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Alejandro González tiene 18 años y lleva toda su vida en el Colegio Maristas San José. Una de sus etapas más «inolvidables», según define el joven.
Tras finalizar sus estudios secundarios obligatorios, su vida pone rumbo a la ciudad de Oviedo. Una nueva etapa, nuevas ilusiones y las puertas abiertas en la facultad de química que acogerá a un gran artista leonés. Pero González no se quería ir sin despedirse del que ha sido su lugar de «inspiración» durante toda su vida.
Su pasión por el arte, según recuerda, no le vino desde que era niño. «Cuando era pequeño odiaba pintar», asegura el joven. Algo que cambió con el paso de los años debido a la influencia de Coral Chamorro, una de sus profesoras en el colegio. «Ella confió en mis capacidades siempre e incluso, hizo que me viese capaz de ver futuro y un hueco para mí», indica emocionado.
El arte siguió acompañándolo en cada paso que daba. Con los años, boceto tras boceto fue aumentando sus capacidades y del papel pasó incluso a grandes superficies. Definido como una forma de expresarse y de desahogarse, el arte, para González cambió su vida. «Los profesores han hecho que encuentre un nuevo camino», indica.
Carlos Cuenllas, profesor del centro en el que estudiaba el joven, fue uno de los grandes inspiradores. «Le debo muchísimo», asegura. Tras potenciar sus capacidades e incentivar al estudiante a participar en diferentes proyectos dentro y fuera del centro, el joven comenzó a potenciar grandes capacidades en la pintura.
La bienvenida al curso en septiembre siempre es un momento «amargo» para muchos de los escolares que finalizan sus estudios. Un momento de reencuentros, pero sobre todo, de potenciar la energía para retomar un nuevo reto. González lo tenía claro, el arte tenía que ser capaz de unir la pintura y la educación.
Es por ello, que tras dialogar con su profesor, este decidió plantearle la posibilidad de dar la bienvenida al nuevo curso mediante un mensaje en los encerados de los diferentes cursos, algo a lo que González, rápidamente accedió.
El docente llevó a cabo la tutorización de este durante el curso 2023-2024, un proyecto que sorprendió gratamente a los estudiantes y con los recibió muchas llamadas de felicitación.
Es por ello que, tras finalizar sus estudios en el colegio el pasado mes de junio, el estudiante decidió dejar el colegio con un mensaje, de nuevo, sobre cada encerado. «Para mi las pizarras tienen algo muy especial y es que te acercan a la educación, por ello quiero hacer ver que no es algo negativo ya que la creatividad va de la mano», indica. Tras finalizar sus estudios, volvió al colegio las primeras semanas de julio y comenzó con un par de pizarras.
Frases acompañadas de dibujos que intentaban crear una correlación entre el arte y la educación. Horas de dedicación que generaron que, hasta este jueves 5 de septiembre, el joven dedicase horas de sus vacaciones a plasmar arte en sus aulas. «Me levantaba a las nueve de la mañana e iba de diez a una», asegura. Una labor «agradecida» ya que el arte «libera».
Con más de nueve horas en algunas obras sobre tiza y decenas de aulas decoradas con su arte, González pone rumbo a una nueva vida donde empezar a dibujar un futuro lleno de éxito.
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María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
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