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Un castillo más sobrevivirá en la provincia de León y con él parte de una historia que ya no se perderá en ruinas. Se trata del castillo de Laguna de Negrillos, donde avanzan en las obras de consolidación de esta fortaleza y se mira al futuro para continuar con un proceso que ponga en valor otro de los símbolos de poder de la familia Quiñones.
En la actualidad, Laguna de Negrillos se encuentra ejecutando los trabajos para evitar el derrumbe de ciertas zonas del castillo, protagonista sin duda de este tradicional pueblo leonés.
Debido a diversas circunstancias, como la climatología y la pandemia, han tenido que retrasar la ejecución de esta obra de consolidación ya prevista para 2018, que consiste, sobre todo, en salvar del colapso ciertos elementos del castillo.
La intervención presente consiste en trabajos de limpieza y detener desprendimientos como los de la cara norte y la fachada este. Se han tapado oquedades y se está poniendo la base para la próxima actuación en la fortaleza.
Y es que, si finalmente el Instituto Leonés de Cultura concede a Laguna de Negrillos la subvención del Programa R, la intención es hacer accesible la Torre del Homenaje. Un punto que depende de los estudios arqueológicos que se están llevando a cabo para conocer qué se encuentra bajo el suelo del castillo.
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Si sale adelante, la idea es recuperar los niveles y poder acceder desde la Torre del Homenaje a un mirador a la misma altura que las almenas del castillo para contemplar así una escena hasta ahora nunca vista de la zona. Un recurso que sin duda servirá como atractivo turístico para Laguna de Negrillos.
En este sentido, el ayuntamiento ya estaba utilizando el patio de armas para usos culturales, y aquí se han realizado representaciones medievales, eventos culturales y bodas.
Aunque no es la primera intervención que se realiza en el castillo de Laguna, esta y las futuras serán decisivas para mantener este legado que ha conseguido llegar hasta el presente a lo largo de los siglos.
La primera etapa del castillo tuvo una función defensiva en forma de fortaleza. Se añade altura en el siglo XV a través de una reconstrucción hecha por Don Diego Fernández de Quiñónes y Doña Maria de Toledo, padres de Don Suero de Quiñónes,.
Así, pasó a dar a la familia una labor residencial y en esta etapa surgen los cubos en las esquinas sureste y suroeste y la denominada Torre de la Reina en la esquina noreste. De esta etapa es también la Torre del Homenaje, que se pretende volver a hacer accesible al público, y el adarve aún presente en diversas caras.
Las intervenciones posteriores son del XVI dando al castillo un nuevo acceso. En el siglo XVII - XVIII se acomete otra reforma palaciega que modifica los huecos y vanos del castillo.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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