El negocio de la nieve en la provincia de León mueve a más de 100.000 personas

Este pasado fin de semana, la Estación Invernal de San Isidro abrió sus puertas y más de 4.000 personas se acercaron a sus instalaciones para disfrutar de casi 8 kilómetros de pista esquiables, los cuales se esperan ampliar «progresivamente» hasta los «15 kilómetros» con la nieve que caiga y la que «se pueda fabricar» gracias a las bajas temperaturas que se prevén para estar semana, informa Olga Álvarez, directora de la estación. Asimismo, este lunes abrirá, si la meteorología no lo impide, la Estación Invernal Valle Laciana-Leitariegos con casi dos kilómetros de pistas esquiables y entre 20 y 40 centímetros de nieve dura.

Y pendiente de esta situación no se encuentran solo los aficionados a los deportes invernales, sino también todos esos negocios que dependen indirectamente del turismo de esquí: hoteles, restaurantes, bares, tiendas de deportes… Solo en el mantenimiento de la infraestructura de la Estación Invernal de San Isidro trabajan «66 personas de forma regular, que se van ampliando en función del número de pistas hasta llegar, en algunos casos, por encima del centenar de empleados», explica Olga Álvarez.

¿El retraso de la temporada puede haber dado al traste con el negocio? Pues todo dependerá, una vez más, del cielo. Si las nevadas se mantienen y se vive un invierno especialmente frío, las estaciones podrán mantenerse abiertas hasta finales de marzo: «Podemos remontar, estamos a finales de enero todavía, es difícil que lleguemos al 100% como otros años, pero al menos sí lograr estabilizar una asistencia cada semana», explica la directora de San Isidro.

Más de 100.000 personas suelen pasar cada temporada de esquí por esta estación. Una cifra muy importante, que tiene un impacto de peso en la economía provincial y que todavía no se descarta que se pueda alcanzar. «De nuevo el tiempo lo es todo, el público se suele animar, sobre todo, los días soleados».

Una máxima que también sostienen desde algunos de los negocios que viven de este sector. Lara González, gerente en un establecimiento hostelero de Puebla de Lillo, indica que «cuando no hay nieve el negocio baja muchísimo, por debajo del 50%», mientras que durante los meses de invierno «el hotel alcanza el 100% de capacidad». «Aquí vivimos de la nieve», confirma esta trabajadora.

Muchos de los apasionados por el esquí vienen de comunidades limítrofes como Asturias y Galicia, también zonas depauperadas y afectadas por la despoblación, por ello consideran que las administraciones deberían «hacer un esfuerzo» para «invertir» en este tipo de sectores. «Aquí viene mucha gente de diversos puntos de España, e incluso de otros países; es un sector con un gran impacto económico en la zona», señala Diego, uno de los aficionados que se han acercado este fin de semana a San Isidro.