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L. RAMOS
LLANES.
Martes, 20 de octubre 2020, 11:54
«Indignación» en el sector del turismo activo tras conocerse que el dueño de la empresa con la que bajaba el Cares la niña fallecida el pasado julio carecía de licencia de aguas bravas y de monitores formados para tal actividad. Es lo que ... recoge el informe elaborado por los investigadores de la Guardia Civil y por lo que acusan al cántabro Jesús M. D. C., de 48 años, de un posible delito de homicidio imprudente. Pero los profesionales que llevan años guiando a miles de personas por los ríos y barrancos de la comarca oriental aseguran que no es lo habitual y reclaman más controles al respecto.
«La mayoría de empresas cumplimos, aunque ha quedado claro que hay algunos casos en los que no se hacen bien las cosas y por eso debería haber un mayor control de las licencias y titulaciones», señala Ricardo 'Calo' Soto, de la Escuela Asturiana de Piragüismo. Y recalca que, si bien lo sucedido el pasado 3 de julio en el Cares «fue un caso excepcional, nunca debería haberse producido, siempre y cuando se llevasen las pautas que se deberían llevar». Porque tal y como indicaron desde el primer momento a EL COMERCIO expertos en aguas bravas y conocedores del río, el tramo elegido para el descenso es «peligroso y no adecuado para ir con niños o personas sin experiencia».
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Algo similar indica Kike Bárzana, de Diver River, que también opera en el río Cares y explica cómo «te ponen un montón de trabas para abrir, pero luego no te vuelven a pedir las licencias o los títulos y deberían controlarlo bastante mejor». Desde Jaire Aventura, Alberto García señala que «a finales de año todas las empresas tenemos que presentar en Turismo, en Oviedo, todas las titulaciones de la gente que trabaja con nosotros, con lo que si las hay que no lo hacen, desde la administración debería actuar».
De esta forma, sin apenas inspecciones en este sentido y con una simple declaración responsable, «queda dentro de la responsabilidad de cada uno intentar hacer las cosas de la mejor forma posible, contando con los permisos pertinentes y con monitores correctamente formados para tratar de minimizar cualquier riesgo», apunta Manolo Villarroel, de Cangas Aventura. No obstante, reconoce que «aunque la mayoría de personas sí cumplen, a veces se ven empresas y guías que bajan el río o hacen otras actividades sin tener la formación».
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Por este motivo, todos ellos insisten en pedir más controles, pero también en concienciar a los clientes de la importancia de contratar las actividades con empresas fiables y no dejarse guiar solamente por los precios bajos. «En el turismo activo no vale todo y no se puede recortar en seguridad», apostilla Soto.
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