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Plaza de Guzmán el Bueno. 1916.
Plaza de Guzmán el Bueno. 1916. Archivo Santos Flórez
El Odonista de la ciudad de León

La caótica inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno

Guzmán el Bueno, de la leyenda al hombre. Un recorrido por la historia de León, desde la estatua hasta la plaza

Miércoles, 7 de febrero 2024, 08:14

Ya estamos en febrero, queridos lectores y lectoras. El mes empieza con una nueva dinámica de artículos que pretenden acercarles a ustedes la historia de las calles de León con un mayor número de fotografías y la leyenda precisa de nuestro callejero más conocido, como aquel por el que los oriundos pasean pero desconocen.

Puente de Hierro de Saavedra. 1901. Al fondo, Guzmán el Bueno. Archivo Santos Flórez

Durante este mes, el Odonista que soy recorrerá un espacio contrito, mucho más que la avenida de Ordoño II, o la calle Ancha, pues como hámster atraído por la fuerza centrípeta de su rueda, yo seguiré girando alrededor de la estatua de Guzmán el Bueno, visitando su trayectoria vital, conociendo al personaje y analizando los detalles de esta estatua, que seguro muchos de ustedes, al igual que me ocurrió a mí, desconocen. Comencemos, con la curiosa historia, de la inauguración de la Estatua de Guzmán el Bueno.

Antes de la estatua de Guzmán el Bueno

No se vayan a creer que fue llegar Guzmán al centro de la plaza y apareció la civilización, como por combustión espontánea, elevándose los edificios adyacentes y las buenas aceras que ornamentaban Ordoño II. Ya existían, antes de la figura de nuestro ilustre personaje, cuyo origen son varios los que cuestionan que sea León, muchos signos de humanismo en la zona.

Por ejemplo, los Lubén ya estaban pensando en levantar su famoso edificio en los nuevos terrenos que unían el centro de León, La Plaza de la Libertad, con el río, o la Estación del Norte, que había dado la vida al otro lado del río, esperaba a que los viajeros se subieran en sus vagones para recorrer la provincia.

Poema a Guzmán de V. Cobos. 1900. Jorge Díez

Ya en 1900, Cobos dedicaba un poema al eterno Guzmán el bueno, cuya gesta de Tarifa, la entrega de su hijo, y su muerte, conoceremos en siguientes artículos. Pero estremézcanse con la lírica del poema de Cobos y prepárense para conocer otro perteneciente a un ilustre escritor, dramaturgo también, que durante el Siglo de Oro le dedicó a nuestro querido Guzmán un poema a través del cual manifestaba su amor hacia él. Pero dejen su curiosidad a un lado, pues conocerán los versos del mismísimo Lope de Vega en el siguiente artículo.

Guzmán el Bueno. ca. 1900. Winocio Testera

En el presente artículo, que se compone de varias fotografías antiguas y muchas de esas transiciones que tanto les gustan, trataremos de conocer la historia de la caótica inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno.

Comencemos por el testimonio de la época; una crónica del suceso que mantuvo en vilo a los leoneses durante años, en los que se confeccionó la estatua, y meses, en los que se mantuvo preservada la fisonomía de la misma con una tela que cubría el porte del héroe de Tarifa. Durante el mes de julio de 1900, se mantiene una tensa calma entre las Corporaciones Gubernamentales, la prensa y el pueblo, que estalla en los periódicos, como El Provincial:

Recorte de El Provincial, 1900. Biblioteca Digital de Castilla y León

Pero la estatua, que llevaba ya meses cubierta por la tela, no se inauguró el 15 de junio, lo que levantó aún más a los periodistas, que decidieron rebelarse contra un gobierno que parecía les estaba tomando el pelo.

Imagen después - La caótica inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno
Imagen antes - La caótica inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno

Escribieron, el 4 de julio de 1900, ya cansados de los rumores sobre las posibles inauguraciones de la Estatua de Guzmán el Bueno:

«No quisimos hacernos eco de tales rumores porque nos parecía increíble que estando próxima a la feria la Corporación Provincial compuesta de personajes amantes de este pueblo tuviera siquiera la intención de dejar pasar la oportunidad para inaugurar la estatua toda vez que mejor ocasión que esta no podía encontrar. Sin embargo no ha sucedido así y la Diputación lo ha entendido de otra manera, cosa que nosotros somos los primeros en lamentar pues más nos gustaría aplaudir que tener que censurar semejante acuerdo. Pero nosotros, los leoneses, entendemos las cosas de otra manera y así anda ello. Ha terminado una feria la que con un puñado de pesetas gastadas en festejos hubiera resultado magnífica y... Nada».

Como se pueden imaginar, la cosa fue todavía a más, pues a la semana siguiente, el Ayuntamiento comunicó al La Región que el acto de la inauguración no tendría solemnidad ninguna, y que la estatua se descubriría sin cuidado ninguno, a lo que los periodistas de El Provincial respondieron lo siguiente:

Imagen después - La caótica inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno
Imagen antes - La caótica inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno

[...] Tenían proyectado colocar tribunas para los Diputados y Senadores de la provincia y el señor duque de Medina Sidonia descendiente de Guzmán, obsequiar a los invitados con un lunch, procurar que el señor Sánchez de León en ese día celebrase una función en el Teatro. En fin algunas cosas más que no recordamos. Pobre Guzmán. Bien te han traído y llevado y discutido y puesto en ridículo frente a tus paisanos. Se acordó también que una comisión compuesta del Alcalde, del señor Garrote, pasará a la Diputación para que en unión con esta preparara la cosa.

»Cual habría sido nuestra sorpresa repetimos al saber que las comisiones acordaron no dar solemnidad al acto y contentarse con quitarle la camisa como a cualquier mortal que se muda dicha prenda los domingos y fiestas de guardar. En este León todo resulta raquítico y pequeño; en otros pueblos una plaza de toros, una fuente, un edificio de utilidad que trata de inaugurarse se celebran con ostentación y pompa y aquí que se trata de conmemorar un hecho extraordinario [...], tratamos de no dar solemnidad al acto de descubrirla cual si nos diera vergüenza decir que Guzmán era paisano nuestro.»11 de julio de 1900.

Estatua de Guzmán el Bueno. 1955. Archivo Santos Flórez

Muchas son las leyendas que a mí han llegado. Desde mágicas corrientes que destaparon el rostro de Guzmán, hasta el propio Genarín, que durante una de sus melopeas, ya con hijos a su cargo, cruzó el cordón impuesto por ordenanza pública para quitar la tela que ocultaba la preciosa estatua de Guzmán. Pero la realidad es más común y menos elevada. A las cinco de la madrugada del 15 de julio de 1900, el presidente de la Diputación, el Alcalde de León y el Vicepresidente de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos, destapan, con nocturnidad, la obra de Marinas. A los de El Provincial no les hizo mucha gracia, quejándose así tan solo unas pocas horas antes del suceso:

Imagen después - La caótica inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno
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«En el acreditado comercio de los señores Lorenzana se ha confeccionado la cubierta que en sustitución de la que tiene ha de colocarse la estatua de Guzmán el bueno. Dicha cubierta es de satín de los colores nacionales y mañana es el día señalado para descubrirla. Sentimos no poner dar detalle del acto porque se guarda tan impermeable reserva sobre tan importante asunto que no parece sino que se trata de impedir de un pueblo leonés tenga el gusto de dar un aplauso al héroe de Tarifa. Esto no pasa más que en León y es una vergüenza que un acto tan solemne donde debería estar representada la provincia y el pueblo en todas sus manifestaciones se quiera privarlos de este gesto y se trate de esconderlo a comercios tapados sin causa que lo justifique. Procuraremos averiguar qué mano oculta ha andado en este asunto para que caiga la censura sobre quien ha dirigido la comedia. Si no te gusta León, por ahí se va a la Estación». 14 de julio de 1900.

Ya conocerán muchos la leyenda de Guzmán el Bueno, pues es muy popular en el panorama leonés. Lo que le recomiendo, al curioso lector, es que no ceje en su empeño de seguir conociendo, y visite el Archivo Histórico Municipal para descubrir su historia. Navegue, por la red, por los espacios que los leoneses han abierto con tanto entusiasmo, como el legendario Blog del León Curioso, o trasteen en la Biblioteca Digital de Castilla y León, donde encontrarán artículos tan profesionales como los de Wenceslao Segura González, de cuya investigación beberemos los más inexpertos, pero interesados, en la figura de Guzmán el Bueno.

Pero, ¿qué ocurrió? ¿Por qué tanto misterio con la inauguración de la estatua de Guzmán el Bueno? Permítanme extenderme, pues aunque tantos artículos vaya a realizar sobre la estatua que corona la ahora rotonda, es preciso explicar el origen de este enfrentamiento entre las facciones más superiores de nuestro gobierno y dar sentido a una lucha interna que se produjo en el seno de nuestras administraciones. Todo ello, y el poema de Lope de Vega prometido, en la siguiente entrega del Odonista de la ciudad de León.

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