El otro día, al finalizar noviembre, me sucedió uno de los episodios más hermosos a nivel profesional que puedo haber experimentado. Era un día lluvioso y yo paseaba por la bella Ordoño II deleitándome con las fachadas de los edificios que pueblan su trayecto urbanístico. ... Intentaba realizar una de esas valiosas fotografías que luego yo les ofrezco a ustedes, mientras intentaba hacer malabares entre la pantalla de la Tablet, la del móvil y el mango del paraguas que bajo la lluvia sujetaba. En ese momento, una joven mujer se me acercó para preguntarme algo.
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«Disculpa», me dijo. «¿Eres tú el Odonista?»
Tengo que serles sincero, lectores y lectoras; nunca me habían reconocido de igual manera. Nunca había gozado de notoriedad alguna, pues me oculto en la oscuridad de mi escritorio para hacerles llegar estas magníficas historias. Después de una amena charla, agradecí su gesto y nos despedimos hasta otra ocasión. Les aseguro que fue muy grato saber que allí, al otro lado de la pantalla, me esperan con paciencia y emoción todos ustedes y poner cara a una idea que pocas veces se me había planteado. Luego, gracias a las estadísticas, he descubierto que ya no somos pocos, sino que hemos llegado, en alguna ocasión, a ser decenas de miles los que interactuamos en estos artículos.
¡Qué placer sentí, por lo tanto, al recibir gustoso esa emoción por parte de la lectora! Allí me quedé, frente al Banco Santander, sin saber que una historia acababa de dar comienzo, pues con alegría y con emoción, comenzaba a investigar la historia de esa maravillosa calle en la que me encontraba. Conozcamos la historia completa de la Avenida Ordoño II. Pasando por su origen, sus edificios, sus obras y sus ya conocidas remodelaciones y peatonalizaciones.
No hay leonés, ni oriundo de la tierra, ni enamorado con su visita, que no haya pisado Ordoño II para deleitarse con los comercios, con los edificios y con la gente que siempre fluye como eterno torrente de vida. El estudio de los edificios se lo dejo a mi amable compañero, el Flâneur de León, que estudiará con ahínco la arquitectura de mastodontes urbanísticos e históricos como la Casa Lubén, la Casa Lorenzana, el Banco de Santander, etc. Permitan, por lo tanto, a este Odonista, narrar los acontecimientos de una avenida que no siempre llevó el nombre del rey de León.
Ordoño II surge como unión fundamental entre el centro de la ciudad medieval y el río Bernesga, al que se dirige con pleitesía para acabar cruzándolo y desembocar al otro lado, donde una flamante estación recibe a los pasajeros de León.
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Pero, ¿se han llegado a preguntar alguna vez por qué se coloca la estación de trenes, allá por el siglo XIX, en un lugar tan alejado? Hoy en día, esta pregunta es frívola y sibarita, pues parece estar a pocos pasos de Guzmán, y este a pocos de Santo Domingo y la Catedral. Pero, por aquel entonces, el otro lado del río podría reconocerse como un país vecino muy lejano al que pocos podrían acercarse no sin hacer un tremendo esfuerzo. Divaguemos más sobre la calle para luego ofrecerles el punto de vista de algún estudioso en la materia.
Antes de llamarse así, la avenida llevaba por nombre el Paseo de las Negrillas, o el Paseo de las Moreras. Antes, Calzada de Santo Domingo y Príncipe Alfonso. Pero, en 1863, el diez de junio, se bautiza de la manera actual en nombre y memoria del rey de León. Ordoño II, por lo tanto, avanzaba desde la plaza de Santo Domingo hasta prácticamente el barrio de la Vega. Posteriormente, en 1925, se le cambiaría el nombre al estrecho fragmento de dicha vía desde el puente de hierro de Saavedra hasta la Azucarera Santa Elvira, denominándola como nueva Avenida de Palencia.
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En 1862, el Ayuntamiento taló todos los árboles, los 21 olmos, y daba comienzo al planteamiento de una nueva vía que comunicase el centro con el, entonces, extrarradio. En aquella época, un solar gigantesco ocupaba las márgenes de Ordoño II. Tras habérsele vendido los terrenos en subasta a grandes propietarios, dieron comienzo las obras para disponer de «grandes rascacielos» que despuntasen y dieran cobijo al Ensanche que iba a tener lugar en la ciudad de León.
Muchos, aclaramos lo que lanzamos antes al aire, aseguran que este proyecto urbanístico debe mucho a la presencia de la Estación del Norte al final de la calle de Ordoño II. La estación, como no podría ser de otra forma, necesitaría de un acceso rápido al centro, y los terrenos colindantes a dicha avenida ofrecerían su hospitalidad, su funcionalidad y harían ricos a todos sus propietarios. Algunos hablan de especulación, pero, como ya saben mis más fieles lectores, yo solo soy un humilde Odonista, y como tal, me limito a ofrecerles el origen de los nombres de las calles de León y toda su historia.
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Víctima de este ensanche, Ordoño II se vio colmado de grandes edificios, chalets para la clase alta, como el de Paco Sanz o el de Alfageme, que por desgracia han desaparecido, y, este crecimiento, permitió a los negocios leoneses proliferar también gracias a una red de comercios y de establecimientos que convirtieron a Ordoño II en el Centro Comercial más importante de la ciudad.
Se construye, en 1914 y bajo las órdenes y el patrocinio de Francisco Alfageme, dueño de los populares cines, un Chalet en la finca donde ahora se ubica el Ayuntamiento de León. El arquitecto de este proyecto no sería otro que Federico de Ugalde Echeverría, que construirá, años más tarde, tras la demolición del Hospital de San Antonio Abad, uno de los edificios más emblemáticos de León; la Casa Roldán.
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Se decidió, por una cuestión práctica, que el ensanche de León no se llevaría a cabo en la Avenida de Ordoño II, debido a que sus altos edificios prohibían a la luz iluminar su preciado asfalto. Pero ello no fue óbice para permitir que en sus calles se ubicaran construcciones como la ya famosa Casa Calvo Quirós (o más conocida como Ciriaco), las Casas Gemelas de la fundación Fernández Peña.
Como ya saben que adoro, turno es de contextualizar la calle y darle un sentido a este odónimo. ¿Quién fue Ordoño II y por qué merece una calle en la ciudad de León? Alfonso III, rey de Asturias, casado con doña Jimena de Navarra, tienen un hijo que nace en el 873 después de Cristo y que ocupa el trono de León a la muerte de García, con la tardía edad de cuarenta y un años. Este fue Ordoño II.
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Daniel Casado Berrocal
Daniel Casado Berrocal
Una de las batallas más importantes de Ordoño II, que acontece en el 917 y que según Armando G. Colino dignifica la figura del rey y adquiere, con la victoria, más importancia que nunca, es la acontecida en San Esteban de Gormaz, un pequeño pueblo de Soria que les invito a visitar.
La contemplación de su castillo, en lo alto de la montaña, te recibe en el pueblo como extraño y como enemigo, para luego darte una calurosa bienvenida sus gentes y sus cercanos comercios. Tras la batalla, cuando las orillas del Duero estaban repletas de cadáveres, Ordoño II colgó al líder de las tropas musulmanas, Ahmad Ben AbiAbda, de la muralla del Castillo de San Esteban de Gormaz. Contrajo nupcias con tres esposas y falleció en el 924, apenas diez años después de su nombramiento como Rey. Sus restos reposaron en lo que fue la Catedral primitiva de León.
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A finales de la década de 1940, el famoso Chalet de Paco Sanz desaparece para dar paso a la edificación del flamante y consistorial Banco de España. Trataremos su historia en otro de nuestros artículos. Pero gracias a esta aparición, alrededor de 1950, el nuevo Ordoño se va modelando, haciendo que edificios antiguos desaparezcan para dar paso a un avance que ni el tiempo puede detener.
Desde el balcón de las Casas Gemelas de la Fundación Fernández Peña, de las que ya solo queda una, se observan los edificios de principios de siglo, que intentan sobrevivir en una jungla de nueva arquitectura y de una evolución sorpresivamente constante.
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En 1970, la Caja de Ahorros adquiere los terrenos del chalet de Alfageme para, dos años más tarde, derribarlo y construir sobre el solar un edificio vanguardista que rompe con el esquema clasicista de Ordoño II. En 1975, tras haber finalizado las obras, la Caja de Ahorros comienza su andadura comercial. El 29 de marzo de 1998, sirve para la nueva sede del Ayuntamiento de León, que se traslada allí tras dejar la sede de la plaza de las palomas. Prueba de este traslado es la escultura de Juan Carlos Uriarte, en representación de la fachada del antiguo edificio de San Marcelo.
La avenida de Ordoño II siempre ha sido, desde que León tiene memoria, una de sus arterias principales. Y su historia es inconmensurable. Por ella han pasado jefes de estado, dictadores, y ejércitos enteros. Conoceremos, la semana que viene, la historia completa de muchos de los edificios que forman esta calle, los negocios aledaños a la misma y las historias secretas de una ciudad que ha evolucionado con su callejero. Estudiaremos su trazado urbanístico y hallaremos, en la investigación, las razones de tantas obras, remodelaciones, y peatonalizaciones que, sin duda, han influido en el desarrollo de una ciudad y de su gente.
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Sumérjanse con este Odonista en la historia de Ordoño II, y, volviendo al comienzo del artículo, acérquese a ese Flâneur para saludar a un amante de León con el que seguro que comparte un preciado interés por la bella y eterna ciudad, pues allí donde haya historia, cultura y patrimonio, habrá siempre un hombre esperanzado, bajo un paraguas, dispuesto a compartir con todos ustedes su emoción.
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