San Isidro prepara su nueva temporada: «Hay muchas ganas de empezar»

Las estaciones invernales de Leitariegos y San Isidro ya ultiman detalles para su reapertura. Este miércoles se pondrán en marcha los telesilla y los remontes auparán a los amantes del deporte de invierno para disfrutar de la nieve.

Los cañones han estado funcionando en los últimos días para asegurar la escasa nevada del pasado fin de semana. También ha ayudado el frío para asentar la pista y permitir que los operarios hicieran el resto en las instalaciones dependientes de la Diputación de León.

En San Isidro, José Antonio Alonso es el responsable de pistas. A escasas horas de recibir a los primeros esquiadores, la nieve era «escasa» y se miraba al cielo para confirmar la predicción de «unos 20 o 30 centímetros» que caerán antes del jueves.

La principal estación de la Cordillera Cantábrica empezará con seis kilómetros esquiables. Se abrirán dos remontes en Riopinos, tres en Cebolledo y uno más aquí para debutantes. El objetivo es que la próxima semana lo pueda hacer el sector de Requejines.

Han sido días de mucha actividad en las pistas. Ha sido necesario mover la nieve, fabricar durante varios días y logar que la pista mejore desplazando material desde el parking «y desde donde hiciera falta» con motos, camilla y máquinas.

Los últimos retoques están siendo para acondicionar las colas, establecer pistas balizadas y garantizar la seguridad en la estación. «Los que vengan este miércoles encontrarán nieve polvo de buena calidad», explica el responsable de pistas.

Han sido semanas «complicadas» para los sectores económicos que dependen de la nieve. «Es duro. Las navidades son el periodo vacacional más potente y perder estas fechas es un palo», reconoce Paula Blanco, directora de la Escuela SKE, que esta martes se encontraba sobre la pista comprobando los remates de la instalación.

En los próximos días esperan «un aluvión» de visitantes y este mismo miércoles tendrán «todo listo y con muchas ganas» de empezar una temporada que ya nace retrasada.

Reducir la campaña «a cuatro meses, en el mejor de los casos» complica la viabilidad de los negocios. En el caso de la Escuela SKE, que ofrece cursos colectivos o clases particulares, dan por perdido «un buen porcentaje» de la temporada al no tener nieve en diciembre. «Nos queda Carnaval y Semana Santa, que dependiendo del año se da mejor o peor». Por ello apuestan por vivir «meses intensos y aprovecharlos lo mejor posible» en una actividad «que da para vivir» en los años buenos.

Mónica Villanueva es profesora de ski y snow y trabaja en la Escuela Española de Ski y Snow San Isidro. Comparte unas sidras con los compañeros de la Escuela de Ski Arropaje porque hay motivos para celebrar.

Este miércoles vuelven al trabajo «con muchas ganas de empezar» tras la nieve caída en el último fin de semana. «Esperamos que venga gente. Hemos perdido las navidades, pero tenemos ganas y la gente también porque la nieve gusta mucho».

Reconoce que su tarea es temporal y compagina la temporada de invierno con la hostelería en piscinas o el Camino de Santiago, mientras que otros compañeros se van en verano a Chile y Argentina para seguir con vinculados al deporte de invierno. «Cada vez nieva un poquito menos y se lleva peor, pero es nuestra pasión y nos encanta; y hacemos lo que podemos».

Quien no para en todo el año es el servicio del Restaurante Salencias. Sus únicas vacaciones son cuando cierra la Estación Invernal de San Isidro y cuenta con clientes todo el año, aunque en un volumen muy diferente. «La diferencia es abismal. En verano tenemos algo los fines de semana y cuando abre la estación es brutal. Este fin de semana se esperan hasta 8.000 personas».

Tras la barra del bar está Alberto Fernández. «Había muchas ganas porque la zona depende de ello», reconoce. Han estado «muy pendientes» de la nieve de la que dependen alquileres y otros negocios. «Para la comarca es un revulsivo importante», insiste, mientras asegura que ya hay compañeros «subiendo» para afrontar un fin de semana «a tope».