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Entierro de Genara en el cementerio de Cirujales en presencia de familia, amigos y vecinos. Noelia Brandón

Y Genara pudo descansar (por fin) en Cirujales

El pueblo de la Montaña Occidental entierra casi ochenta años después a la que fue su maestra en la II República, asesinada por el régimen en León en los inicios de la dictadura | Familia, pueblo y sociedad ponen fin a una historia con la que cierran una herida abierta a lo largo de décadas

Nacho Barrio

León

Viernes, 10 de julio 2020

El pueblo esperaba el momento y los corrillos cada vez eran mayores. Esos montes verdes que en su día vieron crecer a Genara seguían ahí. Impasibles. Como si el paso del tiempo y las capítulos de la Historia de un país importaran poco desde su perspectiva. Todo pasa y afortunadamente (y no sin esfuerzo), todo llega.

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Un gran valle recoge a Cirujales, un pequeño pueblo perteneciente a Riello. Un pequeño tesoro en Omaña al que se llega por carreteras cubiertas de verde. El gris de la piedra y ese verde potente componen el paisaje en el que este viernes Genara pudo por fin descansar casi ochenta años después. Demasiado tiempo para todo.

Después de que en septiembre del pasado año la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica exhumase los restos de Genara en el cementerio civil de León, el pueblo que vio nacer a su maestra republicana pudo por fin despedirla.

Fusilada en los primeros años de la dictadura franquista, Genara recibió sepultura en el camposanto de Cirujales con la bendición del párroco de Riello y el cariño de un pueblo que sintió que hoy cerraba una herida.

La familia ha podido despedir a la maestra asesinada de la forma más vil e injusta. «Estamos satisfechos después de todo el camino recorrido, Genara ya está donde le corresponde, con su familia en el cementerio de Cirujales. Hay mucha gente que no ha podido recuperar a sus seres queridos, esto ha sido una injusticia total pero la historia es así, solo queríamos que ella descansara con los suyos», comentó momentos antes del acto Ana Fernández, sobrina-nieta de Genara.

NB | Campillo

Así era Genara

Maestra leonesa, Genara viajó a Asturias en el estallido de la Guerra Civil y de allí trató de viajar a Barcelona para exiliarse, pero su ideología de izquierdas fue motivo suficiente para su detención.

Tras un consejo de guerra, a Genara le robaron su trabajo de maestra, obligándole a ganarse la vida como taquillera en los Cines Mary de León. Pero no acabaría aquí su historia.

En el año 40 la detuvieron acusándola de lanzar propaganda comunista frente a la iglesia de San Marcelo en León. Tras un larguísimo procedimiento judicial fue condenada a muerte, indultada, y posteriormente acaba siendo fusilada el 4 de abril de 1941.

La plaza de la antigua escuela fue el escenario elegido para rendir homenaje a la conocida como la 'Pasionaria de Omaña' en un acto que la ARMH organizó para hacerlo extensivo a las víctimas de la represión franquista en la comarca, a los que se dedica una plaza inaugurada este viernes y a los maestros que fueron «especialmente perseguidos por la dictadura».

La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica y la periodista Ana Gaitero tienen mucho que decir en esta historia recuperada. «Hoy por fin se cierra el círculo, el trabajo que hace la asociación es para los familiares y también por Genara, en un recuerdo para los maestros y las maestras. Hoy se la entierra en su pueblo y no donde decidieron sus asesinos», defendía Marco Antonio González, presidente de la ARMH.

Con la música de Isamil9 y las palabras de Ana Gaitero, la pequeña localidad cumple con la Ley de Memoria Histórica y con su pasado. Uno de los representantes políticos institucionales que asistió al homenaje celebrado en Cirujales fue el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, quien sostuvo que su presencia respondía a la voluntad de «reconocer como tantas otras veces a quienes fueron represaliados; y en este caso a Genara, que lo fue triplemente, por sus ideas, por ser mujer y por ser maestra»: «Genara representaba probablemente todo lo que la dictadura y los que dieron el golpe de Estado odiaban».

Para Tudanca «queda todavía mucho trabajo por hacer en la recuperación de la memora histórica en España «y mucha dignidad por devolverle a quienes aún están en las cunetas y en fosas comunes y queda justicia por recobrar».

Cirujales dijo por fin adiós a Genara, una maestra cuyo delito fue pensar diferente en una España que no toleraba la diferencia oficial. El pueblo, la familia y la sociedad cierran una herida en un país al que le quedan aún costuras por coser.

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