La «revolución» de las Cuevas Menudas cumple un año y miran al centro arqueológico que las 'una' a Lancia

Enclavadas desde la Edad Media en la ladera de una pared con vistas al valle donde con confluyen en Esla y el Porma pero desconocidas para la mayor parte de los leoneses hasta marzo de 2021.

Se cumple un año de la inauguración de las Cuevas Menudas. Estas formaciones que sirvieron de hogar de monjes ermitaños durante la Alta Edad Media cumplen una vuelta al sol de su 'nueva vida'.

Una restauración para acondicionar este paraje muy próximo al yacimiento de Lancia que se prolongaba casi tres años para concluir el 29 de marzo de 2021 cuando el diputado de Cultura, Pablo López Presa, y la alcaldesa de Villasabariego, Esther García, cortaban en el mirador frente a las cuevas la cinta púrpura.

365 días después, el balance no puede ser mejor. «Los visitantes se cuentan por miles», asegura López Presa, una realidad visible en un parking siempre lleno y un reguero de paseantes constante que llena el camino que recorre la cima de la ladera.

La «revolución» que supuso las Cuevas Menudas cambió el proyecto que desde la Diputación de León habían planteado para el centro arqueológico de Lancia. «El éxito de las Cuevas fue tal que decidimos reconfigurar la planificación del proyecto para el centro arqueológico en busca de potenciar este lugar y unir Lancia con las Cuevas».

Una realidad que ya mira a la primavera de 2023, cuando se prevé, una vez se saque el proyecto a licitación este año, levantar el centro de visitantes que se colocará a medio camino de ambos parajes unidos también por un camino y parking común.

El Ayuntamiento de Villasabariego trabaja además en mejorar y ampliar la cartelería y señalización del lugar, una de las principales reclamaciones de los visitantes.

Las Cuevas Menudas cumplen así un año brillando bañadas por el sol que cubre el valle y que cuentan, además de con miles de visitantes, con más de 130 resñas en Google Maps.

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