ‘El Nacional’ era entonces un periódico normal de 60 páginas con publicidad: ahora tiene ocho páginas, sufre para encontrar papel y apenas tiene anuncios, estrangulada la publicidad por el Gobierno y por la crisis económica que asola al país.

En su debilidad creciente, Maduro ha ido encontrando en la prensa libre el chivo expiatorio contra el que arremeter. «Venezuela sufre un uso estratégico de la posverdad y los periodistas han sido la barrera de contención contra el sistema corrupto. Pese a que el régimen ha tratado de silenciar a las televisiones desafectas y callar a los periódicos, las radios y sobre todo, internet, tienen una fuerza fundamental», explica el columnista y miembro del Comité Editorial del periódico capitalino. Las redes sociales son la principal fuente de información del pueblo, corrobora Hernández, «y la gente ha aprendido a utilizarlas de manera muy eficaz». «Cuando se produce un asesinato, cinco personas registran las imágenes con cinco teléfonos diferentes y las suben a Twitter. Son una gran herramienta», explica.

Eso sí, Maduro también sabe de la importancia de las redes, y a ellas dedica medios económicos y humanos. «Lo que mejor hace este Gobierno no es gobernar, sino manipular en la web», cuenta Hernández. «Sabemos que en el país hay presencia de cubanos que realizan también aquí una manipulación orwelliana», subraya. «Hace diez años cerraron Radio Caracas Televisión, ahora prohíben CNN en Español, Radio Caracol de Colombia y Noticias 24 de México. El estado de indefensión, la imposibilidad de diferenciar entre la verdad y la mentira, entre el periodismo y la ficción, es el más alto de América Latina tras Cuba», sostiene.

En cualquier caso, el control de la prensa es solo una de las derivadas del terror en Venezuela. El principal pilar de Maduro sigue siendo la violencia. «El régimen, que está con respiración asistida, se sostiene en un aparato de control que depende de tres pilares: la Guardia Nacional; los grupos armados, de inspiración mussoliniana, y de las brigadas civiles de Hugo Chávez, creadas según el modelo cubano», recuerda Hernández. La calle y la prensa se levantan como las últimas resistencias.