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Bienvenidos sean, los ilustres lectores, a este nuevo artículo sobre una de las calles más curiosas de todo León, que ha vivido oculta en el callejero hasta que, antes de dar comienzo la Guerra Civil, se abre paso para comunicar dos grandes avenidas, como Roma, y Ordoño II.
Hoy desvelaremos el misterio que rodea a esta calle y contaremos la verdad acerca de su nombre, lo que nos permitirá asomarnos al pasado en busca de la historia de una familia que, antaño, ocupó parte de las tierras que circundaban Ordoño II y que, como diría en su día Cipriano García Lubén, antes todo era campo.
La historia comienza, como siempre, con un curioso lector que, seguidor de mis profundas investigaciones, contacta conmigo, con una escueta pero directa pregunta:
«Odonista de la ciudad de León», me dice, «¿conoce usted la historia de la Calle de Carmen?»
Tras confirmarle que no, asegura:
«Pues prepárese, pues no ha conocido una leyenda como esta.»
Conozcamos, pues, la historia de la Calle de Carmen.
Preciso de su atención a lo largo de los siguientes artículos. Pues requieren de una paciencia y una dedicación quizás fuera de a lo que les tengo acostumbrados, como lectores afines a los artículos del Odonista.
Les presento una visión de León del Siglo XVIII. En concreto, el mapa data de 1751, cuando apenas se había adherido el Burgo Nuevo a la muralla romana, y las tierras en derredor, que hoy pueden interpretarse como Ordoño II, La Condesa, Papalaguinda, eran pedazos de tierra que servían tan solo para la labranza y el cultivo.
Contemplen, por ejemplo, este mapa que gentilmente nos cede Javier Garnica, en el que se observa, en 1889, cómo la disposición de las arterias de León ya nos da visos de la grandeza de una ciudad que ha multiplicado su patrimonio arquitectónico y urbanístico. Fíjense, abajo a la derecha, cómo aparece la parcela del Monasterio de San Claudio, que ocupa las dimensiones actuales del Barrio.
Pero ahora necesito que agucen su vista para detectar una línea que irrumpe en el mapa con tinta negra recordándonos el pasado de León. Esa línea, que vemos en el mapa de 1915, cuya sinuosidad nos acerca al serpenteante movimiento del agua, nos traslada a los mapas anteriores, en los que la encontramos de nuevo, ya desde el siglo XVIII y probablemente mucho antes.
Dicho recorrido, que va desde el Bernesga, y cruza Ordoño II hasta la plaza del Espolón, representa las presas que antiguamente surtían de agua a León. De esta manera, podemos ver, en una fotografía archiconocida, cómo las lavanderas limpiaban la ropa en la Plaza del Espolón.
Qué idílica postal se nos presenta, con estas mujeres, a finales del Siglo XIX, posando para un curioso fotógrafo que nos haría viajar, con su arte, hasta ese momento de gloria en el que León, extramuros, era tan solo una explanada inmensa repleta del vacío que precedió a la vida urbana. La presa será fundamental para contextualizar la nueva vía, pues crecerá, la Calle de Carmen, paralela a ella en el territorio aledaño a la calle de Ordoño II.
Todavía se aprecian los resquicios de la presa que llegaba hasta el Espolón en este mapa de la ciudad de León antes de 1923.
Para hacernos una idea, volviendo de nuevo al mapa anterior, el de 1915, y señalando con claridad la presa, desde el Bernesga venía el agua, que cruzaría por la entonces plaza de Suero de Quiñones, discurriría entre la Calle Carmen y Calle Alcázar de Toledo hasta virar hacia el Arco de la Cárcel.
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Daniel Casado Berrocal
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Ya más próximos a la actualidad, podemos dar fe de la presencia de esa avenida ya extinta, la antigua de Suero de Quiñones, que desapareció con la plaza, reconvertida, en parte, en la Pícara Justina. De ese camino surgió después Juan Lorenzo Segura, conectando Ordoño con Avenida Roma, y Calle de Carmen, que unía la avenida con San Agustín.
Ya podemos ver al fin, después de trescientos años de un recorrido a todas luces esclarecedor (por cierto, les agradezco su paciencia si es que han llegado hasta aquí,) las dos calles citadas, las de Juan Lorenzo Segura, y la Calle de Carmen. Pero, ¿cuál es el origen del nombre de la Calle de Carmen?
Siempre se ha dicho, después de muchas investigaciones, que la Calle de Carmen, a la que se le añade el posesivo «del» debido a un error etimológico, casi como un Efecto Mandela, proviene de la Virgen del Mar; la Virgen del Carmen, que daría nombre a la calle. Pero, asómbrense, queridos lectores, pues la realidad es otra y hoy me gustaría aclararles este concepto.
Pueden localizar, gracias a la línea de puntos roja, la ubicación de la Calle de Carmen, que partiría de Ordoño, paralela a Juan Lorenzo Segura, que iría a parar a lo que hoy es San Agustín, desde donde se podía observar la parte trasera del Colegio de los Agustinos, otro de los edificios que derruyeron en pos del progreso urbanístico.
En esta imagen, que data de 1914, puede usted observar un aplaza de Guzmán el Bueno desconocida. La Casa de los Picos, ya construida, era el único bastión arquitectónico que vigilaba la plaza y, tras ella, terrenos vírgenes en los que luego proliferaría la vida gracias al levantamiento de los edificios colindantes que encierran la Calle de Carmen.
Este lector, del que antes les hablé, resulta ser descendiente de las personalidades que habitaron aquellos terrenos hace casi más de cien años. Como ya les he comentado, un día, se comunicó conmigo, para decirme: «La calle de Carmen no lleva el nombre en honor a la Virgen del Mar. Lleva ese odónimo en honor a mi Bisabuela».
Desde Ordoño, hasta San Agustín, se extiende una calle que pertenecía a una ciudadana ejemplar, casi desconocida por el grueso de la población, y que hoy es una arteria secundaria importante en el centro de León. Su vitalidad viene acompañada por las Casas que se levantaron en ella, como la desaparecida hermana del Chalet de Cárdenas, que fuera de los Quijano.
Según nos comenta el lector, bisnieto de Carmen, la calle se empezó a dibujar en el panorama urbanístico de León siendo su línea y su trayectoria marcada por los edificios que ya habían levantado en Ordoño II y que miraban hacia la calle también.
Uno de los chalets fue derruido y levantado en su lugar otro edificio de un calibre mucho mayor. Por ello encuentran una contradicción continuada en la fachada del famoso chalet de los Quijano, que parece adosado a una mole arquitectónica que en nada se le parece, cuando antes el eje central servía de espejo para proyectar un edificio simétrico hacia la calle de Carmen.
Pero, ¿cómo puedo estar tan seguro de que la calle de Carmen lleve este nombre en honor a la Bisabuela de nuestro entrevistado hoy? ¿Hay acaso alguna prueba visual que acredite esta información?
Por supuesto que las hay, y las desgranaré en el siguiente episodio del Odonista, donde conoceremos, una vez ubicada la calle, su historia, su creación y una verdad que parece haber estado escondida durante años. Como adelanto, un detalle en el que me fijé al vagar por aquella calle. No se trata de la Calle del Carmen, ni la Calle de la Virgen del Carmen. Como su nombre indica, está dedicada a Carmen Guisasola Fernández-Ladreda, y por eso se denomina Calle de Carmen.
Así han conocido la localización y el origen de esta calle, pero aún restan varios datos por narrar, así como la extensa línea genealógica que comparte esa familia con, incluso, Alberto Núñez Feijóo, el presidente del Partido Popular.
De esta manera, les abandono, a merced de la curiosidad, que habrán de alimentar durante una larga semana, para conocer la verdadera historia, el origen, la cesión de los terrenos y la leyenda de una de las calles más curiosa de León.
Sigan leyendo estas líneas, y conociendo la historia, de la mano de este amable Odonista, que a sus casas lleva todos los lunes y miércoles los detalles más olvidados de ese glorioso León antiguo.
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