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Imágenes del entierro de Genara en Cirujales el 10 de julio. N. Barrio

«Devolvemos lo que les debemos»

El sindicato noruego que ha financiado la recuperación de los restos de Genara García, la maestra de Cirujales fusilada en 1941, explica en una entrevista los motivos por los que han decidido ayudar en España a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica

Paula García

Berlín

Martes, 4 de agosto 2020, 11:12

Genara Fernández, la maestra de Cirujales, en Riello, fusilada en 1941 y enterrada sin lápida en una fosa común era inhumada el pasado julio casi 80 años después. Sus restos, no habrían sido entregados a su familia sin la ayuda económica del sindicato de ... electricistas noruegos que desde 2014 financia exhumaciones e identificaciones de represaliados republicanos.

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La familia de Genara acudió a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) con la intención de encontrar los restos de la maestra en el cementerio de la capital leonesa. Finalmente, los trabajos de exhumación comenzaron en junio de 2019, con la presencia de voluntarios de la ARMH, familiares de la profesora y un grupo de sindicalistas recién llegado de Noruega.

Desde que comenzó esta curiosa colaboración entre la ARMH y el sindicato de electricistas Elogit, sus miembros han donado aproximadamente 70.000 euros, algo que uno de sus representantes, Henning Solhaug, se niega a calificar de caridad.

«Vosotros podéis llamarlo ayuda, pero nosotros lo llamamos participación y solidaridad», aclara a Efe en una entrevista. Cuando participan de esta manera, asegura, se llevan algo a cambio: «reconocer nuestra propia historia, la historia de Europa, y ver qué le ocurre a un país cuando pasa 40 años bajo el fascismo».

En esta solidaridad internacional, asegura, está la base de un sindicato para ellos, en «la forma que tenemos de pensar y actuar» que no conoce fronteras.

Una deuda con los españoles

Cuando Solhaug viajó en 2013 a España con otros representantes del sindicato Elogit, el objetivo era estudiar cómo la crisis económica española había afectado en este país a su sector. Él, sin embargo, ya tenía un interés por la historia de esa guerra previa a la Segunda Guerra Mundial que no mucha gente en su país conocía.

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«La mayoría de los que fueron no conocía nada sobre la guerra y los desaparecidos», explica, «así que al volver tuvimos una discusión sobre cómo devolver lo que les debíamos».

Preguntado sobre esta supuesta deuda con los españoles, explica que se debe a «su lucha contra el fascismo europeo dentro y fuera de España, ya que tuvo un gran impacto para las mentes de las gentes y para el resultado de la guerra».

Desde el comienzo de la guerra, miles de voluntarios de varios países acudieron en ayuda de las tropas republicanas en la lucha contra un fascismo que también veían asomar en sus propios países. Pero también los españoles exiliados jugaron un papel importante en la Segunda Guerra Mundial posterior, formando parte de las milicias en varios países, incluido Noruega.

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En 1940, varios centenares de españoles (la cifra varía según las fuentes, entre 500 y 1.000 soldados) que formaban parte de la llamada Legión Extranjera combatieron con los aliados en la batalla de Narvik, que finalizó cuando el ejército francés retiró de allí sus tropas para centrarse en otros frentes, dando por completada la invasión alemana de Noruega.

Para Solhaug, este momento de colaboración entre ambos países es un claro ejemplo de lo que se puede conseguir con esta solidaridad internacional.

«Honestamente, debería haber mucha más gente ayudando desde fuera» opina, «porque todas las fuerzas democráticas europeas tienen una deuda con los españoles por su lucha contra el franquismo».

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La solidaridad continuará

Varias cosas han cambiado desde que en 2013 se pusieran en contacto con la ARMH. Desde que comenzó su colaboración, familias como las de Genara Fernández o Timoteo Mendieta, otra de las excavaciones financiadas por los noruegos, han podido recuperar e identificar los restos de sus antepasados.

En Noruega ha corrido la voz, y desde 2014 se han unido más sindicatos a la colaboración con la ARMH, de campos tan distintos como el petrolífero y el administrativo.

Uno de los eventos que ha precipitado esta unión, explica Solhaug, es un monumento que los sindicalistas del sector electricista noruego decidieron erigir hace siete años para honrar a los combatientes en la guerra de guerrillas que se libró contra los alemanes.

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«El líder de la guerrilla en Noruega vino de la guerra en España, era un brigadista internacional, y jugó un papel muy importante durante la Segunda Guerra Mundial», asegura Solhaug.

Con la idea de condecorar a los guerrilleros que no habían sido condecorados, el sindicato se puso en contacto con otros sectores para la financiación, dando pie así a que se conociera más su proyecto en España.

Gracias a estos firmes creyentes en la solidaridad internacional, hoy muchas personas tienen localizados a los miembros de sus familias desaparecidos.

Y aunque recientemente el Gobierno anunció ayudas a las exhumaciones por un valor de 450.000 euros, desde Noruega seguirá llegando la «participación» de estos sindicalistas y, según Solhaug, de muchos más que «quieren ir a España, ver, aprender y colaborar».

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