Imagen de un lobo en la montaña leonesa. ical

Los ganaderos leoneses estallan contra la gestión del lobo tras cuatro ataques en 48 horas : «Se ríen de nosotros»

Tras sufrir cuatro ataques en menos de 48 horas, afirman sentirse indefensos ante las pérdidas que causa este animal y denuncian que la situación no es sostenible durante mucho más tiempo: «Nosotros no queremos vivir de limosnas, queremos trabajar con nuestros animales vivos»

Sábado, 28 de agosto 2021, 09:17

«El lobo ha vuelto». Después de un mes de mayo sangriento, llegando a registrar más de un centenar de ataques, el verano ofreció un respiro a los ganaderos de la montaña. Sin embargo, la tregua se ha terminado con dos terneras y dos potros ... muertos en las últimas 48 horas: «Con la llegada del verano empiezan a nacer venados y jabalíes. Esto supone que los lobos nos dejan en paz un poco, pero a partir del 15 de agosto vuelven, ya sea porque tienen crías a las que enseñar a cazar o porque las crías de jabalí ya son más grandes y no son una presa sencilla», señalan.

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Las pérdidas son cuantiosas, pero lo peor es el trato recibido, tal y como denuncian: «No podemos ni toser al lobo. Si te pillan defendiendo tu ganado, se te cae el pelo», explica. «Eso si, por mucho que nos quejamos da igual cuanto protestes, nadie hace nada».

Indemnización insuficiente

Si sentirse indefensos en su labor no es suficiente, los ganaderos de la montaña leonesa aseguran que lo peor llega a la hora de cobrar la indemnización tras un ataque, donde no llegan a cobrar ni una cuarta parte del valor de su animal:

«Si yo voy a tu y pintarrajeo tu coche o lo quemo, tengo que pagar su valor. No puedo decidir pagarte solo una cuarta parte», lamentan con indignación. «La Junta se ríe de nosotros, no nos dejan trabajar y encima te hacen sentir como que debes estar agradecido con lo que te dan. Pero ellos no lo entienden: No queremos limosnas, queremos trabajar con nuestros animales vivos»

«Esta es la cara B de la montaña leonesa, la que la gente no quiere ver. Aquí es muy bonito venir a grabar programas sobre naturaleza, o venir a hacerse fotos en el columpio, pero eso no nos da de comer. La economía de la montaña es esto, el columpio es muy bonito y lo que quieras, pero no da dinero», protestan y recuerdan que los impuestos a los ganaderos por los pastos llegan a alcanzar más de 6.000 euros en muchas ocasiones.

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«Tenemos que alzar la voz»

La situación es insostenible, pues en palabras de ellos,«cada vez es menos rentable estar aquí». Por ello, invitan a alzar la voz a sus compañeros, pues«muchos tienen miedo a mojarse por miedo a que la Junta les señale o haya repercusiones».

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